La ultraderecha europea sella una alianza

El holand¨¦s Geert Wilders, l¨ªder del antimusulm¨¢n Partido de la Libertad, y la francesa Marine Le Pen, presidenta del ultraderechista Frente Nacional, quieren aunar fuerzas contra la integraci¨®n europea y contra la inmigraci¨®n. Sonrientes, relajados y despejando casi todas las dudas sobre su nueva afinidad, presentaron este mi¨¦rcoles en sociedad el germen del nuevo grupo que desean formar tras las elecciones al Parlamento Europeo de 2014. Se tratar¨ªa de una amplia alianza con otros grupos afines, capaz de plantar cara a lo que denominan ¡°la hidra comunitaria de Bruselas¡±. Pasados los comicios, el bloque paneuropeo que perfilan ¡°devolver¨¢ la soberan¨ªa nacional al pueblo¡±, seg¨²n han afirmado, deseosos de mostrar el rostro m¨¢s amable del euroescepticismo.

Si bien no han entrado en el detalle de la colaboraci¨®n que planean, ambos han extendido la mano a otras agrupaciones de la derecha populista europea, ya sea el Partido del Pueblo Dan¨¦s (1 eurodiputado); la Liga Norte, italiana (9); Vlaams Belang (2), belga, o los brit¨¢nicos del Independent Party. Todos son bienvenidos, porque para inscribirse como grupo en el Parlamento Europeo, se necesitan 25 diputados. En estos momentos, el Frente Nacional galo tiene tres, y el Partido de la Libertad holand¨¦s, cinco. Convencer al resto de las bondades de asociarse les dar¨ªa mayor peso a la hora de influir en una pol¨ªtica europea a la que consideran responsable del descontento ciudadano. Y sobre todo, de los ajustes derivados de la crisis e impuestos por lo que Wilders y Le Pen llaman ¡°¨¦lites tecn¨®cratas que roban el poder de decisi¨®n nacional¡±.

Ambos pretenden evitar ¡°oleadas imparables de inmigrantes¡±

Claman contra las ¡°¨¦lites tecn¨®cratas que roban

En realidad, ya se conoc¨ªan. A principios de a?o, Marine invit¨® a su colega holand¨¦s a unirse a la Alianza Europea por la Libertad, una agrupaci¨®n de partidos euroesc¨¦pticos deseosos de constituirse en un solo bloque dentro del Europarlamento. Pero ella es hija de Jean Marie Le Pen, jefe del Frente Nacional desde su creaci¨®n en 1972, y condenado por sus soflamas racistas, antisemitas y xen¨®fobas. A pesar de que sucedi¨® a su progenitor en 2011 y se ha distanciado de sus opiniones, el pol¨ªtico holand¨¦s ha esperado hasta hoy para acercarse. A la vista de que los sondeos son muy favorables para la formaci¨®n gala ¡ªy el resto de los partidos ultras europeos¡ª y el repunte del Partido de la Libertad despu¨¦s de un periodo de oscurantismo, Wilders ha decidido que la pol¨ªtica francesa, antigua abogada y excelente oradora, es la pareja ideal para reclamar ¡°el control de nuestras fronteras y evitar que los inmigrantes lleguen en oleadas imparables¡±.

Para que no quedaran dudas, en este ¡°hist¨®rico lanzamiento de una campa?a europea¡±, de que ser¨¢ capaz de pactar con una colega cr¨ªtica con Israel y el matrimonio homosexual, Wilders, que se declara admirador del primero y defensor del segundo, subray¨® varias veces las diferencias con Le Pen padre. ¡°Aunque los discursos de su progenitor no me gustan, Marine se ha distanciado de todo eso. Yo no le veo un ¨¢pice de antisemitismo o racismo. Hasta creo tener m¨¢s en com¨²n con su Frente Nacional que con el resto de los partidos holandeses¡±, asegur¨®, mientras sus guardaespaldas dominaban la seguridad de la sala dedicada a la presentaci¨®n en sociedad del pacto.

Cuando Marine Le Pen, que asent¨ªa, tom¨® la palabra, la cita adquiri¨® tono de mitin. ¡°Estamos contra una UE que nos impone los presupuestos, merma nuestra identidad, nos dice qui¨¦n debe entrar en nuestro pa¨ªs, impone la moneda y lanza a los trabajadores de unos pa¨ªses contra otros¡±, asegur¨® de un tir¨®n. ¡°Ha llegado el momento de la solidaridad entre los patriotas de Europa, el verdadero movimiento que sigue el curso de la Historia. La UE, como todos los imperios, se derrumbar¨¢ sobre s¨ª misma. Queremos decidir nuestro destino. Porque los pol¨ªticos europeos actuales luchan por ostentar un poder que luego no ejercen. Hay que recuperar la soberan¨ªa¡±, afirm¨®, junto a un Wilders encantado de haberla invitado.

Y cuando las preguntas tocaron de lleno en lo que les separa, los dos trataron de salir airosos con evasivas razonadas. ¡°Incluso en un matrimonio hay diferencias de opini¨®n. Francia viene de una tradici¨®n laica y es prudente con las religiones. La identidad de los pueblos no permite uniformar¡±, dijo ella, para explicar que si Wilders quiere prohibir el Cor¨¢n es cosa suya. ¡°He viajado por Europa y he visto lo que pide la gente. No coincidimos en todo, pero somos eurocr¨ªticos y creemos que Bruselas tiene que decidir menos. Un buen acuerdo para las elecciones europeas¡±, a?adi¨®, pragm¨¢tico el pol¨ªtico holand¨¦s.