La candidata herm¨¦tica
La ganadora de las elecciones chilenas, Michelle Bachelet, solo conf¨ªa en un estrecho c¨ªrculo de colaboradores

La expresidenta Michelle Bachelet, a bordo de un coche bautizado como bachem¨®vil, en alusi¨®n al veh¨ªculo que traslada al Papa, realiza un recorrido de dos horas el mi¨¦rcoles 13 de noviembre por dos comunas populares del norte de Santiago de Chile, Renca y Conchal¨ª. Le sigue una caravana de unos cien veh¨ªculos con partidarios y est¨¢ resguardada por un amplio dispositivo de seguridad, que incluye camionetas de Carabineros y guardias vestidos de civil. El tr¨¢fico de las calles se detiene por el paso de la aspirante, que va saludando desde su veh¨ªculo a la gente que sale de sus casas.
La m¨²sica festiva es el tel¨®n de fondo y, a ratos, se transforma en un carnaval. La puesta en escena est¨¢ cuidadosamente preparada y parece un despliegue de una presidenta que va a la reelecci¨®n y no la de una exmandataria que hace cuatro a?os dej¨® La Moneda.
En?ocho meses de campa?a?siempre fue favorita en las encuestas, por lo que evit¨®?las confrontaciones con los otros ocho candidatos. Bachelet volver¨¢ a ser presidenta despu¨¦s de ganar la segunda vuelta de las elecciones con el 62% de los votos.?
Defiende el modelo n¨®rdico de econom¨ªa de mercado con protecci¨®n social
Separada, agn¨®stica, militante socialista desde los 19 a?os y madre de tres hijos, Bachelet durante esta jornada de campa?a no habla con la prensa ni aborda la coyuntura pol¨ªtica marcada por una noticia sensible en este pa¨ªs sudamericano: la detenci¨®n de dos chilenos en Espa?a por la instalaci¨®n de artefactos explosivos en Zaragoza. Los dirigentes de los partidos de centroizquierda se quejan en privado que pocos tienen acceso a Bachelet, que conf¨ªa en un estrecho c¨ªrculo de colaboradores que se vanaglorian de trabajar con suma discreci¨®n. La llaman la jefa.
La expresidenta tiene nexos con diferentes sectores, que saben que las conversaciones no se pueden ventilar. En 2006, como presidenta electa, utiliz¨® una frase que ilustra la importancia que le concede a la reserva: ?el que se mueve, no sale en la foto?. El hermetismo parece todav¨ªa mayor a medida que ha crecido su poder electoral y se ha convertido en el ¨²nico pasaporte de una coalici¨®n desgastada para volver al Gobierno.
Bachelet ha apostado por proyectar una imagen de l¨ªder internacional como exdirectora de ONU Mujeres. Entre septiembre de 2010 y marzo de 2013, cuando regres¨® para volver a postularse, se fue a vivir a Nueva York y guard¨® silencio sobre la coyuntura nacional. En esos dos a?os, donde incluso sus visitas a Chile se manten¨ªan en secreto, la socialista se convenci¨® de que el malestar y las protestas de 2011 mostraban el cierre definitivo de un ciclo pol¨ªtico, lo que suele repetir en su campa?a. Entre 1990 y 2010, los Gobiernos de centroizquierda se centraron en la superaci¨®n de la pobreza y ahora, concluy¨® Bachelet, resulta indispensable centrarse en combatir las desigualdades.
?La pediatra socialista se convenci¨® de que el nuevo escenario social y la crisis de representatividad de la pol¨ªtica implicaba que cualquier agenda de campa?a y de Gobierno deb¨ªa hacerse cargo de las reformas estructurales que ni ella ni sus antecesores realizaron en los primeros veinte a?os de democracia. En su c¨ªrculo se?alan que el programa de Gobierno que Bachelet present¨® hace menos de un mes est¨¢ inspirado en los modelos de desarrollo de los pa¨ªses n¨®rdicos, que la expresidenta conoci¨® de cerca desde Naciones Unidas: econom¨ªas de mercado con protecci¨®n social y Estados fuertes.
El discurso de Bachelet en campa?a fue simple, evit¨® las complejidades pol¨ªticas, y apel¨® a la emotividad de los electores, como mostr¨® en Renca y Conchal¨ª: ?Chiquillos, chiquillas. Lo primero de todo es ganar en primera vuelta?, dec¨ªa. De acuerdo con sus asesores, la expresidenta est¨¢ cansada por la campa?a. En la primera vuelta vot¨® a las nueve y media de la ma?ana en un colegio de la comuna de La Reina, en la zona oriente de Santiago, y pas¨® gran parte del d¨ªa con su familia. Su madre ?ngela Jeria, de 87 a?os, la acompa?ar¨¢ en el hotel San Francisco del centro de la capital. De ella hered¨® su posici¨®n pol¨ªtica, el progresismo y la izquierda, as¨ª como su marcado inter¨¦s por los derechos de las mujeres.
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