Muere Srdja Popovic, defensor de los derechos humanos en Serbia
Durante cinco d¨¦cadas impuls¨® la democracia en su pa¨ªs, primero en la Yugoslavia de Tito y luego frente a la autocracia de Milosevic
El abogado serbio defensor de los derechos humanos Srdja Popovic, fallecido a finales del mes pasado a los 76 a?os, cre¨ªa con pasi¨®n en el derecho como piedra angular de cualquier democracia. Para ¨¦l, Serbia ten¨ªa que arreglar cuentas con los cr¨ªmenes que se hab¨ªan cometido en su nombre antes de ser plenamente democr¨¢tica.
En los a?os setenta y ochenta, antes de la implosi¨®n de la Yugoslavia de Josip Broz Tito, defendi¨® a figuras entre las que se encontraban desde el futuro primer ministro serbio Zoran Djindjic ¡ªpor intentar organizar un movimiento estudiantil de oposici¨®n¡ª hasta el futuro chetnik y se?or de la guerra ?Zeljko Raznatovic, Arkan. Se hizo tan inc¨®modo al Gobierno que durante un a?o se le prohibi¨® ejercer ante los tribunales.
A finales de los ochenta, Popovic lleg¨® a ser un s¨ªmbolo de las fuerzas de oposici¨®n a Belgrado, aunque nunca milit¨® en un partido pol¨ªtico y rechazaba la etiqueta de ¡°disidente¡±. Lanz¨® una campa?a de defensa de los estudiantes albaneses que se manifestaban pac¨ªficamente en Kosovo cuando el Gobierno sac¨® los tanques contra ellos. La lucha por una resoluci¨®n justa del ¡°problema kosovar¡± ¡ªlas tensiones entre Serbia y Kosovo por el encaje de este ¨²ltimo dentro de Yugoslavia¡ª ser¨ªa una de sus mayores preocupaciones.
En 1990, horrorizado por el nacionalismo exacerbado del r¨¦gimen de Slobodan Milosevic y por el apoyo popular del que disfrutaba, Popovic fund¨® el semanario Vreme (Tiempo), que durante d¨¦cadas fue una de las principales voces independientes del pa¨ªs.
Aunque en 1991 Popovic se estableci¨® en Nueva York, sigui¨® en estrecho contacto con los acontecimientos en Serbia. En septiembre de 1993 firm¨® la carta abierta que un centenar de personalidades, a iniciativa del poeta Joseph Brodsky, dirigieron al presidente Bill Clinton, en la que le ped¨ªan que ordenara bombardeos selectivos contra objetivos militares serbios para contener la intervenci¨®n de Belgrado en Bosnia. Aunque esta actuaci¨®n le supuso ser calificado de ¡°traidor a la patria¡±, en 1999 manifest¨® abiertamente su apoyo a los bombardeos de la OTAN para detener la campa?a de limpieza ¨¦tnica serbia en Kosovo, acci¨®n que posibilit¨® el surgimiento del actual pa¨ªs independiente. Cuando Milosevic cay¨®, en 2000, Popovic regres¨®, pese a que ¨¦l no pensaba que la ca¨ªda del hombre fuerte hubiera supuesto el fin de su r¨¦gimen.
Popovic era inflexible en dos cosas. En primer lugar, consideraba que era Serbia la principal responsable de la destrucci¨®n de Yugoslavia. Las guerras de 1991-1995 no fueron un enfrentamiento civil, sino, ¡°desde el principio, un conflicto internacional, porque Serbia, seg¨²n su propia constituci¨®n, se convirti¨® en un Estado independiente a partir del 28 de septiembre de 1990, es decir, nueve meses antes de la declaraci¨®n de independencia de Eslovenia y Croacia¡±. Hablar del ¡°separatismo¡± croata era pura ret¨®rica.
En segundo lugar, pensaba que era necesaria una catarsis nacional, por lo que pas¨® sus ¨²ltimos a?os tratando de elucidar el trasfondo pol¨ªtico del asesinato de Djindjic en 2003. Djindjic se hab¨ªa convertido en primer ministro dos a?os antes y Popovic le cre¨ªa capaz de llevar a Serbia en la direcci¨®n adecuada. Este compromiso le llev¨® a rechazar la idea de que el presidente Boris Tadic (2004-2012) mereciera apoyo pol¨ªtico como mal menor en las elecciones de 2012; no pod¨ªa perdonar a Tadic el haber bloqueado las pesquisas entre las figuras pol¨ªticas de alto nivel asociadas con el anterior presidente, Vojislav Kostunica, en relaci¨®n con lo que ¨¦l consideraba no un asesinato, sino un intento de golpe de Estado. Kustunica neg¨® siempre cualquier implicaci¨®n en el asunto.
? Guardian News & Media 2013.
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