EE UU conf¨ªa en que el trato para tener sus tropas en Afganist¨¢n se firme este a?o
La Casa Blanca responde as¨ª a las declaraciones de Karzai que insisti¨® en que el acuerdo ser rubricado por su sucesor en abril, un plazo muy largo para el Pent¨¢gono
La Casa Blanca se ha mostrado confiada en que el acuerdo alcanzado entre Afganist¨¢n y Estados Unidos para regular la permanencia de sus tropas en el pa¨ªs asi¨¢tico tras la retirada de las fuerzas de la OTAN en diciembre de 2014 se firme antes de que finalice el a?o. El plazo de Estados Unidos difiere del propuesto este jueves por el presidente afgano, Hamid Karzai, que, ante los delegados del Loya Jirga, la asamblea de l¨ªderes tribales, encargada de examinar el contenido del pacto, ha se?alado que lo conveniente ser¨ªa que fuera su sucesor quien rubricara el tratado cuando sea elegido en abril ante la falta de confianza mutua entre? Washington y ¨¦l.
"Necesitamos firmar el acuerdo antes de que termine 2013", asegur¨® el secretario de Defensa, Chuck Hagel. El Pent¨¢gono cuenta con que el tratado entre en vigor antes de fin de este a?o para poder preparar con tiempo el relevo de las tropas de la OTAN, pero las declaraciones de Karzai han sembrado, de nuevo, la incertidumbre sobre el futuro de un pacto cuyas negociaciones han sido tensas y farragosas y que es determinante para garantizar la presencia de un contingente de EE UU en Afganist¨¢n a partir de diciembre de 2014. El retraso que propone el presidente afgano podr¨ªa truncar las expectativas de que se selle un acuerdo del que depende el mantenimiento de miles de millones en asistencia militar y econ¨®mica, la subsistencia de las fuerzas armadas de ese pa¨ªs. El propio Karzai ha reconocido ante el Loya Jirga la importancia de la permanencia de las tropas estadounidenses para mantener la seguridad en el pa¨ªs
En la recta final de su mandato, las demandas que sobre el contenido del tratado ha venido planteando Karzai en los ¨²ltimos meses se consideran un intento por arrogarse relevancia pol¨ªtica. ¡°Existe una falta de confianza entre Am¨¦rica y yo. Yo no conf¨ªo en ellos y ellos no conf¨ªan en m¨ª¡±, ha reconocido el presidente ante el concilio de l¨ªderes tribales afganos. La Casa Blanca y el Departamento de Estado han eludido comentar las declaraciones del presidente de Afganist¨¢n sobre los nuevos plazos, insistiendo en que el tratado deber¨ªa firmarse en las pr¨®ximas semanas, y sobre las suspicacias entre Karzai y Washington. ¡°El escepticismo siempre ha rodeado a este proceso. En Irak huno problemas y no se lleg¨® a un acuerdo, pero en ese caso s¨ª lo hemos hecho¡±, ha se?alado el portavoz de la presidencia, Josh Earnest.
El Pent¨¢gono cuenta con que el tratado entre en vigor antes de fin de este a?o para poder preparar con tiempo el relevo de las tropas de la OTAN, pero las declaraciones de Karzai han sembrado, de nuevo, la incertidumbre sobre el futuro del pacto
La Administraci¨®n s¨ª ha sido tajante a la hora de desmentir al presidente de Afganist¨¢n sobre la duraci¨®n de la estancia del contingente estadounidense en el pa¨ªs. Karzai ha asegurado que se marchar¨ªa en 2024, pero Earnest ha dejado claro que esa decisi¨®n le corresponde exclusivamente al presidente de EE UU y que todav¨ªa no hab¨ªa sido tomada insinuando que ¡°las tareas de entrenamiento de las fuerzas armadas afganas no requerir¨¢n tanto tiempo¡±. El portavoz de la Casa Blanca tambi¨¦n ha se?alado que Obama no hab¨ªa decidido todav¨ªa el n¨²mero de soldados que permanecer¨¢ en Afganist¨¢n -se baraja una cifra que oscila entre los 5.000 y los 10.000-.
El ¨²ltimo envite de Karzai es una zancadilla para las perspectivas de una negociaci¨®n que a ambos pa¨ªses les interesa que concluya con ¨¦xito. EE UU no tiene ninguna intenci¨®n de que Afganist¨¢n siga la senda de violencia de Irak, donde se ha afianzado la presencia de Al Qaeda, y se convierta en un caldo de cultivo para el terrorismo contra el que ha luchado en la guerra m¨¢s larga de su historia y en la que ha invertido tanto dinero y vidas humanas. Para Kabul la presencia de tropas estadounidenses es vital para mantener la ayuda anual de 4.000 millones de d¨®lares de la que dependen sus fuerzas de seguridad, las principales encargadas, a partir de la retirada de la OTAN, de combatir a la insurgencia.
El acuerdo que alcance con EE UU tambi¨¦n determinar¨¢ el modelo de otros pa¨ªses que forman parte del contingente de la OTAN y que tambi¨¦n han mostrado su deseo por permanecer en Afganist¨¢n tras el final del mandato de la Alianza. Para los empresarios e inversores afganos, la presencia? de soldados estadounidenses les garantiza una seguridad vital para el desarrollo econ¨®mico del pa¨ªs y la influencia de una naci¨®n que prefieren a la alternativa de Ir¨¢n o Pakist¨¢n, las potencias que podr¨ªan llenar, a priori, el vacio de EE UU.
La espina de la inmunidad
El acuerdo entre Afganist¨¢n y EE UU establece las condiciones de permanencia de las tropas americanas en el pa¨ªs asi¨¢tico y el marco de las operaciones que desarrollar¨¢n, restringido al entrenamiento de las fuerzas armadas afganas y a la organizaci¨®n de operaciones antiterroristas. El texto garantiza la inmunidad de los militares por los delitos que cometan en suelo afgano y la de los civiles bajo sus ¨®rdenes -que estar¨¢n sujetos a la jurisdicci¨®n estadounidense- y limita las redadas en viviendas de civiles, que siempre deber¨¢n comunicarse a las autoridades afganas y realizarse ¡°en circunstancias extraordinarias¡±. (Los contratistas civiles s¨ª podr¨¢n ser detenidos y juzgados conforme a la legislaci¨®n afgana)
En la recta final de su mandato, las demandas que sobre el contenido del tratado ha venido planteando Karzai en los ¨²ltimos meses se consideran un intento por arrogarse relevancia pol¨ªtica
La inmunidad de las tropas norteamericanos es, a priori, uno de los puntos m¨¢s susceptibles de rechazo por parte del Loya Jirga, tal y como evidenciaron varios de sus delegados cuando Karzai les ley¨® el texto del acuerdo. La exoneraci¨®n de responsabilidad legal, sin embargo, es una de las condiciones prioritarias para el Pent¨¢gono para acceder a mantener tropas en suelo afgano y la ausencia de esa garant¨ªa es lo que determin¨® el abandono de todos los contingentes armados en Irak, tras la retirada en octubre de 2011.
Karzai accedi¨® a conceder la inmunidad a cambio de una carta en la que el presidente Obama reconociera los errores cometidos durante los 12 a?os de ocupaci¨®n. El presidente de EE UU remiti¨® un escrito pero en unos t¨¦rminos que no se acomodaban a las demandas de su hom¨®logo. En la nota, el presidente aseguraba que las tropas reconocer¨ªan ¡°la soberan¨ªa afgana¡±, pero recalcaba, adem¨¢s, el ¡°enorme sacrificio¡± de los soldados estadounidenses ¡°en su tarea de proteger al pueblo afgano¡±. La misiva y el texto del acuerdo est¨¢n siendo discutidos estos d¨ªas por el Loya Jirga. Su decisi¨®n no es vinculante, pero Karzai ya ha asegurado que sin un respaldo mayoritario por parte de la asamblea de l¨ªderes afgano, su Gobierno no autorizar¨¢ el acuerdo.
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