China ampl¨ªa su zona de defensa a¨¦rea a un ¨¢rea en disputa con Jap¨®n
La decisi¨®n eleva la tensi¨®n con Tokio, ya que incluye las islas Senkaku / Diaoyu, administradas por Tokio pero reclamadas por Pek¨ªn
La tensi¨®n que caracteriza las relaciones entre China y Jap¨®n ha alcanzado un nivel sensible en los ¨²ltimos d¨ªas, hasta el punto que podr¨ªa desembocar en un roce armado imprevisto. El conflicto territorial y mar¨ªtimo latente entre los dos pa¨ªses se agrav¨® este fin de semana despu¨¦s de que China anunciara una nueva "zona de identificaci¨®n de defensa a¨¦rea" sobre unas islas que se disputan ambos en el Mar de China Oriental. La medida provoc¨® las cr¨ªticas de Estados Unidos y Jap¨®n.
El s¨¢bado por la ma?ana, China hizo p¨²blicas las nuevas coordenadas de la zona de defensa a¨¦rea, que incluye las aguas donde se encuentran las islas en disputa, llamadas Senkaku en Jap¨®n y Diaoyu en China. La decisi¨®n crea una extensa ¨¢rea de superposici¨®n entre las zonas de defensa a¨¦rea de China y Jap¨®n, y anuncia una nueva fase potencialmente m¨¢s peligrosa del enfrentamiento territorial sobre estas islas deshabitadas, que son controladas por Jap¨®n, pero reclamadas por China y Taiw¨¢n.
"El riesgo de tener un conflicto importante por un incidente en el aire o en el ¨¢mbito mar¨ªtimo ha subido este fin de semana y seguir¨¢ escalando", asegura Ting Wai, profesor de estudios gubernamentales e internacionales en la Universidad Baptista de Hong Kong. "El paso es provocador, y, sin duda, plantea la posibilidad de conflicto".
Pocas horas despu¨¦s de que China revelara la nueva zona, el Secretario de Estado estadounidense, John Kerry, y el Secretario de Defensa, Chuck Hagel, criticaron la acci¨®n de Pek¨ªn y advirtieron que apoyar¨ªan a Jap¨®n militarmente en cualquier confrontaci¨®n que surgiera. "Consideramos este desarrollo un intento de desestabilizaci¨®n para alterar el status quo en la regi¨®n", dijo Hagel en un comunicado el s¨¢bado, seg¨²n el peri¨®dico The Wall Street Journal. "Esta acci¨®n unilateral aumenta el riesgo de malentendidos y errores de c¨¢lculo".
El Ministerio de Defensa chino ha presentado protestas a las embajadas de Jap¨®n y Estados Unidos en Pek¨ªn. Ha dicho que los comentarios de Jap¨®n son "totalmente infundados e inaceptables" y los de Estados Unidos, "err¨®neos", seg¨²n la agencia oficial china Xinhua.
El primer ministro japon¨¦s, Shinzo Abe, ha afirmado hoy que la declaraci¨®n de la zona china es inaplicable. "Las medidas adoptadas por los chinos no tienen validez alguna en Jap¨®n, y exigimos a China que revoque cualquier medida que pueda infringir la libertad de vuelo en el espacio a¨¦reo internacional", ha dicho en una sesi¨®n del parlamento, seg¨²n la agencia Kyodo News.
Abe ha asegurado que las medidas imponen unilateralmente las reglas establecidas por el ej¨¦rcito chino en todos los vuelos en la zona y violan la libertad de volar sobre el mar abierto, un principio general bajo el derecho internacional.
Se¨²l ha calificado la decisi¨®n china de "lamentable'', ya que el ¨¢rea se superpone con su propia zona de defensa a¨¦rea e incorpora una roca disputada, sumergida y controlada por Corea del Sur, conocida como Ieodo, que tambi¨¦n ha sido durante mucho tiempo fuente de tensiones diplom¨¢ticas con Pek¨ªn. "Me gustar¨ªa decir una vez m¨¢s que el control territorial de Ieodo no ha cambiado'', ha se?alado Kim Min Seok, portavoz del Ministerio de Defensa surcoreano, informa France Presse.
En el anuncio, China dijo que los aviones que entren en el ¨¢rea deben informar de los planes de vuelo e identificarse. A?adi¨® que el ej¨¦rcito tomar¨ªa "medidas de emergencia defensivas" si aviones que entran en la zona no cumplen con sus normas.
Pero la implementaci¨®n de la zona es lo que realmente preocupa a algunos expertos. "La defensa a¨¦rea de la zona est¨¢ en una zona a¨¦rea internacional y tiene que estar regulado por la ley internacional", explica Tetsuo Kotani, un especialista en seguridad militar del Instituto Japon¨¦s de Asuntos Internacionales. "El desaf¨ªo chino puede llegar a ser muy peligroso".
Estas fricciones contrastan con una incipiente recuperaci¨®n en el comercio, con un aumento de las exportaciones japonesas a China del 21,3 % en octubre comparado con un a?o antes, y a?aden presi¨®n a Abe, cuyo Gobierno va a presentar su primera estrategia de seguridad nacional de la posguerra el mes que viene. "(Estos sucesos) van a tener efectos negativos en las relaciones pol¨ªticas, y, por extensi¨®n, har¨¢n que sea m¨¢s dif¨ªcil continuar mejorando las relaciones econ¨®micas", dice Kotani.
La disputa sobre este archipi¨¦lago situado en aguas ricas en petr¨®leo, gas natural y pescado, en el suroeste de Jap¨®n, est¨¢ creciendo a medida que China y Jap¨®n buscan un papel m¨¢s importante en la regi¨®n, mediante la mejora de las relaciones con naciones del sureste asi¨¢tico. Desde que asumi¨® el cargo hace casi un a?o, Abe ha encabezado un movimiento para reforzar la capacidad de defensa japonesa. Ha citado las amenazas de la creciente presencia mar¨ªtima y militar de China en la regi¨®n. Jap¨®n ha tenido una zona a¨¦rea similar desde la d¨¦cada de 1960.
Desde la llegada al poder del presidente chino, Xi Jinping, Pek¨ªn tambi¨¦n se ha mostrado m¨¢s firme en sus reivindicaciones territoriales, lo que ha generado un aumento de las tensiones con muchos de sus vecinos, entre ellos, Filipinas.
Estados Unidos no toma partido en la disputa territorial, pero es un aliado -comprometido por tratado- de Jap¨®n y reconoce el gobierno, pero no la soberan¨ªa, de Tokio en las islas en discusi¨®n.
El origen de estas tensiones se remonta a 1971, cuando China reclam¨® la soberan¨ªa, en un periodo en el que las islas, originalmente japonesas, estaban siendo administradas por Estados Unidos (1945-1972). La tensi¨®n estall¨® el a?o pasado cuando el entonces primer ministro japon¨¦s, Yoshihiko Noda, nacionaliz¨® tres de las cinco islas del archipi¨¦lago, en lo que seg¨²n algunos expertos fue un torpe intento de evitar que cayeran en manos de Shintaro Ishihara, un derechista que fue gobernador de Tokio hasta finales del a?o pasado.
La nacionalizaci¨®n provoc¨® protestas a gran escala en China. Pek¨ªn insisti¨® en que la medida era una conspiraci¨®n antichina para fortalecer la posici¨®n japonesa y decidi¨® deshacerse de cualquier tipo de pretensiones japonesas del control exclusivo de las aguas y los cielos alrededor de las islas. Las incursiones de buques de vigilancia llegaron primero. Este es un segundo paso a la reacci¨®n de la compra de las islas del pasado oto?o, seg¨²n Ting Wai. "China ha estado consistentemente haciendo valer su influencia, y siente que tiene algo que demostrar", afirma.
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