La jugada maestra de Cristina Fern¨¢ndez
La reforma del Gobierno efectuada por la presidenta de Argentina tras su convalecencia ha descolocado hasta a los m¨¢s cr¨ªticos
La presidenta de Argentina, Cristina Fern¨¢ndez, volvi¨® el lunes 18 de noviembre tras pasar 45 d¨ªas alejada de las c¨¢maras y los micr¨®fonos y dej¨® descolocados a propios y extra?os. A los propios, porque acometi¨® reformas -como la salida del secretario de Estado, Guillermo Moreno, o el permiso para conceder conferencias de prensas regulares en la Casa Rosada- que ahora saludan con alborozo pero que nadie reclam¨® jam¨¢s. Y a los m¨¢s cr¨ªticos, porque volvi¨® con un ramillete de medidas aperturistas que apenas dej¨® espacio para responder una especie de ¡°ya veremos en qu¨¦ se sustancia todo esto¡±. Ahora es ella, incluso condicionada por una salud que le privar¨¢ de viajar en avi¨®n en las pr¨®ximas semanas, la que marca con m¨¢s fuerza que nunca el ritmo de la agenda. Parece que han pasado a?os en lugar de semanas desde que le diagnosticaron una arritmia en el coraz¨®n, le drenaron un hematoma craneal, tuvo que cumplir cinco semanas de reposo y el vicepresidente, Amado Boudou, qued¨® al frente del Gobierno.
Fern¨¢ndez compareci¨® el lunes pasado con un v¨ªdeo grabado por su hija Florencia en el que romp¨ªa con una camisa blanca el luto de tres a?os que guard¨® por su marido. Pero no habl¨® del luto. Ni siquiera de pol¨ªtica. S¨®lo de los regalos que hab¨ªa recibido y del mucho cari?o que le demostr¨® todo el mundo. Mostr¨® el perrito Sim¨®n que le hab¨ªa regalado Ad¨¢n, hermano de Hugo Ch¨¢vez. Y sin embargo, no dej¨® de hacer pol¨ªtica en los seis minutos que dur¨® el v¨ªdeo. Los espectadores no sab¨ªan que la misma mano que acariciaba al perrito acababa de firmar el cese de varios altos cargos. Y el nombramiento de Axel Kicillof al mando del ministerio de Econom¨ªa y de Jorge Capitanich como Jefe de Gabinete.
Kicillof es un antiguo profesor de historia econ¨®mica, doctorado con las calificaciones m¨¢s altas en la Universidad de Buenos Aires. Y Capitanich, gobernador peronista de la provincia del Chaco, leal a Cristina Fern¨¢ndez, pragm¨¢tico y trabajador. Kicillof es de izquierdas y Capitanich de lo que haga falta. Ahora hace falta controlar la inflaci¨®n y las p¨¦rdidas de reservas del Banco Central. Hab¨ªa 47.959 millones de d¨®lares en febrero de 2010 y cayeron hasta 33.232 en octubre 2013. Se han perdido 14.727 millones en tres a?os. Ambos se han puesto manos a la obra desde el primer d¨ªa, trabajando incluso el s¨¢bado, el domingo y el lunes 25 de noviembre que es festivo en Argentina. Capitanich tiene imagen de pol¨ªtico s¨®lido y pragm¨¢tico. Y llega con m¨¢s poderes de los que tuvo nunca un Jefe de Gabinete en un gobierno kirchnerista.
Pero la prensa cr¨ªtica advirti¨® enseguida que en realidad, Axel Kicillof ya era desde hace casi dos a?os el verdadero hombre fuerte del ministerio de Econom¨ªa y que su nombramiento no era m¨¢s que la constancia oficial de un hecho. Y adem¨¢s, el poderoso secretario de Estado de Comercio, Guillermo Moreno, segu¨ªa en su puesto. Con lo cual, los cambios en realidad parec¨ªan un lavado de cara superficial.
Moreno era el hombre que usaba su avasallante sentido del humor para recibir a un grupo de empresarios dici¨¦ndoles: ¡°La pr¨®xima vez, vengan con sus mujeres. Ya estoy cansado de cog¨¦rmelos a ustedes¡±; era el que organiz¨® una expedici¨®n surrealista de intercambio comercial con Angola a la que acudi¨® la propia presidenta Fern¨¢ndez. Y sobre todo, era el que manipul¨® las estad¨ªsticas de la inflaci¨®n y el crecimiento. Y durante ocho a?os Fern¨¢ndez le re¨ªa las gracias y le concedi¨® patente de corso para negociar con los empresarios.
Pero al martes siguiente, Moreno present¨® su dimisi¨®n y Fern¨¢ndez se la acept¨®. O sea, lo ech¨® del Gobierno. Y se qued¨® solo Kicillof en Econom¨ªa como hombre fuerte; acompa?ado bien de cerca, eso s¨ª, por el Jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, quien tiene formaci¨®n econ¨®mica y conoce desde hace unos 15 a?os a Kicillof. Kicillof fue el gran impulsor de la expropiaci¨®n del 51% de las acciones de YPF a Repsol. Pero no se siente nada c¨®modo con el apodo de ¡°El Sovi¨¦tico¡± que le puso Guillermo Moreno. Nunca ha dicho que sea marxista, aunque ha estudiado muy a fondo el marxismo. Para despejar cualquier temor, en su primera comparecencia ante la prensa como ministro advirti¨®: ¡°Este Gobierno no va a hacer nada que perjudique a los trabajadores ni a los empresarios¡±.
Un d¨ªa despu¨¦s del v¨ªdeo y de que se conocieran los cambios en el Gobierno, Cristina Fern¨¢ndez compareci¨® ante cientos de j¨®venes militantes de La C¨¢mpora en La Casa Rosada. Dijo que iba a ¡°profundizar el modelo¡±, que es la manera m¨¢s rotunda de no decir nada. Alab¨® la gesti¨®n de la nacionalizada YPF, que ha elevado por quinto mes consecutivo su producci¨®n de petr¨®leo y de gas. Y se cuid¨® mucho de no mencionar los resultados de las elecciones del 27 de octubre, donde el oficialismo perdi¨® en los cinco mayores distritos electorales. Dijo lo que quiso decir y call¨® muchas cosas. Pero lo que sus hechos est¨¢n diciendo desde entonces es que ha entendido el mensaje, el mensaje de la derrota electoral. Y que act¨²a en consecuencia.
A¨²n es muy pronto para analizar si los cambios suponen s¨®lo un maquillaje superficial o servir¨¢n para sacar al pa¨ªs de una inflaci¨®n que se eleva hasta el 25% y para fomentar el consenso entre rivales pol¨ªticos. No hay que olvidar que la misma persona que el lunes apel¨® en la Casa Rosada al di¨¢logo es la misma que intent¨® imponer una reforma de la Justicia que s¨®lo pudo impedir el Tribunal Supremo, la misma que atac¨® en sus discursos televisados a periodistas cr¨ªticos y empresarios, y la misma que se ha negado a conceder entrevistas durante m¨¢s de tres a?os a ofrecer conferencias de prensa. Pero, de momento, la jugada es maestra. Parte de la oposici¨®n y de la prensa m¨¢s cr¨ªtica le ha otorgado el beneficio de la duda. Si el equipo econ¨®mico consiguiera frenar la p¨¦rdida de reservas del Banco Central y controlar la inflaci¨®n, Fern¨¢ndez podr¨ªa so?ar con volver dentro de cuatro a?os como lo est¨¢ haciendo Michelle Bachelet en Chile.
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