Una gran y costosa coalici¨®n

Los noticieros alemanes del pasado martes adelantaron que a las partes implicadas en los preparativos de una gran coalici¨®n les esperaba una noche muy larga. Despachada la minuciosa y ardua tarea de los distintos grupos de trabajo, quedaban pendientes los asuntos de mayor disenso. Su resoluci¨®n depend¨ªa de la direcci¨®n de los respectivos partidos. Los jefes (Merkel, el b¨¢varo Seehofer y el socialdem¨®crata Gabriel) se han puesto finalmente de acuerdo.

La larga negociaci¨®n se inici¨® en octubre con un primer paso razonable: ?Estamos dispuestos, a pesar de todas nuestras diferencias, a ponernos de acuerdo en un paquete de medidas suficiente para sostener un gobierno estable durante toda la legislatura? La respuesta afirmativa dej¨® a los Verdes fuera de la mesa de negociaci¨®n.

No obstante, perjudicados en las urnas al t¨¦rmino de la gran coalici¨®n anterior, los socialdem¨®cratas someter¨¢n el acuerdo reci¨¦n adoptado al refrendo de las bases. Ya d¨ªas atr¨¢s, su jefe, Sigmar Gabriel, tuvo que escuchar pitadas y abucheos de los suyos.

Insinu¨® su dimisi¨®n, no sin antes dibujar un futuro negro para su partido (con posible intenci¨®n de voto por debajo del 20%), adem¨¢s de un rid¨ªculo hist¨®rico, en caso de desautorizar a la direcci¨®n del partido.

Con el tiempo, se conocer¨¢n m¨¢s detalles de una negociaci¨®n encaminada principalmente a encontrar un ajuste entre las exigencias del mercado y la justicia social. D¨ªas atr¨¢s lleg¨® a hablarse en repetidas ocasiones de ruptura. El rumor se par¨® en seco tras saberse que la CDU hab¨ªa llegado a un acuerdo para formar una coalici¨®n de gobierno con los Verdes en el Estado federado de Hesse. Angela Merkel, ¨²ltimamente poco pr¨®diga en declaraciones, apoy¨® en p¨²blico dicha coalici¨®n, como d¨¢ndoles a entender a los socialdem¨®cratas que no le faltaba una carta secreta en la manga.

Al final todos parecen contentos despu¨¦s de haber logrado que en el acuerdo de 185 p¨¢ginas se aceptaran las promesas m¨¢s fuertes hechas a su electorado. La ley fijar¨¢ un salario m¨ªnimo de 8,50 euros a la hora como exig¨ªan los socialdem¨®cratas, una de las mayores cesiones de Angela Merkel, quien a cambio cumplir¨¢ su compromiso electoral de no subir los impuestos. ?C¨®mo financiar las pol¨ªticas sociales que se avecinan en Alemania? Muy f¨¢cil, a?adiendo a los gastos actuales, ya exorbitantes, otros 23.000 millones. Una coalici¨®n muy cara, pues, que seg¨²n los expertos de la CDU suscitar¨¢ desempleo y un aumento del d¨¦ficit p¨²blico.

El SPD sale con la cabeza alta de la negociaci¨®n. Ha logrado que se acepten no pocas de sus mayores reivindicaciones, como la de la doble nacionalidad, la relativa a la paridad de sueldos entre varones y mujeres y otras referentes a derechos laborales. Horst Seehofer se vuelve a casa con la promesa de que habr¨¢ peaje de autopista para coches extranjeros. Ya veremos si la Uni¨®n Europea acepta la idea tal como ha sido planteada. Y Angela Merkel, con ojeras, sonr¨ªe vendiendo, como sabe ella vender, un acuerdo de gobierno para cuya culminaci¨®n ha hecho notables concesiones. Conservar¨¢, eso s¨ª, la canciller¨ªa. Ahora toca pelearse por el reparto de carteras. Y despu¨¦s, a gobernar en un parlamento a cuya oposici¨®n le corresponde el 20% de los esca?os.