El magnate afirma que seguir¨¢ en pol¨ªtica incluso fuera del Parlamento
Berlusconi se dirige a sus seguidores concentrados ante su casa en Roma
Silvio Berlusconi ya no se parece a Silvio Berlusconi. Hasta hace muy pocas semanas, la pol¨ªtica italiana se asemejaba a aquella vieja definici¨®n de f¨²tbol: "Un deporte en el que juegan once contra once y siempre gana Alemania". Aqu¨ª, cuando no ganaba Berlusconi, perd¨ªan los dem¨¢s. Desde que en 1994 descendi¨® de sus negocios a la pol¨ªtica al grito de "amo a Italia", el viejo cantante de cruceros, magnate de los medios de comunicaci¨®n y seductor de j¨®venes previo pago se las ha ingeniado para convertirse en una pieza imprescindible en el complicado engranaje de la pol¨ªtica italiana.
Propietario de un carisma innegable ¡ªy de las televisiones suficientes como para multiplicarlo hasta el infinito¡ª, Berlusconi siempre escond¨ªa un as en la manga, un conejo en la chistera, un chiste, un cheque o una amenaza para voltear las situaciones adversas. Ya no.
Hasta este mi¨¦rcoles, cuando mand¨® llenar la puerta del palacio Grazioli de un ej¨¦rcito de acarreados, convenientemente surtidos de banderas y bocadillos, Berlusconi ya no parec¨ªa m¨¢s que un collage de s¨ª mismo. Ni siquiera escondido detr¨¢s de una gruesa capa de maquillaje lograba disimular su cansancio infinito, la vulgaridad de un discurso que no era m¨¢s que una copia mal pegada de sus intervenciones anteriores.
Ni una idea nueva, ni una emoci¨®n, ni siquiera una broma de las suyas para disimular con garbo la hora ag¨®nica de su expulsi¨®n. Nada. Solo una promesa a s¨ª mismo: "No me voy a esconder en un convento. Seguir¨¦ aqu¨ª, con vosotros. No os desesper¨¦is si el l¨ªder del centroderecha no est¨¢ en el Senado. No es necesario para seguir haciendo pol¨ªtica. Sab¨¦is que hay l¨ªderes de otros partidos, ah¨ª est¨¢ [Matteo] Renzi o [Beppe]Grillo, que dirigen sus formaciones y no est¨¢n en el Parlamento".
Pero se le olvid¨® a?adir que ni el joven Renzi, que lidera el Partido Democr¨¢tico, ni el populista Grillo llevan tras de s¨ª una reata de procesos pendientes ni, sobre todo, una condena a¨²n por descontar. Porque, aunque no ir¨¢ a la c¨¢rcel por el caso Mediaset, s¨ª tendr¨¢ que descontar un a?o de pena en arresto domiciliario o cumpliendo servicios sociales. A un hombre siempre dispuesto a la broma, le han sabido a cuerno quemado todas las que se han hecho a costa de la posibilidad de que el exjefe del Gobierno tuviese que rehabilitarse limpiando letrinas en una granja de desintoxicaci¨®n de un conocido cura medi¨¢tico. Y luego, el vino agrio del resentimiento: "Brindan porque han llevado a un adversario, a un enemigo, ante un pelot¨®n de ejecuci¨®n, que es lo que llevaban esperando desde hace 20 a?os. Por eso est¨¢n euf¨®ricos..., pero no creo que con esto hayan vencido definitivamente el partido de la democracia y la libertad".
Y esa es, por el momento, la m¨¢s eficaz arma de Berlusconi. Aunque con un partido demediado por la traici¨®n dolorosa de Angelino Alfano y con una peligrosa intemperie ante la justicia, todo el mundo cree ¡ªsobre todo sus enemigos¡ª que el hasta ahora Cavaliere a¨²n intentar¨¢ alguna jugada a la desesperada.
De hecho, unas horas antes de que el Senado se reuniera para aplicarle la ley Severino ¡ªy a pesar de que en teor¨ªa todo estaba atado para su expulsi¨®n¡ª, pocos eran los que se atrev¨ªan a garantizar que se fuese a producir realmente. Y, a¨²n ahora, el fantasma de su poder acude en su ayuda.
Anoche, despu¨¦s de media hora de discurso desmadejado, con la voz rota, solo fue capaz de esbozar una promesa: "Os doy cita para el inicio de la pr¨®xima campa?a electoral, que ser¨¢ una campa?a por la libertad. Os aseguro que no olvidar¨¦ jam¨¢s esta jornada".
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