Ortega se topa con la Iglesia en Nicaragua
Los obispos acusan al presidente de querer instaurar un poder din¨¢stico similar al de la dictadura somocista
Bajo un sol que mord¨ªa la piel en Managua, el pasado jueves Lillyam Canales tom¨® con fuerza el micr¨®fono y grit¨®: ¡°?Somos ciudadanos, no s¨²bditos de un reyezuelo!¡±. Canales formaba parte de un grupo de al menos 500 personas que marcharon hasta la sede de la Asamblea Nacional de Nicaragua para pronunciarse contra las reformas constitucionales impulsadas por el presidente sandinista Daniel Ortega. Con su grito, Canales resum¨ªa el rechazo, liderado por la Iglesia, que ha generado en amplios sectores de la sociedad nicarag¨¹ense la reforma, que permite al mandatario gobernar sin contrapesos y ser reelegido indefinidamente con una mayor¨ªa simple en el Parlamento.
Desde que Ortega present¨® sus reformas las cr¨ªticas han arreciado en un pa¨ªs profundamente polarizado. Una de las voces m¨¢s discordantes ha sido la de los obispos. La Conferencia Episcopal remiti¨® un documento a la Asamblea en el que acusa al presidente de querer instaurar un nuevo r¨¦gimen familiar al estilo del somocismo, en referencia a la familia Somoza que gobern¨® de forma din¨¢stica el pa¨ªs desde 1934 hasta 1979, cuando Anastasio Somoza fue derrocado por la revoluci¨®n sandinista
¡°Consideramos que la actual propuesta de reformas a la Constituci¨®n, vista en su conjunto, est¨¢ orientada a favorecer el establecimiento y perpetuaci¨®n de un poder absoluto, ejercido por una persona o un partido de forma din¨¢stica o por medio de una oligarqu¨ªa pol¨ªtica y econ¨®mica¡±, denuncian los obispos.
Dadas las duras cr¨ªticas que la Iglesia ha vertido contra el Gobierno, la instituci¨®n no ha sido tomada en cuenta en el proceso de consultas abierto por el Parlamento para discutir las reformas. Un proceso dise?ado para lavar la cara del Gobierno, dado que solo han sido invitadas instituciones que mantienen buenas relaciones con Ortega, como el empresariado y los poderes del Estado que controla el l¨ªder sandinista. Fue la oposici¨®n parlamentaria la que exigi¨® que los obispos fueran incluidos en las consultas, seg¨²n revel¨® Eduardo Montealegre, excandidato presidencial y diputado por el Partido Liberal Independiente (PLI).
No obstante, las objeciones de la Iglesia ya han sido rechazadas por los diputados sandinistas. Alba Palacios, primera secretaria de la Asamblea Nacional, declar¨® a los medios el martes que ¡°una peque?a parte de los consultados trajeron posiciones pol¨ªticas, de rechazo total y no con una actitud de venir a discutir c¨®mo adaptar la Constituci¨®n a las nuevas necesidades del pueblo de Nicaragua¡±.
Desde que Ortega abri¨® la caja de pandora de las reformas otros sectores de la sociedad se han sumado a los obispos. La marcha del pasado jueves comenz¨® en la rotonda ¡°Hugo Ch¨¢vez¡± de la capital nicarag¨¹ense, donde se levanta un retrato del fallecido presidente de Venezuela. Los manifestantes avanzaron hasta las puertas de la Asamblea, a 400 metros de la rotonda, donde un cerco policial les impedi¨® seguir. Hubo un breve forcejeo con la polic¨ªa, hasta que los manifestantes superaron la barrera y llegaron a las puertas del Parlamento. All¨ª leyeron una proclama contra las reformas constitucionales y gritaron consignas contra el Gobierno y el Ej¨¦rcito.
¡°Daniel (Ortega) me hizo somocista¡±, dijo un hombre proveniente de las zonas rurales del pa¨ªs. ¡°?Viva Somoza!¡±, grit¨® el campesino. ¡°?Los militares a sus cuarteles!¡±, excalm¨® Sof¨ªa, una de las manifestantes, que denunciaba la posibilidad de que los miembros del Ej¨¦rcito de Nicaragua puedan ocupar cargos p¨²blicos en los Poderes del Estado. ¡°?No m¨¢s Guardia Nacional!¡±, replicaban seguidores sandinistas, en alusi¨®n al cuerpo militar de la dictadura somocista, c¨¦lebre por la represi¨®n y torturas.
La Asamblea Nacional deber¨¢ discutir en las primeras semanas de diciembre la propuesta. Es seguro que la reforma ser¨¢ aprobada, dado que el mandatario nicarag¨¹ense controla el Parlamento. La ley establece que las reformas constitucionales se deben aprobar en dos legislaturas, por lo que la segunda votaci¨®n se producir¨ªa a inicios de enero.
Ortega, impasible, prosigue con sus planes y co-gobernando con la c¨²pula empresarial. Su partido y la patronal, los grandes beneficiados de unos cambios que perpetuar¨ªan su poder.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.