La vida nueva de Silvio Berlusconi
El jueves fue el primer d¨ªa del resto de su vida. Una vida m¨¢s fr¨¢gil y desprotegida de lo que haya conocido en los ¨²ltimos 20 a?os. Ya no tiene inmunidad parlamentaria. El hombre m¨¢s rico de Italia regresa a la nuda condici¨®n civil, como un italiano cualquiera. Lleg¨® a la pol¨ªtica para evitar la justicia y se va de la pol¨ªtica cuando ya no hay obst¨¢culo alguno que consiga frenar la apisonadora que es la justicia en un Estado de derecho.
Sabe que le espera el cumplimiento de una condena de cuatro a?os de c¨¢rcel por fraude fiscal, que se convertir¨¢n en un a?o de trabajos sociales sustitutorios concedidos en atenci¨®n a su edad y a su condici¨®n. Y que ha perdido el derecho pasivo de voto, es decir, la capacidad para presentarse a unas elecciones en los pr¨®ximos seis a?os, hasta que tenga 83. Sabe tambi¨¦n, ya sin escudo que le proteja, que ser¨¢ pasto de los fiscales y jueces que ha conseguido eludir hasta ahora en sus dos d¨¦cadas de gloria.
El hombre que ha dominado la vida pol¨ªtica italiana durante los ¨²ltimos 20 a?os tiene ahora el miedo en el cuerpo. Todav¨ªa tuvo arrestos para gallear ante una asamblea de sus partidarios, con pat¨¦ticas denuncias de atentado a la democracia e incluso de golpe de Estado. En su primer d¨ªa como simple civil quiso mantener la apariencia del l¨ªder de una fuerza pol¨ªtica que piensa en las siguientes contiendas electorales y cuenta con programas de reformas pol¨ªticas. Aunque en su boca suenan a hueco o incluso a burla cruel que se inflige a s¨ª mismo.
Despu¨¦s de que todos le hayan ido abandonando ¡ªel ¨²ltimo, su delf¨ªn Alfano; los pen¨²ltimos, la Iglesia y los empresarios; antes, la derecha europea con Merkel en cabeza¡¡ª ser¨¢n ahora sus m¨¢s ¨ªntimos allegados los que intentar¨¢n proteger sus intereses y protegerse a s¨ª mismos de los ¨²ltimos y ag¨®nicos coletazos del caim¨¢n. Los dirigentes de sus numerosas empresas e incluso sus hijos, a los que protegi¨® desde el poder, ya no calculan a estas horas c¨®mo salvar a quien no tiene salvaci¨®n alguna, sino c¨®mo proteger sus propios intereses para que no se los lleve el viejo saurio en su largu¨ªsima agon¨ªa.
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