Ir¨¢n intenta tranquilizar a sus vecinos ¨¢rabes
Zarif viaja a Kuwait y Om¨¢n mientras espera ser recibido en Arabia Saud¨ª, el principal rival regional de su pa¨ªs
El nuevo Gobierno iran¨ª no pierde el tiempo. Consciente del recelo que su acuerdo nuclear con las grandes potencias ha suscitado en las monarqu¨ªas ¨¢rabes vecinas, el presidente, Hasan Rohan¨ª, ha despachado a su ministro de Exteriores, Mohamed Javad Zarif, a tranquilizarles. Durante una visita a Kuwait hoy domingo por la ma?ana, Zarif ha expresado el deseo de Ir¨¢n de abrir un nuevo cap¨ªtulo en las relaciones con sus vecinos ¨¢rabes del Golfo. A continuaci¨®n viaja a Om¨¢n, pero con la vista puesta en Arabia Saud¨ª, el gran rival regional de su pa¨ªs, para cuya visita a¨²n no tiene fecha.
¡°La soluci¨®n de este asunto [el contencioso nuclear] va en el inter¨¦s de todos los pa¨ªses de la regi¨®n y no se hace a expensas de ninguno de ellos¡±, ha declarado el jefe de la diplomacia iran¨ª citado por la agencia France Presse.
Zarif, que acababa de entrevistarse con su hom¨®logo kuwait¨ª, el jeque Sabah Jaled al Sabah, ha subrayado que el compromiso alcanzado en Ginebra la semana pasada ¡°favorece la estabilidad y la seguridad¡±. Sin embargo, la cautelosa recepci¨®n que le han brindado las monarqu¨ªas de la pen¨ªnsula Ar¨¢biga indica que los gobernantes ¨¢rabes recelan de su vecino del norte despu¨¦s de tres d¨¦cadas largas de animadversi¨®n y una larga historia de rivalidades pol¨ªticas e ideol¨®gicas.
Los seis pa¨ªses del Consejo de Cooperaci¨®n del Golfo (Arabia Saud¨ª, Kuwait, Bahr¨¦in, Catar, Emiratos ?rabes Unidos y Om¨¢n) temen que Ir¨¢n trate de extender su influencia y aliente el descontento de sus minor¨ªas chi¨ªes.
¡°Consideramos a Arabia Saud¨ª como un pa¨ªs importante e influyente en la zona, y estamos trabajando para cooperar con ¨¦l en beneficio de la regi¨®n¡±, ha asegurado por su parte Zarif, quien ha reconocido que a¨²n no ten¨ªa fecha para desplazarse a Riad.
Arabia Saud¨ª, cuya monarqu¨ªa se ha proclamado guardiana de los santos lugares del islam y se legitima en una alianza con el clero wahab¨ª, sigue la versi¨®n m¨¢s retr¨®grada del islam sun¨ª. Para sus seguidores el chi¨ªsmo preponderante en Ir¨¢n es anatema, una coartada ideol¨®gica que ha servido bien a los objetivos pol¨ªticos de sus gobernantes durante a?os: frenar la influencia iran¨ª en el mundo ¨¢rabe y las demandas de la minor¨ªa chi¨ª dentro del reino.
En cierta medida, los otros monarcas ¨¢rabes (todos sun¨ªes a excepci¨®n del sult¨¢n de Om¨¢n) han compartido esos objetivos. Hay sin embargo matices. No es casualidad que la gira se haya iniciado en Kuwait, un pa¨ªs con un tercio de poblaci¨®n chi¨ª, buena parte de ellos de origen iran¨ª, y cuyas relaciones comerciales y pol¨ªticas se remontan siglos. Om¨¢n, pr¨®xima escala de Zarif, acogi¨® las citas secretas entre diplom¨¢ticos iran¨ªes y estadounidenses que permitieron fraguar el acuerdo marco para acabar con las sospechas que pesan sobre el programa at¨®mico de Ir¨¢n.
Caso aparte es el de Emiratos ?rabes, donde confluyen una larga historia de contactos comerciales, en especial de Dub¨¢i, donde residen 400.000 iran¨ªes, y un delicado conflicto territorial, la soberan¨ªa de las islas de Abu Musa, Tonb Mayor y Tonb Menor, actualmente ocupadas por Ir¨¢n. El ministro emirat¨ª de Exteriores, el jeque Abdullah, viaj¨® el pasado jueves a Teher¨¢n, el primer ¨¢rabe en hacerlo tras el acuerdo nuclear, y anunci¨® la voluntad de crear ¡°un comit¨¦ econ¨®mico conjunto¡± para ¡°aumentar las relaciones en todos los ¨¢mbitos, en especial en el sector privado¡±. Hoy Zarif ha dicho que Ir¨¢n est¨¢ dispuesto a hablar sobre Abu Musa.
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