Emergencia nuclear en el coraz¨®n de la pobreza
Un material radioactivo robado en M¨¦xico acab¨® en las tierras de cultivo de unos jornaleros que quisieron convertirlo en chatarra
Los jornaleros que se levantaron al alba para deshojar el ma¨ªz se encontraron en mitad del campo con una misteriosa mole de hierro. En un costado hab¨ªa una etiqueta. Material radioactivo. Hay una lista de 23 personas que intentaron cargar sin ¨¦xito la estructura de acero durante esa ma?ana. De uno en uno. En parejas, tr¨ªos y cuartetos, con tantas manos como permit¨ªa el volumen del artefacto. Finalmente, tras dos horas de intentonas que hab¨ªan dejado el sembrad¨ªo abandonado, apareci¨® el expolic¨ªa Mauro Flores con un tr¨¢iler y una soga para llev¨¢rselo a casa. Le pareci¨® una idea brillante.
?-Se me ocurri¨® as¨ª nom¨¢s. Vendido como fierro viejo me dan unos 4.000 pesos (300 d¨®lares). Hay que trabajar mucho para ganar eso.
Los vecinos de Hueypoxtla, un pueblito de car¨¢cter agr¨ªcola aunque con los inconvenientes de las zonas semiurbanas mexicanas, como el tr¨¢fico y la marginaci¨®n, estaban ante el caparaz¨®n de una unidad m¨¦dica que conten¨ªa cobalto-60, un material radioactivo que puede resultar mortal para los humanos si el contacto se prolonga durante cuatro minutos. El cami¨®n que lo trasportaba fue robado un d¨ªa antes en una gasolinera y los ladrones abandonaron la carga en este lugar. Juan Andr¨¦s Flores, un labrador de bigote y sombrero, fue uno de los primeros en toparse con el amasijo de hierros y cables: ¡°Me pudo la curiosidad¡±.
La desaparici¨®n del cami¨®n puso en entredicho durante horas la seguridad nacional. El Gobierno avis¨® del suceso al organismo de control nuclear de la ONU, quien emiti¨® una alerta. Tem¨ªan que el cobalto pudiera caer en manos de organizaciones terroristas que quisieran elaborar bombas sucias, artefactos que expanden la radioactividad en el momento de ser detonadas. La CIA, en 2004, hizo p¨²blico un informe en el que se?alaba que Al Qaeda ten¨ªa capacidad log¨ªstica para fabricarlas. Se moviliz¨® a la polic¨ªa y al Ej¨¦rcito.
Desde el principio qued¨® descartada la posibilidad de que un cartel de la droga estuviera involucrado en el robo. No existen sospechas de que las organizaciones criminales pretendan aumentar su arsenal con armas nucleares, pese a su deriva violenta y descontrolada en los ¨²ltimos a?os. El asalto ¨Catacaron al camionero de madrugada en una gasolinera de Tepojaco y lo ataron de pies y manos en un descampado- ten¨ªa la firma de las bandas del Estado de M¨¦xico, el m¨¢s poblado del pa¨ªs, que circunda al DF. ¡°En ese momento no sab¨ªamos si era m¨¢s peligroso tener sueltos a unos ladrones profesionales o a unos pendejos que no ten¨ªan ni idea de lo que ten¨ªan entre manos¡±, se?ala uno de los investigadores federales.
La polic¨ªa solo tuvo que seguir el surco que hab¨ªa dejado en la tierra un artefacto de cuatro toneladas de peso arrastrado por un tr¨¢iler. El camino conduc¨ªa a la casa del exagente de la ley Mauro Flores, reciclado ahora en conductor de veh¨ªculos de carga pesada. Las huellas de la maniobra todav¨ªa pod¨ªan verse d¨ªas despu¨¦s por las calles del pueblo. ¡°Yo c¨®mo iba a saber¡±, cuenta en un garaje anexo a su vivienda. Ah¨ª guarda una soldadora, un tanque de ox¨ªgeno, cuerdas, poleas, llantas y hasta una carretilla que us¨® para llevarse una segunda pieza, el cabezal del equipo m¨¦dico. Es un hombre de recursos y eso le proporcion¨® una ventaja competitiva respecto a los agricultores que quer¨ªan movilizar el trozo de acero tan solo con la fuerza bruta. Fue detenido por ser el principal sospechoso del asalto al cami¨®n e internado, junto a toda su familia (mujer, hijo, hermano, cu?ado¡), en un hospital.
En Hueypoxtla costaba creer que Flores estuviera tras el robo. Un familiar tiene antecedentes por asaltos de medio pelo pero ¨¦l tiene un expediente intachable. ¡°Es buena onda. No le iba eso de las mordidas (sobornos). Se sali¨® porque no le llegaba el sueldo¡±, comenta un polic¨ªa municipal que trabaj¨® con ¨¦l. M¨¢s tarde se comprob¨® que su ¨²nico pecado hab¨ªa sido esconder el artefacto en casa. Donde todav¨ªa est¨¢. Nadie se lo ha llevado. ?Qu¨¦ va a hacer con ¨¦l? ¡°No s¨¦¡±.
Los f¨ªsicos de la comisi¨®n nuclear mexicana comprobaron que la vivienda de Flores estaba libre de radiaci¨®n. La estructura de acero que recubr¨ªa el cobalto no era m¨¢s que eso, un trozo de acero. Y ¨¦l, un se?or que quer¨ªa ganarse unos pesos vendiendo chatarra.?
Los ladrones fueron los que quitaron el sello de la carga. El material se esparci¨® en el campo y puede que sean los ¨²nicos que hayan estado en contacto directo con la fuente. Despu¨¦s huyeron a bordo del cami¨®n, que m¨¢s tarde fue encontrado en un pueblo cercano. La polic¨ªa detuvo a cuatro hombres implicados en el asalto y a un quinto por comprar el veh¨ªculo. Un menor, de 16 a?os, present¨® declaraci¨®n como testigo. Los seis pasaron m¨¢s de 12 horas en el hospital con v¨®mitos y deshidrataci¨®n pero se recuperaron, de lo que se deduce que su exposici¨®n a la radioactividad no fue demasiado prolongada.
La fuente de cobalto sigue ah¨ª, en medio del campo. Las autoridades han colocado un cerco de 500 metros alrededor de donde se supone que est¨¢. Polic¨ªas de cuatro corporaciones, marines, militares, miembros de protecci¨®n civil, helic¨®pteros, tiendas de campa?a, gabinetes de crisis cada varias horas. Es el aspecto de una zona en estado de sitio. Los expertos est¨¢n esperando que un robot que tiene que llegar de Estados Unidos sea quien recoja la carga y la guarde en un lugar seguro. Los campesinos de la zona, tras el per¨ªmetro de seguridad, observan at¨®nitos la escena.
Jaime Aguirre, ingeniero de la comisi¨®n nuclear, los reuni¨® a todos el viernes y les explic¨® que no corr¨ªan ning¨²n peligro. El alcalde del pueblo vino a decirles lo mismo. Juan P¨¦rez, l¨ªder de los jornaleros, al que las autoridades llaman ¡°el revoltoso¡±, no se qued¨® del todo convencido. Exhibi¨® la lista de los 23 que manosearon el equipo m¨¦dico. No han sido sometidos a ninguna revisi¨®n.
Un hombre vestido de San Judas Tadeo, a lo lejos, cortaba tunas. Ajeno completamente a la crisis que se vive en su pueblo. La se?ora Jovita Pineda transportaba una bolsa de higos. ?Estar¨¢ preparada para evacuar la zona en caso de una emergencia radioactiva? ¡°?Correr? ?Hacia d¨®nde?¡±, contest¨® y sigui¨® su camino.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.