El falso int¨¦rprete del funeral de Mandela evit¨® la c¨¢rcel tras matar a dos hombres
No fue procesado porque el juez declar¨® que su esquizofrenia le exime de responsabilidad fue recluido en una instituci¨®n mental durante 18 meses Al ser dado de alto volvi¨® a su gueto en las afueras de Soweto
No lleg¨® a ser ni procesado porque el juez declar¨® que la esquizofrenia que sufre le exime de toda responsabilidad penal pero el int¨¦rprete de lengua de signos en el funeral de Nelson Mandela mat¨® a dos hombres que hab¨ªan robado una televisi¨®n. Los hechos se remontan a 2003 cuando un grupo, en el que se encontraba Thamsanqa Jantjie sorprendi¨® a los ladrones, les at¨® un neum¨¢tico al cuello y les prendi¨® fuego provoc¨¢ndoles la muerte. El m¨¦todo era uno de los utilizados durante la lucha contra el apartheid para castigar a los considerados colaboracionistas con el r¨¦gimen supremacista blanco.
Un primo y tres amigos del int¨¦rprete explicaron a la agencia AP que Jantjie, de 34 a?os, se libr¨® del juicio tres a?os despu¨¦s del asesinato pero que, en cambio, fue recluido en una instituci¨®n mental durante 18 meses y que al ser dado de alto volvi¨® a su gueto en las afueras de Soweto.
El propio int¨¦rprete, que se encuentra en paradero desconocido y no responde a las llamadas telef¨®nicas, hab¨ªa admitido en el sudafricano Sunday Times que hab¨ªa participado en un delito ¡°comunitario¡±, com¨²n en Sud¨¢frica en que la turba se toma la justicia por su mano. Adem¨¢s, Jantjie tambi¨¦n admiti¨® haber tenido un pasado ¡°violento¡±.
Jantjie consigui¨® eclipsar incluso a Mandela, tras su intervenci¨®n en la ceremonia popular en el Soccer City de Soweto. El int¨¦rprete estaba contratado para traducir al lenguaje de signos los discursos de los mandatarios internacionales invitados a intervenir. Sin embargo, la Federaci¨®n de Sordos de Sud¨¢frica denunci¨® que sus movimientos de manos no ten¨ªan significado y fueron incomprensibles para el colectivo que contemplaba en directo las cuatro horas del acto.
En una entrevista al Times local, Jantjie justific¨® su actuaci¨®n al tener un brote de esquizofrenia durante su participaci¨®n y lleg¨® incluso a asegurar que a pesar de empezar bien, el cansancio o la emoci¨®n del momento le provocaron un ataque en el que oy¨® voces de ¨¢ngeles y tuvo alucinaciones.
El Gobierno sudafricano ha abierto una investigaci¨®n al m¨¢ximo nivel para esclarecer los hechos que han dejado perplejos a la ciudadan¨ªa, justo en el momento que el mundo miraba hacia el pa¨ªs en el ¨²ltimo adi¨®s al l¨ªder m¨¢s carism¨¢tico de su historia.
Tras su fiasco en Soweto, la prensa local se ha cebado en Jantjie que no ha dejado de sacar noticias sobre su presunto historial penal, que empieza en 1994 al ser acusado de violaci¨®n; de robo un a?os despu¨¦s, de asaltar una casa en 1997 y de provocar de forma deliberada da?os en una propiedad y de intento de asesinato y de secuestro en 2003, adem¨¢s del asesinato de los dos ladrones. De estos, s¨®lo se conoce la condena de tres a?os por el hurto, aunque tampoco est¨¢ claro si acab¨® en la c¨¢rcel. Por si esto fuera poco, Hacienda lo est¨¢ investigando por presunto fraude fiscal de m¨¢s de 100.000 euros.
El de Jantjie no es el primer caso en que se han visto ridiculizada las autoridades sudafricanas. Durante las vistillas por la fianza al paral¨ªmpico Oscar Pistorius, el jefe de la investigaci¨®n, Hilton Botha, fue apartado del caso tan s¨®lo 24 horas despu¨¦s de que declarara ante el juez ya que la Fiscal¨ªa inform¨® de que el polic¨ªa ten¨ªa pendiente un juicio por siete intentos de asesinato.
Seg¨²n la acusaci¨®n, Botha habr¨ªa disparado ebrio a una furgoneta con siete pasajeros en un control para que intentara pararse. En la instrucci¨®n estricta del caso Pistorius, que atrajo la atenci¨®n de centenares de medios internacionales, qued¨® tambi¨¦n patente los malos h¨¢bitos del polic¨ªa, que entr¨® en la escena del crimen sin la protecci¨®n adecuada para no contaminar las pruebas.
Por otro lado, Sud¨¢frica celebr¨® el D¨ªa de la Reconciliaci¨®n con la inauguraci¨®n de una gran estatua de Mandela en el Union Buildings de Pretoria, la sede del Gobierno. La fiesta se institucionaliz¨® durante la presidencia de Madiba, que desde ayer descansa en el mausoleo familiar de la aldea de Qunu, en la provincia del Eastern Cape.
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