Maduro abre un espacio de di¨¢logo con la oposici¨®n venezolana
El presidente recibe a alcaldes y gobernadores contrarios a su gesti¨®n, un gesto in¨¦dito en Ch¨¢vez
?Ha desistido Nicol¨¢s Maduro de su empe?o por mimetizarse con Hugo Ch¨¢vez? ?Es un gesto de real politik ante una crisis que se le viene encima y no deja alternativas? ?Una maniobra refinada para dividir a la oposici¨®n? ?Una legitimaci¨®n con f¨®rceps?
Las interrogantes, y las conjeturas correspondientes para darle respuesta, han aflorado en Venezuela despu¨¦s de que el presidente Nicol¨¢s Maduro recibiera durante cuatro horas y media en la noche del mi¨¦rcoles en el Palacio de Miraflores de Caracas a un nutrido grupo de 68 alcaldes reci¨¦n elegidos y otras autoridades regionales ¨Cdos gobernadores provinciales-.
Entre los asistentes estuvieron destacados representantes de la oposici¨®n. Para recibirlos en su despacho, Maduro renunci¨® a hacer valer las condiciones que, hasta s¨®lo unas horas antes, hab¨ªa trazado como requisitos irrenunciables para el di¨¢logo: s¨®lo conversar¨ªa con aquellos nuevos alcaldes que reconocieran su investidura presidencial ¨Cpuesta en duda por la oposici¨®n tras las elecciones del 14 de abril pasado, que Maduro gan¨® oficialmente con uno por ciento de ventaja sobre su contrincante, Henrique Capriles Radonski- y que aceptaran el programa de la ¨²ltima campa?a electoral de Hugo Ch¨¢vez, el llamado Plan de la Patria, como plan de acci¨®n para sus gestiones.
A pesar del posible desconcierto de sus seguidores, Maduro destin¨® otras expresiones de amabilidad para algunos de sus m¨¢s enconados adversarios. A quien sol¨ªa llamar El vampiro, Antonio Ledezma, reelecto Alcalde Mayor de Caracas, le estrech¨® la mano. Hizo lo mismo con Miguel Cocciola, el nuevo alcalde de Valencia (capital del estado de Carabobo, centro de Venezuela), para quien ven¨ªa pidiendo una investigaci¨®n criminal bajo la sospecha de que roba ¡°el salario del pueblo¡± en la cadena de ferreter¨ªas de la que es propietario.
Ni Hugo Ch¨¢vez se hab¨ªa atrevido a tanto. Para encontrar un antecedente similar, habr¨ªa que remontarse a las deliberaciones de la Mesa de Negociaci¨®n y Acuerdos de 2002-2003, bajo los auspicios del entonces secretario general de la Organizaci¨®n de Estados Americanos (OEA), el colombiano C¨¦sar Gaviria. Pero en ella el comandante revolucionario no particip¨® personalmente.
En esta ocasi¨®n, en la que se discutir¨ªan temas concretos de gesti¨®n para coordinar entre Gobierno central y municipalidades, se termin¨® hablando de todo. Sin tapujos pero con respeto. Voceros de la oposici¨®n plantearon reivindicaciones sensibles como la amnist¨ªa de los presos pol¨ªticos, el flujo de recursos hacia las instancias locales, la restituci¨®n de competencias y bienes que le fueron arrebatados a los gobiernos regionales, y el repudio al nombramiento de candidatos chavistas derrotados como ¡°alcaldes paralelos¡± en algunos municipios donde el oficialismo perdi¨® por los votos.
Destac¨® la ausencia en la reuni¨®n del gobernador del estado de Miranda y l¨ªder opositor, Henrique Capriles Radonski. Maduro hizo una velada alusi¨®n a su aborrecido rival ¨Cintegrante, junto a los dirigentes Mar¨ªa Corina Machado y Leopoldo L¨®pez, de lo que la narrativa oficial llama ¡°la trilog¨ªa del mal¡±- al dar respuesta a las quejas sobre los ¡°gobiernos paralelos¡±: ¡°Nosotros no podemos abandonar ning¨²n estado que queda hu¨¦rfano en un momento dado¡±, dijo el presidente venezolano. El chavismo denuncia con frecuencia ¡°el abandono¡± por parte de Capriles de sus funciones como mandatario en Miranda, para atender sus compromisos como dirigente nacional. ¡°A buen entendedor, palabras claras¡±, remat¨® Maduro, haciendo un gui?o de complicidad para los opositores presentes.
La reuni¨®n acord¨® establecer una comisi¨®n de enlace entre autoridades locales y Gobierno central para abordar los asuntos discutidos durante el c¨®nclave y enumerados, adem¨¢s, en una carta de la que los representantes opositores hicieron entrega.
Sean cuales fueran las motivaciones de esta insospechada jugada de ajedrez de Maduro para cambiar la pugnacidad com¨²n de su r¨¦gimen por una se?al de distensi¨®n, por nimia que parezca, luce acorde con la ¨¦poca navide?a y ha conseguido levantar las esperanzas de sectores que esperan que una dosis de sensatez corrija el rumbo de colisi¨®n que llevan los bandos en conflicto en Venezuela. El tiempo tiene ahora la palabra para determinar si se trata de un golpe de efecto circunstancial o de la inauguraci¨®n de una nueva pol¨ªtica.
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