La onda expansiva desatada por Snowden
Las filtraciones del extrabajador de la NSA han sacudido en 2013 las relaciones diplom¨¢ticas de EE UU con sus aliados
Las revelaciones del exanalista de la NSA Edward Snowden sobre el espionaje de Estados Unidos y Reino Unido han provocado un tsunami de consecuencias globales sin precedentes en el mundo de los servicios de espionaje. Han puesto a EEUU en apuros con sus aliados, han generado una enorme desconfianza global y multiplicado la sensaci¨®n de que vivimos bajo la mirada de un gran hermano.
Las repercusiones internas de la crisis para EE UU
Pese a enfrentarse a un problema com¨²n, los pa¨ªses europeos han desarrollado pol¨ªticas
En la entrevista con el diario brit¨¢nico The Guardian en la que Edward Snowden revel¨® que era el responsable de las filtraciones que dejaron al descubierto el alcance del espionaje de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA), el inform¨¢tico de 30 a?os reconoc¨ªa que su ¡°¨²nico temor era que, a pesar de la transcendencia que para Estados Unidos ten¨ªan esas revelaciones, nada cambiara en su pa¨ªs¡±. El miedo del ext¨¦cnico de la CIA era infundado. En estos ¨²ltimos seis meses, el goteo de informaci¨®n sobre las cuestionables pr¨¢cticas de vigilancia de la Administraci¨®n que Snowden ha ido destilando cuidadosamente a los medios de comunicaci¨®n ha abierto un debate sobre el significado de las libertades civiles en el siglo XXI que ha obligado a la Casa Blanca y al Congreso estadounidense a revisar sus programas de inteligencia y ha puesto en jaque la pol¨ªtica de seguridad nacional y la agenda internacional del presidente estadounidense. El presidente Obama defendi¨® este jueves la vigencia de los programas de la NSA, pero reconoci¨® la necesidad de introducir algunas reformas. El redise?o se anunciar¨¢ el mes que viene.
¡°Sin duda, es al funcionamiento de la NSA y a su estrategia de vigilancia a quienes m¨¢s han afectado las filtraciones de Snowden¡±, explica en conversaci¨®n telef¨®nica Judd Legum, vicepresidente de Comunicaciones del think tank Center for American Progress. La magnitud y extensi¨®n del espionaje, la aparente falta de control por parte de la Administraci¨®n sobre las actividades de la NSA y el creciente enojo de la comunidad internacional, al constatarse que la vigilancia alcanzaba a sus ciudadanos, empresas y l¨ªderes motiv¨® al presidente de EE UU, Barack Obama, ha anunciar una revisi¨®n del funcionamiento de la agencia.
El primero fruto de ese examen es el informe de un comit¨¦ de expertos que se public¨® el pasado mi¨¦rcoles en el que se concluye la necesidad de limitar la recopilaci¨®n indiscriminada de datos por parte de la NSA y de reestructurar su organizaci¨®n. En esa l¨ªnea se enmarca una de las reformas legislativas que se han presentado en el Capitolio. La otra iniciativa pretende mantener las actividades de la NSA pero incrementar los controles. Esta semana, un juez federal cuestionaba la constitucionalidad de las pr¨¢cticas de la agencia.
La fuga y las tentativas de asilo de Snowden, primero, y el descubrimiento, despu¨¦s, de que EE UU controlaba las comunicaciones de decenas de l¨ªderes mundiales han afectado seriamente a la estrategia en pol¨ªtica exterior del segundo mandato de Obama. Las filtraciones sobre el espionaje de la NSA a China dilapid¨® la autoridad moral con la que Washington acusaba a Pek¨ªn de estar detr¨¢s de los principales ciberataques a EE UU. El asilo temporal que Rusia otorg¨® al analista en agosto puso en entredicho la capacidad diplom¨¢tica estadounidense y motiv¨® la cancelaci¨®n del encuentro bilateral entre Obama y Vladimir Putin, enfriando las tensas relaciones con un pa¨ªs cuya complicidad es esencial para sacar adelante el plan de desarme nuclear, una de las principales prioridades en la agenda internacional del presidente estadounidense y para garantizar la retirada de las tropas americanas de Afganist¨¢n.
¡°La relaci¨®n que m¨¢s se ha visto afectada es la europea y, en concreto, la alemana, el control de los m¨®viles de los l¨ªderes aliados supone un nuevo nivel de vigilancia¡±, reconoce Legum. El malestar por el espionaje a mandatarios europeos a punto estuvo de frustrar el inicio de las negociaciones del tratado de libre comercio entre la Uni¨®n Europea y EE UU. Este jueves se supo, adem¨¢s, que el espionaje estadounidense, ayudado por el brit¨¢nico, accedi¨® a la c¨²pula de la Uni¨®n Europea: espi¨® al comisario Joaqu¨ªn Almunia en 2008 y 2009, cuando era el responsable de Asuntos Econ¨®micos y Monetarios.
En Am¨¦rica Latina, Brasil ha sido el pa¨ªs m¨¢s beligerante. Su presidenta, Dilma Rousseff, adem¨¢s de suspender su visita de Estado a Washington acaba de preferir la compra de aviones militares a Suecia, en lugar de a Estados Unidos o Francia. La regi¨®n ha tenido tambi¨¦n ocasi¨®n de manifestar sus quejas con ocasi¨®n del incidente del avi¨®n del presidente de Bolivia, Evo Morales. Las presiones de Washington para que los pa¨ªses a los que Snowden hab¨ªa solicitado asilo no se lo concedieran se sald¨® con la ruptura por parte de Ecuador de su tratado de libre inversi¨®n con EE UU.
Las filtraciones de Snowden tambi¨¦n han dejado al descubierto la connivencia de los gigantes tecnol¨®gicos de EE UU con la NSA. Las empresas, conscientes de que necesitan recuperar la confianza de sus clientes, han instado al presidente a que aplique cuanto antes ¡°medidas para proteger a los ciudadanos¡±.
Obama anunciar¨¢ las reformas del sistema de inteligencia el pr¨®ximo mes de enero. La decisi¨®n que adopte tendr¨¢ muy en cuenta la ponderaci¨®n entre la protecci¨®n de la seguridad nacional y el respeto a la privacidad de los ciudadanos, pero no podr¨¢ obviar el recelo internacional que han suscitado esas pr¨¢cticas y la necesidad de enviar a sus aliados el mensaje de que EE UU es sensible a sus quejas y que va a limitar, de alguna manera, el alcance de su sistema de espionaje. Un cambio, al fin, aunque quiz¨¢s no de la magnitud que Snowden pensaba provocar.
En Europa la indignaci¨®n se queda en amenaza
Europa ha sido el territorio donde m¨¢s consternaci¨®n han causado las revelaciones de Edward Snowden, aunque la respuesta dada al esc¨¢ndalo no haya resultado siempre la m¨¢s en¨¦rgica. La progresiva convicci¨®n de que empresas, ciudadanos y gobernantes comunitarios hab¨ªan sido v¨ªctimas de una vigilancia ilegal, seg¨²n las leyes europeas, elev¨® por igual la indignaci¨®n hacia Estados Unidos y las simpat¨ªas hacia el exempleado de la NSA. El momento de mayor tensi¨®n se produjo al conocerse que el espionaje hab¨ªa afectado a varios l¨ªderes europeos, entre ellos la canciller alemana, Angela Merkel, que lleg¨® a telefonear a Barack Obama para pedirle explicaciones. A ello se ha sumado esta semana la informaci¨®n sobre el espionaje a 1.000 objetivos hasta ahora desconocidos, entre los que figura el comisario Almunia. La Comisi¨®n ha condenado en¨¦rgicamente este hecho "inaceptable". "Este no es el tipo de de comportamiento que esperamos? de nuestros socios estrat¨¦gicos, mucho menos de nuestros propios Estados miembros", a?ad¨ªa en alusi¨®n al Reino Unido.
Pese a la conciencia de enfrentarse a un problema conjunto, los pa¨ªses han preferido lidiar bilateralmente con Estados Unidos ¨Co no lidiar en absoluto- a crear un frente com¨²n en el Consejo Europeo. M¨¢s all¨¢ de esas respuestas individuales, la voz m¨¢s contundente desde Bruselas provino del Parlamento Europeo, que abri¨® una comisi¨®n de investigaci¨®n para aclarar lo ocurrido, pidi¨® que se suspendieran acuerdos clave de intercambio de datos con Washington y condicion¨® su visto bueno al acuerdo comercial que actualmente negocian los dos bloques a que se restaure la confianza. Tambi¨¦n la vicepresidenta de la Comisi¨®n Europea Viviane Reding ha sido contundente con sus socios estadounidenses. El enfado ha servido, al menos, para que una delegaci¨®n de Washington se desplazase por primera vez a Bruselas y respondiera a las preguntas de sus socios.
Lejos de quedar cerrado, el ¨²ltimo enfrentamiento a cuenta de este episodio afecta al propio Snowden. La invitaci¨®n de la Euroc¨¢mara al exanalista para que comparezca ¨Ca distancia- ante los eurodiputados ha soliviantado a Estados Unidos, que advierte del da?o que este episodio puede ocasionar a la relaci¨®n transatl¨¢ntica.
Londres, el gran aliado de la NSA
La difusi¨®n de parte de los documentos filtrados por Edward Snowden se?alan al aliado brit¨¢nico como c¨®mplice de Estados Unidos en la intercepci¨®n sistem¨¢tica de millones de comunicaciones de voz y datos. Y el Gobierno de David Cameron ha optado por la t¨¢ctica del contraataque, emprendiendo una campa?a contra el diario nacional que se ha hecho eco de esas revelaciones, The Guardian, acusado de ¡°hacer un regalo a los terroristas¡± y de da?ar la seguridad del Reino Unido.
El Cuartel General de Comunicaciones Gubernamentales (GCHG, en sus siglas inglesas) es la rama de los servicios de inteligencia brit¨¢nicos que, seg¨²n los datos procurados por Snowden, ha jugado un papel imprescindible en la red global de espionaje a trav¨¦s del programa estadounidense Prisma. Esa alegaci¨®n ¨Cque incluye la participaci¨®n brit¨¢nica en el espionaje de l¨ªderes mundiales- orilla la legislaci¨®n del Reino Unido en la materia y provocaba, a resultas, la in¨¦dita comparecencia de los tres m¨¢ximos representantes de los servicios secretos (GCHQ, la inteligencia nacional del MI5 y la exterior del MI6) ante los diputados de los Comunes, que fue televisada al pa¨ªs en noviembre.
En contraste con el trato de guante blanco que entonces recibieron, la misma comisi¨®n parlamentaria de Interior someti¨® semanas despu¨¦s al director de The Guardian, Alan Rusbridger, a un verdadero acoso que incluso cuestion¨® su patriotismo. El peri¨®dico hab¨ªa recibido antes presiones privadas del gobierno, como revel¨® Rusbridger a ra¨ªz de la detenci¨®n, el pasado agosto de David Miranda, compa?ero sentimental del periodista que les hab¨ªa hecho llegar los documentos del empleado de la CIA (Glenn Greenwald). Londres fue alertado por EE.UU. de la presencia de Miranda en la lista de pasajeros en tr¨¢nsito del aeropuerto de Heathrrow y, en un claro abuso de poder, le aplic¨® inmediatamente la ley antiterrorista.
Las escuchas masivas recuerdan a los alemanes su historia m¨¢s oscura
Las revelaciones de Edward Snowden causaron una fuerte impresi¨®n en la opini¨®n p¨²blica alemana ya desde la primavera. Un pa¨ªs que padeci¨® los abusos de la Gestapo Nazi y la Stasi en la Almenia comunista recibi¨® con especial rechazo el espionaje a su canciller. El revuelo comenz¨® con las primeras informaciones en diarios extranjeros. El entonces ministro de Interior Hans-Peter Friedrich dijo enterarse por la prensa de los sucesos. La canciller Angela Merkel recibi¨® al presidente estadounidense Barck Obama en Berl¨ªn. Le pidi¨® que equilibre ¡°seguridad y libertad, pero le quit¨® hierro al asunto asegurando que ¡°internet es un terreno ignoto¡±.
?A finales de junio, el semanario Der Spiegel public¨® una exclusiva sobre el espionaje masivo de las agencias estadounidenses y brit¨¢nicas en Alemania y en el resto de Europa, incluidas las representaciones comunitarias en Washington. El esc¨¢ndalo fue may¨²sculo y puso al Gobierno de Angela Merkel a la defensiva apenas 8 semanas antes de las elecciones generales. Los principales medios alemanes se hicieron eco del esc¨¢ndalo y aumentaron la presi¨®n sobre el Ejecutivo, que reaccion¨® con palabras m¨¢s duras y enviando a Friedrich a una visita rel¨¢mpago a Washington. El Ministro dio el caso por solucionado.
Pero en octubre, Der Spiegel public¨® que los estadounidenses ten¨ªan vigilado el m¨®vil de Merkel. Ahora s¨ª contra las cuerdas, la canciller llam¨® a Obama para protestar y puso en marcha negociaciones para un acuerdo de no espionaje mutuo con Estados Unidos. El parlamentario de Los Verdes Hans Christian Str?bele se reuni¨® con Snowden y propuso que lo invitaran a Berl¨ªn para declarar sobre el espionaje. Alemania ha impulsado la resoluci¨®n para pedir m¨¢s privacidad en internet.
Espa?a gesticul¨® una queja de rigor
La sangre no lleg¨® al r¨ªo en la crisis entre Madrid y Washington por el caso Snowden. Bast¨® que el embajador estadounidense en Madrid, James Costos, asegurase, el 8 de noviembre, que la NSA ¡°respeta la privacidad de los ciudadanos espa?oles y el debido marco legal¡± para que el ministro espa?ol de Asuntos Exteriores, Jos¨¦ Manuel Garc¨ªa-Margallo, decidiera olvidar que, solo unos d¨ªas antes, hab¨ªa advertido que, de confirmarse el espionaje masivo, se quebrar¨ªa la confianza entre los dos aliados. Espa?a ten¨ªa prisa por pasar p¨¢gina: los Pr¨ªncipes de Asturias se dispon¨ªan a viajar a Florida y California y Rajoy estaba pendiente de una cita en la Casa Blanca, finalmente fijada para el pr¨®ximo 13 de enero.
Ante la Comisi¨®n de Secretos Oficiales del Congreso, el director del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), F¨¦lix Sanz, dio por buena la versi¨®n de la NSA de que los m¨¢s de 60 millones de metadatos recopilados en un mes correspond¨ªan a comunicaciones realizadas fuera de Espa?a. Una versi¨®n tan dif¨ªcil de creer como de rebatir.
La tormenta pas¨® sin dejar rastro salvo, quiz¨¢, un frenazo en los planes del Gobierno para flexibilizar el marco legal y permitir que el fiscal, y no solo el juez, puede acceder a los metadatos. Si la confianza entre los gobiernos no se deterior¨® no puede decirse lo mismo de la de los ciudadanos en el secreto de sus comunicaciones.
Consecuencias econ¨®micas
El llamado ¡°caso Snowden¡± no solo ha tenido consecuencias pol¨ªticas sino tambi¨¦n econ¨®micas. Empresas y tambi¨¦n instituciones p¨²blicas de medio mundo desconf¨ªan ahora de las compa?¨ªas norteamericanas que ofrecen correo, almacenamiento etc¨¦tera porque est¨¢n sometidas a la legislaci¨®n a la legislaci¨®n estadounidense con el Patriot Act y el Cispa que otorgan amplios poderes a los servicios secretos empezando por la NSA.
Un sondeo efectuado en julio por la Cloud Security Alliance, una asociaci¨®n que promueve las buenas pr¨¢cticas en la nube de Internet, revel¨® que, sobre un total 207 empresas no americanas que aceptaron contestar, nada menos que el 56% es ahora reacio a contratar con proveedores de EE UU. Un 10% hab¨ªa incluso decidido cancelar proyectos relacionados con ese pa¨ªs. De ah¨ª que el analista David Castro, de la Fundaci¨®n Tecnolog¨ªas de la Informaci¨®n e Innovaci¨®n, con sede en Washington, opine que ¡°las pol¨ªticas de seguridad de EE UU son perjudiciales para sus intereses nacionales¡±.
En Europa es entre los empresarios de Alemania y, en menor medida, de Francia y Suecia, donde m¨¢s alarma ha causado la colaboraci¨®n de las compa?¨ªas de IT con la NSA. Buscan ahora alternativas para poner sus metadatos a buen recaudo. Una de ellas consiste en dejarlos en ¡°casa¡±, que no se almacenen en servidores allende sus fronteras. Suiza se ofrece tambi¨¦n como una soluci¨®n de recambio dejando caer que los datos estar¨¢n all¨ª tan seguros como el dinero. Espa?a puede tambi¨¦n aspirar a ser alternativa porque figura entre los cuatro pa¨ªses del mundo m¨¢s solventes a la hora de proteger la privacidad de sus ciudadanos, seg¨²n la consultora BackgroundChecks.org.
El asilo ruso del filtrador agri¨® las relaciones de Mosc¨² con Washington
El caso Snowden ha sido uno de los temas m¨¢s discutidos en el a?o en curso en Rusia. Y el nombre del j¨®ven ex-analista de la CIA no fue omitido durante la tradicional conferencia de prensa del presidente de Rusia, Vlad¨ªmir Putin, celebrada este jueves. El l¨ªder ruso precis¨® que no conoci¨® personalmente a Snowden ni habl¨® con ¨¦l, pero que le parece "una persona interesante" ya que gracias a ¨¦l "ha cambiado algo en la mente de millones de personas, incluso de destacados l¨ªderes pol¨ªticos contempor¨¢neos".
Putin subray¨® que Rusia no ten¨ªa intenciones de sacar del ex-analista de la CIA alguna informaci¨®n sobre el labor de los servicios secretos estadounidenses: "Hablando en t¨¦rminos profesionales no trabajamos ni hemos trabajado con ¨¦l en plano operativo y no le fastidiamos con preguntas sobre los detalles del trabajo", se?al¨®.
Edward Snowden pas¨® 38 d¨ªas en la zona de tr¨¢nsito del aeropuerto Sherem¨¦tievo de Mosc¨² esperando la soluci¨®n de su caso y fue obligado por las circunstancias a pedir asilo pol¨ªtico a Rusia. La decisi¨®n de Mosc¨² de concederle asilo politico temporal el 1 de agosto llev¨® a un nuevo agravamiento de las tensas relaciones entre Mosc¨² y Washington.
El presidente norteamericano Barack Obama se neg¨® oficialmente viajar a Mosc¨² para encontrarse con su hom¨®logo ruso, Vlad¨ªmir Putin. Esa reuni¨®n estaba prevista en el marco de la cumbre de los l¨ªderes del G-20 en San Petersburgo a principios de agosto. Y aunque despu¨¦s el ministro ruso de relaciones exteriores Sergu¨¦i Lavrov asegur¨® que el caso Snowden no afectar¨ªa a las relaciones bilaterales, la reuni¨®n bilateral de los dos presidentes aplaz¨® y, seg¨²n fuentes del Kremlin, no se realizar¨¢ ya en el 2013.
El mismo Lavrov insist¨® la semana pasada en que en varias instituciones norteamericanas "hay gente dispuesta a hacernos una mala jugada" por dar asilo a Snowden. "No fu¨ªmos nosotros los que anularon el pasaporte de Edward Snowden, indispensable para viajar por el mundo, ni fu¨ªmos los que escogimos la ruta, lo hizo ¨¦l mismo. No fu¨ªmos los que organizaron horrores como el aterrizaje forzoso del avi¨®n del presidente boliviano Evo Morales", agreg¨® el diplom¨¢tico.
Seg¨²n Lavrov, el problema consiste en que Rusia y Estados Unidos no han firmado hasta el momento un acuerdo de extradici¨®n, aunque Mosc¨² lo hab¨ªa propuesto durtante a?os. "No niego, en primer lugar lo hicimos para conseguir la extradici¨®n de personas acusadas en Rusia de cometer graves cr¨ªmenes, incuso actos terroristas, que ha encontrado refugio en el territorio de EE.UU. y a quienes no nos entregan ni entregar¨¢n nunca", concret¨® Lavrov. Pero Lavrov dej¨® entre par¨¦ntesis otros casos de extradici¨®n deseada ¨C los de Victor But y Konstant¨ªn Yaroshenko, acusados ambos en EE.UU. por tr¨¢fico de armas.
Crisis diplom¨¢tica entre Brasil y EEUU
Las revelaciones del exanalista de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) tuvieron especial repercusi¨®n en Brasil. No solo porque el periodista que recibe los archivos de Snowden, Gleen Greenwald, cambi¨® Nueva York por R¨ªo de Janeiro para escribir, sino porque afectaron a la propia presidenta. La primera semana de julio, solo un mes despu¨¦s de que The Guardian publicase que los Estados Unidos registraban comunicaciones en cualquier parte del planeta, Brasil se despertaba con que las llamadas e emails de millones de sus ciudadanos aparec¨ªan en los registros de la NSA. Hubo condena, pero tambi¨¦n cautela por parte del Gobierno Rousseff, hasta que en septiembre un programa de televisi¨®n, con el que colabor¨® Greenwald, revelaba que tambi¨¦n se espiaron los emails y las llamadas de la propia presidenta y su c¨ªrculo de colaboradores, adem¨¢s de los ordenadores de la petrolera estatal Petrobras. Rousseff escenific¨® su enfado cancelando la visita oficial a los EE UU prevista en octubre y, junto con sus ministros, insisti¨® en la idea de que el episodio era un claro caso de espionaje econ¨®mico, lejos de la lucha contra el terrorismo. La presidenta pas¨® semanas pidiendo explicaciones que, al menos p¨²blicamente, no llegaron al pueblo brasile?o. Pueblo que, con casi un mill¨®n y medio de firmas a trav¨¦s de la web Avaaz.org, se est¨¢ movilizando para presionar a su pa¨ªs para que conceda asilo pol¨ªtico a Snowden.
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