El martillo del ajuste portugu¨¦s
El Tribunal Constitucional tumba uno tras otro los recortes sociales del Gobierno conservador de Passos Coelho
En el Parlamento portugu¨¦s, la oposici¨®n pol¨ªtica al Gobierno del conservador Pedro Passos Coelho bracea sin ¨¦xito en minor¨ªa, incapaz de frenar la oleada de medidas de recorte que se aprueban mes a mes. En la calle, la protesta social, intermitente y cada vez m¨¢s resignada, asiste con una creciente impotencia a la merma constante de sueldos y a la subida de impuestos. Solo una instituci¨®n portuguesa se ha convertido en los ¨²ltimos a?os en la ¨²nica barrera eficaz ante los ajustes de un Gobierno (espoleado por la troika): el Tribunal Constitucional. Sus 13 jueces vestidos de negro emiten comunicados breves y algo tortuosos sobre los fallos que devuelven al caj¨®n de las malas ideas inservibles proyectos de ley encaminados a enderezar el presupuesto a base de recortes y m¨¢s recortes en la esfera p¨²blica.
Por unanimidad (lo que es raro) tumbaron en la noche del jueves al viernes, por cuarta vez en lo que va de legislatura, un proyecto de ley clave de Passos Coelho. En este caso se trata de la intenci¨®n de recortar en un 10% las pensiones de los funcionarios jubilados, unos 300.000 en todo Portugal. Los magistrados han declarado que la medida es ilegal y vulnera la Constituci¨®n porque el inter¨¦s p¨²blico que el Gobierno dice defender con la medida no justifica la quiebra de expectativas de vida de los jubilados.
Los magiustrados anulan la reducci¨®n de las pensiones y las de las pagas extra
Antes de recibir este varapalo, Passos Coelho hab¨ªa visto c¨®mo los jueces echaban por tierra, por dos veces, en 2012 y en 2013, la eliminaci¨®n de las pagas extras y, tambi¨¦n en 2013, una ley que recortaba los derechos laborales de los funcionarios.
De este modo, los magistrados portugueses colocan en un nuevo un nuevo brete presupuestario y financiero al Gobierno portugu¨¦s, casi obsesivamente ocupado desde que tom¨® el poder en junio de 2011 en encontrar lugares de la esfera p¨²blica donde recortar y ahorrar a fin de cumplir con los dictados de la troika, que prest¨® al pa¨ªs 78.000 millones de euros en abril de 2011
Y el calendario es duro: dentro de seis meses, Portugal sale de la tutela de la troika y, en teor¨ªa, deber¨¢ regresar a los mercados a financiarse por s¨ª sola. De la salud de su econom¨ªa depender¨¢ que salga ¡°a la irlandesa¡±, esto es, sin ninguna ayuda adicional de la Uni¨®n Europea o, lo que es m¨¢s probable, con una especie de muletas financieras que le ayuden a dar los primeros pasos. Tambi¨¦n existe una tercera posibilidad: que los mercados se nieguen a prestar dinero a intereses razonables en vista de la asfixia de la econom¨ªa lusa y que el Gobierno portugu¨¦s se vea obligado a pedir un segundo rescate en toda regla, con lo esto representar¨ªa: ah¨ª est¨¢ el espejo griego para hacerse una idea.
El primer ministro lo asegur¨® ayer, con una frase que escond¨ªa cierto tufo vengativo ante la decisi¨®n del Constitucional: ¡°Si Portugal no encuentra financiaci¨®n, no podr¨¢ pagar los sueldos¡±. Pero las presiones han resultado in¨²tiles. Y el Gobierno portugu¨¦s est¨¢ de nuevo entre la espada y la pared. La oposici¨®n de extrema izquierda le pide que dimita. El Partido Socialista portugu¨¦s reclama al presidente de la Rep¨²blica, An¨ªbal Cavaco Silva, que remita a los jueces todo el presupuesto del a?o que viene, con lo que el problema engordar¨¢ hasta lo imprevisible.
Por lo pronto, Passos Coelho no solo deber¨¢ encontrar r¨¢pidamente d¨®nde recortar los aproximadamente 400 millones que ya no podr¨¢ ahorrarse con las pensiones de los funcionarios. De paso, tendr¨¢ que convencer a los mercados de que no pasa nada. Los mismos mercados cuyos especialistas, cuando vienen a Portugal a elaborar sus informes, siempre colocan al Tribunal Constitucional como uno de los principales generadores de riesgo e incertidumbre.
Mar¨ªa Ros¨¢rio Gama, presidenta de la muy activa asociaci¨®n de jubilados de Portugal, tiene otra idea de las decisiones de estos magistrados, y ayer la expres¨® as¨ª: ¡°Menos mal que a¨²n tenemos una Constituci¨®n que defiende a los portugueses¡±.
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