A 100 d¨ªas de las tormentas en M¨¦xico, las familias a¨²n buscan a sus muertos
La Pintada, el pueblo sepultado por un alud el 16 de septiembre, trata de salir a flote
La Pintada sigue oliendo a muerte. El mapa de este pueblo de la sierra del sur de M¨¦xico sepultado el 16 de septiembre por un alud de tierra ha sido redibujado por las m¨¢quinas que abrieron el paso entre los escombros. A las once de la ma?ana del viernes anterior al d¨ªa de Navidad, solo un tractor trabaja removiendo el barro. Tras el paso de las tormentas Ingrid y Manuel, que dejaron numerosos da?os materiales, 300.000 damnificados y un total de 157 muertos en todo el pa¨ªs, el presidente Enrique Pe?a Nieto anunci¨® 7.200 millones de pesos (unos 552 millones de d¨®lares) para la reconstrucci¨®n del Estado de Guerrero, el m¨¢s afectado.
¡°Dicen que la ayuda ha llegado, pero a nosotros no nos han dado nada¡±, reclama desesperado un hombre que vigila las labores del operario. ?l, como otros vecinos, busca todav¨ªa a uno de los suyos.
¡°Se han encontrado restos de 57 personas [se calculan unos 80 desaparecidos]¡±, asegura un enviado de la Secretar¨ªa de Desarrollo Social en el lugar. ¡°Pero no son cad¨¢veres completos, muchos no se pueden identificar¡±.
Mar¨ªa, soltera, delgada y de 37 a?os, ense?a la parcela donde antes estaba su casa, la de su hermano y la de su madre. Ella muri¨® aquel d¨ªa y de sus seis hermanos, quedaron cuatro. Una de ellas, Rub¨ª, a¨²n no ha aparecido. El accidente se llev¨® tambi¨¦n a un cu?ado y a su sobrina, a la que llama ¡°hija¡±. Mar¨ªa, que se dedicaba al cultivo de caf¨¦, asegura que nadie les est¨¢ ofreciendo ayuda. ¡°No me importa el dinero ahora, aunque no tenemos porque nos quedamos sin nada, pero quiero que los encuentren¡±.
Su t¨ªa, Mar¨ªa del Rosario Garc¨ªa G¨®mez, de 57 a?os, la est¨¢ acogiendo en su casa desde que regres¨® al pueblo. La suya es una de las viviendas que sobrevivi¨® a la tragedia aquel 16 de septiembre. ¡°Yo quisiera hallar un centro donde se habla con los muertos, para que ellos me digan d¨®nde est¨¢n. No tengo valor, me trastorno de ver que mi familia sufre¡±, asegura.
Aunque poco a poco los vecinos han ido regresando a las casas del pueblo que no quedaron da?adas, el paisaje contin¨²a siendo desolador: toneladas y toneladas de tierra amontonada que, en algunos puntos, desprede todav¨ªa un hedor insoportable. Demetrio ?vila Moreno, un hombre de edad avanzada que lleva 42 a?os en el pueblo se?ala el lugar donde quedaron enterrados su casa y el dinero que ahorr¨® durante toda la vida, unos 235.000 pesos (algo m¨¢s de 18.000 d¨®lares). ¡°Quiero que mi hija me haga un papel para ir a hablar con el presidente de la Rep¨²blica y pedirle que nos preste dinero para que los de la cooperativa reconstruyamos el pueblo¡±. Cuando fue la cat¨¢strofe, ¨¦l estaba en casa de un hijo fuera de La Pintada. Cien d¨ªas despu¨¦s, sigue con ¨¦l.
Hasta la fecha, 45 personas han regresado al pueblo gracias a la contrucci¨®n, a marchas forzadas, de un albergue del Gobierno con 14 habitaciones. El complejo, que consta de otros edificios que sirven de comedor y talleres, se encuentra todav¨ªa en obras. Est¨¢ ubicado a un lado del pueblo, en la explanada donde hace tres meses los helic¨®pteros del Ej¨¦rcito aterrizaban con las despensas y los efectivos de rescate. Una veintena de hombres trabaja en la pavimentaci¨®n de una cancha de baloncesto mientras los ni?os disfrutan del parque de juegos contiguo que acaban de inaugurar. Es la otra cara de La Pintada. ¡°Cuando llegamos todav¨ªa no estaban los ba?os, ni hab¨ªa puertas -hoy cortinas- en los dormitorios. Ten¨ªamso que cocinar con carb¨®n¡±, dice la responsable del recinto, Natalia M¨¢rquez. Presidido por un ¨¢rbol de Navidad, el ¨²nico en todo el pueblo, el comedor cuenta con televisi¨®n sat¨¦lite.
La soluci¨®n, sin embargo, es provisional. ¡°Dicen que nos van a reubicar, pero no sabemos ni cu¨¢ndo ni d¨®nde¡±, afirma Natalia. ¡°Nosotros queremos que no sea aqu¨ª, porque tenemos miedo del cerro¡±. Algunos expertos han asegurado que sigue habiendo peligro de desprendimiento. ¡°El realojo ya no ser¨¢ hasta que vengan las lluvias del pr¨®ximo a?o¡±, dice un taxista medio en broma, medio resignado.
El Plan Nuevo Guerrero anunciado por el Gobierno federal a bombo y platillo en noviembre se basa en tres ejes: construcci¨®n de infraestructura (incluyendo la reubicaci¨®n de las casas afectadas y nuevos hospitales), un plan integral de conectividad para ampliar la red de fibra ¨®ptica, y la construcci¨®n de nuevas fuentes de abastecimiento de agua potable para los municipios de Acapulco, Chilpancingo, Iguala, Taxco y Zihuatanejo.
Sin embargo, la carretera que va desde el puerto tur¨ªstico de Acapulco, en el Pac¨ªfico mexicano, hasta Atoyac de ?lvarez -unos 80 kil¨®metros- sigue con los mismos arreglos provisionales de hace dos meses. Parte del mobiliario destrozado todav¨ªa no ha sido retirado. Ya en la monta?a, entre la cabecera muncipal de Atoyac y La Pintada, m¨¢s de hora y media en microb¨²s, el camino sigue roto y enlodado en varios puntos, lo que dificulta la conducci¨®n. Tampoco llegan todav¨ªa los carros comunes -s¨ª los 4x4- hasta El Ed¨¦n, una comunidad de 250 familias ocho kil¨®metros arriba de La Pintada que un mes despu¨¦s de la cat¨¢strofe segu¨ªa incomunicada.
Organizaciones no gubernamentales que han trabajado en la zona advierten de que tres meses despu¨¦s de las tormentas, decenas de localidades en la Costa Grande contin¨²an en una situaci¨®n muy vulnerable y marginalizada. ¡°Muchas siguen sin acceso a agua potable, incomunicadas, desplazadas o viviendo hacinadas tras perder sus casas y v¨ªas de acceso, expuestos a enfermedades por las pobres condiciones higi¨¦nicas y con el riesgo de desabastecimiento alimentario, ya que la mayor¨ªa de sus cultivos quedaron destrozados¡±, asegura Oxfam en un comunicado. La ONG afirma haber manifestado al Gobierno su preocupaci¨®n ¡±por la falta de ayuda durante y despu¨¦s de la emergencia, as¨ª como los fallos en los sistemas de prevenci¨®n y recomendaciones para reducir el riesgo de futuros desastres¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.