Las familias de clase media invierten en los j¨®venes como plan de jubilaci¨®n
El 85% de la 'Generaci¨®n C' ve el diploma universitario como una forma de mejorar de vida. Los padres apuestan por la formaci¨®n de sus hijos como seguro para la vejez
Impulsados por una econom¨ªa favorable y por los proyectos sociales del Gobierno, como el que concede bolsas de estudios en universidades privadas de Brasil, los j¨®venes de la Generaci¨®n C, como se conoce a la juventud de la nueva clase media brasile?a, est¨¢n estudiando m¨¢s que sus padres.
Seg¨²n una investigacion del Instituto Data Popular,? el 71% de los j¨®venes de la clase media estudian m¨¢s que sus padres, mientras que, en la clase, ese porcentaje no pasa del 10%. Adem¨¢s de la influencia de los padres, que no quieren que sus hijos est¨¦n en el subempleo como ellos, los propios j¨®venes creen que un diploma universitario puede ayudarlos a mejorar de vida (un 85%). Eso ha hecho que hoy el 60% de los estudiantes universitarios en Brasil pertenezcan a la clase C.
¡°Ese af¨¢n por la educaci¨®n est¨¢ directamente vinculado al mercado de trabajo¡±, dice el director de Data Popular, Renato Meirelles. ¡°La gente de la clase C no se da el lujo de experimentar diversos cursos antes de decidirse, como ocurre muchas veces con la clase A¡±. Eso significa que la juventud de la nueva clase media - un 55% del total de j¨®venes brasile?os - busca profesiones que ofrezcan m¨¢s oportunidades de trabajo. ¡°Y la familia, por su parte, invierte en el joven como un plan de jubilaci¨®n. Es mejor invertir en tener un hijo en la escuela que en un plan de sanidad privada¡±, asegura.
Esa inversi¨®n ocurre porque, seg¨²n Meirelles, cada a?o estudiado equivale a un aumento del 15,7% en el salario. Para los padres que apenas terminaron la ense?anza primaria puede significar una buena ganancia en el futuro. La consecuencia de ese mayor grado de escolaridad se reflejan de diversas formas. Una de ellas es la influencia que los hijos est¨¢n ejerciendo dentro de casa. ¡°El salario del joven de clase media va para la familia, mientras el de la clase alta va para la balada (discoteca) ¡±, afirma Meirelles. Sin embargo, aunque cerca del 70% del salario de los hijos de la clase media se invierta en casa, incluyendo su propia educaci¨®n, no es solo por dinero por lo que pasan a desempe?ar un papel importante dentro de la la familia.
Internet s¨ª es, en cambio, uno de los factores m¨¢s importantes de la influencia juvenil en los hogares brasile?os. Seg¨²n la investigaci¨®n, el 57% del acceso a las redes sociales en el pa¨ªs est¨¢ protagonizado por los j¨®venes de la clase media, el 51% de ellos siguen las noticias en la Red a diario y el 31% afirman buscar a menudo determinadas marcas en las redes sociales. ¡°El padre de una familia de la clase C no accede a Internet. Pregunta todo a su hijo: d¨®nde comprar determinado producto, qu¨¦ significan ciertas palabras e, inclusive, a qui¨¦n votar en las elecciones¡±, explica Meirelles. ¡°Esa influencia cambia completamente el escenario electoral que va a tener que fijarse en la juventud, representante de un tercio del electorado brasile?o¡±.
En ese escenario electoral, Meirelles recuerda que los j¨®venes tienen una memoria m¨¢s peque?a que la de sus padres, ya que se trata de personas que nunca pasaron hambre o que nunca han vivido la falta de empleo como sus padres. Esos nuevos electores buscar¨¢n un candidato que tenga un plan pol¨ªtico para el futuro y no el mero mantenimiento del presente. ¡°El padre de ese joven est¨¢? agradecido al Gobierno Lula por las pol¨ªticas sociales que lo ayudaron a salir de la miseria. Los hijos est¨¢n m¨¢s preocupados por lo que va a ser de su vida en el futuro".
Estos j¨®venes son tambi¨¦n m¨¢s individualistas, lo que no significa que no concedan valor a la familia, pero s¨ª que miran m¨¢s por su propio porvenir. A la vez que tienen un pensamiento m¨¢s liberal, creen que el Estado debe garantizar la salud y la educaci¨®n, pero no obstaculizar el crecimiento individual, como por ejemplo, paralizando la creaci¨®n de una empresa por exceso de burocracia.
Y hablando de liberalismo, esa caracter¨ªstica aparece de nuevo cuando se trata de g¨¦neros. Mientras la mitad de la Generaci¨®n C est¨¢ de acuerdo con que las parejas homosexuales deben tener los mismos derechos que parejas heterosexuales, solo un cuarto de la generaci¨®n anterior comparte la misma opini¨®n. Otro dato muestra que mientras el 22% de la generaci¨®n anterior estaba en desacuerdo con la premisa de que ¡°el papel de la mujer es cuidar de la casa¡±, en la nueva generaci¨®n ese porcentaje llega al 42%, lo que refleja la inserci¨®n femenina en el mercado de trabajo y, en consecuencia, la divisi¨®n de las tareas dom¨¦sticas. Nuevos tiempos.
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