El petr¨®leo en M¨¦xico: la encrucijada de la democracia
El incremento de recursos fiscales provenientes de una apertura del sector energ¨¦tico no necesariamente se traducir¨¢ en un mayor desarrollo
Sin haberlo propuesto en su plataforma pol¨ªtica con la que gan¨® las elecciones de 2012, el Presidente Enrique Pe?a Nieto y su partido -en alianza con la derecha- han dado un viraje a la Constituci¨®n para abrir radicalmente el sector energ¨¦tico en M¨¦xico y eliminar la exclusividad de la empresa estatal PEMEX para explotar el petr¨®leo.
La reforma aprobada en diciembre tiene dimensiones profundas: representa una apertura r¨¢pida para permitir la entrada del capital privado nacional y extranjero. Sus promotores esperan que los gigantes petroleros lleguen con cuantiosas inversiones para acelerar el ritmo de extracci¨®n, que incursionen en aguas profundas y que exploten los ricos yacimientos de shale gas. El gobierno sostiene que la renta petrolera -aunque ahora compartida- ser¨¢ mayor, lo que le permitir¨¢ enfrentar las grandes necesidades sociales.
Pero la reforma tiene los defectos de muchas privatizaciones fallidas en M¨¦xico y Am¨¦rica Latina: aprobadas al vapor, de espaldas a los contribuyentes y con esquemas discrecionales que fomentan la corrupci¨®n y despu¨¦s representan un dolor de cabeza para los inversores extranjeros. Las empresas espa?olas lo han vivido en carne propia. Las expropiaciones de Aerol¨ªneas Argentinas y de YPF en Argentina son una muestra.
El incremento de recursos fiscales provenientes de una apertura del sector energ¨¦tico no necesariamente se traducir¨¢ en una mayor inversi¨®n en infraestructura, capital humano o programas sociales, debido a la mala gesti¨®n del gasto p¨²blico que resulta en un gran desperdicio de recursos, alentado por la ausencia de controles y sanciones efectivas a la corrupci¨®n.
Esta reforma tiene los defectos de muchas privatizaciones fallidas en M¨¦xico y Am¨¦rica Latina
En los periodos en que M¨¦xico ha recibido grandes excedentes petroleros, no le ha ido bien. En la presidencia de Felipe Calder¨®n (2006-2012) ingresaron cerca de 80 mil millones de d¨®lares adicionales que fueron destinados a financiar gasto corriente del gobierno y a incrementar la alta burocracia. En tres d¨¦cadas como pa¨ªs exportador, la tasa de crecimiento anual de la econom¨ªa no rebasa el 2% en promedio, el salario m¨ªnimo ha perdido tres cuartas partes de su valor y 53 millones de mexicanos viven en la pobreza.
La experiencia internacional sugiere que los gobiernos deben ser cuidadosos al privatizar sectores claves. Espa?a no es una excepci¨®n en el debate referente a propiedad extranjera inclusive en empresas privadas que son consideradas estrat¨¦gicas.
El Nobel de econom¨ªa Joseph Stiglitz y otros autores han advertido de los incentivos perversos de privatizaciones apresuradas -con reguladores d¨¦biles-, que resultan en desastres ecol¨®gicos y fiscales provocados por la corrupci¨®n vinculada a la estrategia de las empresas de maximizar beneficios y reducir costos por cualquier medio. Stiglitz plantea que la ¨²nica posibilidad de detener esta actitud predatoria es que antes de privatizar, se fortalezcan las instituciones y la transparencia, algo elemental en cualquier democracia.
Aunque en la reforma se establece la creaci¨®n de varios organismos encargados de administrar y regular el sector, en menos de 365 d¨ªas deber¨¢n hacerse cargo de organizar una de las mayores subastas de yacimientos petroleros del mundo.
En materia de transparencia, poco se sabe de las caracter¨ªsticas y condiciones de los campos a subastar. Lo que si sabemos es que PEMEX ocupa el tercer lugar mundial en eficiencia en la incorporaci¨®n de reservas y que en la ¨²ltima d¨¦cada el valor de ¨¦stas rebasan los 125 mil millones de d¨®lares. Privatizar con una estructura institucional d¨¦bil o inexistente y en condiciones de poca transparencia, como en el caso mexicano, inevitablemente conducir¨¢ a una gran corrupci¨®n e inestabilidad pol¨ªtica.
Stiglitz plantea que la ¨²nica posibilidad de detener esta actitud predatoria es que antes de privatizar, se fortalezcan las instituciones
Otro aspecto alarmante de la reforma es el tema de los contratos, donde la discrecionalidad es patente. En el nuevo texto constitucional se deja en absoluta libertad a las autoridades para que pacten las condiciones econ¨®micas en todos los contratos. Esto resulta muy grave porque cuando al gobierno le urgen los recursos, los activos de la Naci¨®n se venden en condiciones lamentables. La actual administraci¨®n necesita dinero r¨¢pido para legitimar esta impopular reforma y hacer contrapeso a la falta de resultados en materia de seguridad y una econom¨ªa en desaceleraci¨®n.
A la privatizaci¨®n le falta la prueba m¨¢s importante: la de la democracia. La Constituci¨®n establece el derecho de los ciudadanos a ser consultados en asuntos de "trascendencia nacional" mediante una consulta popular. La reforma aprobada representa un cambio de rumbo opuesto al esp¨ªritu original de la Constituci¨®n de 1917, en los art¨ªculos donde se plasmaron las aspiraciones de justicia social de la Revoluci¨®n Mexicana, dando paso a la pacificaci¨®n del pa¨ªs.
La izquierda mexicana, con el aval de m¨¢s de un mill¨®n y medio de ciudadanos, ha solicitado que se realice la consulta en el proceso electoral del 2015. Devolver el poder a los ciudadanos es la ¨²nica v¨ªa para evitar la impotencia social y generar un contrapeso transparente y democr¨¢tico a la alianza del gobierno y la derecha para detener la manera tan irresponsable en la que est¨¢n abriendo un sector estrat¨¦gico.
Como en otras ocasiones, nuevamente el petr¨®leo plantea una encrucijada que cambiar¨¢ para siempre la pol¨ªtica y econom¨ªa mexicana. Si el r¨¦gimen bloquea la consulta e impide su realizaci¨®n, entraremos r¨¢pidamente en una espiral de deterioro en la vida p¨²blica, donde el dinero de la corrupci¨®n del petr¨®leo ser¨¢ utilizado para eliminar alternativas pol¨ªticas que representen una amenaza a la privatizaci¨®n y crecer¨¢n las tentaciones autoritarias.
Si el gobierno decide apoyar la consulta, nuestra democracia se consolidar¨¢, se podr¨¢ construir un consenso de largo plazo que permita crear las instituciones y los controles para que el sector energ¨¦tico sea el motor de un crecimiento sostenido y pilar de nuestra soberan¨ªa nacional.
Ojal¨¢ y el Presidente Pe?a Nieto tenga presente las lecciones de la historia. Para tener m¨¢s petr¨®leo, necesitamos m¨¢s democracia.
Mario Delgado es senador de la Rep¨²blica Mexicana y militante del Partido de la Revoluci¨®n Democr¨¢tica.
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