La rutina hom¨®foba de Brasil
Brasil registr¨® 338 asesinatos motivados por homofobia o transfobia en 2012 El 'lobby' evang¨¦lico bloquea las leyes de apoyo al colectivo LGBT
La muerte del adolescente gay Kaique Augusto Batista de Santos, encontrado con hematomas en la cabeza, sin varios dientes y una gran herida en la pierna, bajo un puente de la Avenida Nueve de Julio, en la regi¨®n central de S?o Paulo, despert¨® otra vez el fantasma de la homofobia en Brasil. La polic¨ªa registr¨® el caso como suicidio, pero la familia del ni?o apunt¨® que fue torturado y que ser¨ªa un nuevo caso con un protagonista negro, pobre y homosexual que no consigue justicia. Aunque fuentes de la Polic¨ªa Civil afirman estar convencidos al 99% de que el chico se tir¨® y la madre acaba de aceptar la versi¨®n policial, el episodio fue alcohol sobre una herida abierta.
La muerte de Kaique moviliz¨® a centenares de personas en las redes sociales que convocaron una manifestaci¨®n en el Largo do Arouche, plaza de referencia de la diversi¨®n nocturna de gays y trans en S?o Paulo, y abri¨® el debate sobre la homofobia y la transfobia en Brasil. Un pa¨ªs que, adem¨¢s de concentrar uno de los mayores ¨ªndices de muertes trans y homof¨®bicas en el mundo, seg¨²n el Grupo Gay de Bahia, el m¨¢s antiguo del Brasil, no tolera un simple pico entre sus jugadores de f¨²tbol y que mantuvo durante ocho meses a un pastor evang¨¦lico con posiciones abiertamente discriminatorias ante negros y homosexuales en la presidencia de la Comisi¨®n de Derechos Humanos. Brasil, sin embargo, donde seg¨²n el Instituto Brasile?o de Geograf¨ªa y Estad¨ªstica (IBGE) hay 60.000 parejas homoafetivos viviendo juntas, la mayor¨ªa formada por cat¨®licos (47,4%), s¨ª permite la uni¨®n civil entre personas del mismo sexo.
¡°Brasil muestra una chocante contradicci¨®n. La homosexualidad y la transexualidade son muy exuberantes en la calle, en la televisi¨®n, en las fiestas p¨²blicas, en el mayor desfile gay del mundo... En apariencia, Brasil es extremadamente gay. Sin embargo, de norte a sur el pueblo repite: prefiero un hijo ladr¨®n o muerto que homosexual. Tenemos un lado color de rosa y un lado rojo sangre. Brasil es campe¨®n mundial de asesinatos homof¨®bos¡±, explica Luiz Mott, antrop¨®logo y fundador del Grupo Gay de Bahia, que recolecta datos sobre homicidios del colectivo?LGBT (Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transg¨¦neros) desde 1980.
Esos n¨²meros, usados como referencia para informes internacionales, denuncian que en 2012 se registraron 338 asesinatos motivados por homofobia o transfobia, 27% de m¨¢s que en 2011. Este a?o, reci¨¦n estrenado, ya fueron contabilizados 25 casos con gays, transexuales o travestis como v¨ªctimas. Brasil, desde 2008, concentra casi la mitad del total de homicidios de transexuales, seg¨²n el informe de la organizaci¨®n europea Transgender Europe.?
Dado que solo en algunos estados los informes policiales especifican la orientaci¨®n sexual y la identidad de g¨¦nero de la vitima - como en R¨ªo de Janeiro, Pernambuco, S?o Paulo, Goi¨¢s, y las ciudades de Bel¨¦n, en Par¨¢, y Belo Horizonte, en Minas Gerais- muchos sucesos motivados por homofobia y transfobia nunca llegan a un juzgado y es dif¨ªcil contar con estad¨ªsticas oficiales.
¡°Lo m¨¢s preocupante es que nunca antes en la historia Brasil fueron asesinados tantos?LGBT como durante el Gobierno Lula (Luiz In¨¢cio Lula da Silva) y Dilma (Rousseff)¡±, dice Mott. ¡°Esos n¨²meros se explican porque los gays est¨¢n asumi¨¦ndose cada vez m¨¢s y eso provoca enfrentamiento, provoca odio. Un odio cada vez m¨¢s estimulado por los fundamentalistas religiosos¡±.
Las iniciativas para proteger al colectivo LGBT de la discriminaci¨®n y de la violencia f¨ªsica presentan pocos resultados, precisamente por la fuerza de los grupos pol¨ªticos m¨¢s conservadores. El proyecto de ley que pretende criminalizar la homofobia en el pa¨ªs, as¨ª como ya sucede con el racismo, est¨¢ parado en Brasilia desde 2001 y no va a ganar atenci¨®n hasta despu¨¦s de las elecciones ¨C la presidenta Dilma Rousseff necesita el apoyo de los congresistas evang¨¦licos ¨C.
¡°La existencia de una ley contra la homofobia es bastante importante, me parece muy pr¨¢ctico. Pero, a largo plazo, creo que esa no es la mejor t¨¦cnica legislativa. Continuaremos teniendo otros prejuicios diferentes en nuestra sociedad que permanecer¨¢n sin castigo. Lo que importa es combatir el prejuicio, sea de la especie que sea¡±, dice Ricardo Lulho Malegatti, abogado especialmente atento a las causas contra la discriminaci¨®n de minor¨ªas. ¡°Estamos avanzando, pero la poblaci¨®n a¨²n es muy ignorante acerca de esos temas. Necesitamos m¨¢s acciones informativas, programas de educaci¨®n, financiaci¨®n de trabajos de cultura que informen a la poblaci¨®n. No adelanta solo penalizar, necesitamos difundir una cultura de comprensi¨®n¡±, completa.
Entre las iniciativas educativas destac¨® el kit anti-discriminaci¨®n LGBT, material multimedia para repartir en las escuelas que, impulsado por el actual alcalde de S?o Paulo Fernando Haddad cuando comandaba el Ministerio de Educaci¨®n, fue bloqueado por los aliados m¨¢s conservadores en 2012. ¡°Los v¨ªdeos y la cartilla anti-homofobia son un est¨ªmulo a la homosexualidad", alegaron los diputados evang¨¦licos. ¡°La prohibici¨®n del kit cre¨® un clima de extremo desprecio hacia la presidenta. Faltan pol¨ªticas p¨²blicas efectivas, solo hay algunas medidas paliativas. El Partido de los Trabajadores siempre tuvo un discurso pol¨ªtico muy positivo respeto a las minor¨ªas sexuales, pero est¨¢ siendo completamente indiferente ante el problema¡±, completa Mott.
¡°Qui¨¦n est¨¢ llevando la iniciativa en la defensa de los derechos de las minor¨ªas, principalmente de los homosexuales, es el poder Judicial y no el Legislativo. Eso es v¨¢lido, pero es una aberraci¨®n desde el punto de vista del poder. Existe una crisis pol¨ªtica en el pa¨ªs y los pol¨ªticos no est¨¢n oyendo a la poblaci¨®n. Hoy, la presi¨®n es tan grande que los jueces est¨¢n teniendo que crear legislaci¨®n y no solo identificarla¡±, relata Malegatti.
"La homofobia no es lo mismo que la transfobia"
Aunque es com¨²n ver transexuales y parejas homosexuales paseando de la mano, la violencia psicol¨®gica es rutina. Este mes un grupo de simpatizantes del colectivo LGBT organiz¨® una manifestaci¨®n de cerca de 80 personas en el Centro Comercial 3 de la Avenida Paulista, en S?o Paulo, para protestar porque sus vigilantes impidieron usar el cuarto de ba?o femenino a cuatro transexuales.
Una de las banderas de lucha del movimiento organizado de travestis y transexuales en Brasil es la aprobaci¨®n de la ley Jo?o W. Nery, que consiste en permitir que aparezca en todos sus documentos el nombre y el g¨¦nero que reconocen como suyos, inspirada en la ley de Identidad de G¨¦nero de Argentina, ¡°considerada la ley m¨¢s avanzada del mundo en ese aspecto¡±, seg¨²n Daniela Andrade, activista por los derechos de personas transexuales en el pa¨ªs. Andrade defiende la importancia de discutir tambi¨¦n los derechos de esa poblaci¨®n: "La homofobia no es lo mismo que la transfobia. Por ser un colectivo invisible, incluso para muchos de los movimientos organizados, ignoran que sufrimos una violencia que los homosexuales no sufren¡±, complementa.
¡°?Cu¨¢ntas personas no tendr¨ªan problema en trabajar con una persona travesti o transexual? ?Cu¨¢ntas personas no tendr¨ªan problema en tratar una persona travesti o transexual por el nombre y por el g¨¦nero que reivindican como suyos? Poqu¨ªsimas. Estamos hablando de una poblaci¨®n invisible para los datos oficiales, invisible para las estad¨ªsticas, para el sistema p¨²blico de salud, para la Justicia¡±, reclama Andrade.
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