?Qu¨¦ puede hacer Obama sin el Congreso?
La facultad de firmar ¨®rdenes ejecutivas es limitada y muchas pueden ser declaradas inconstitucionales por el Supremo o derogadas por otro presidente o en el Capitolio
Durante un encuentro con donantes en San Francisco en noviembre del a?o pasado, el presidente Barack Obama respondi¨® a un espont¨¢neo que hab¨ªa interrumpido su discurso pidi¨¦ndole que empleara su poder ejecutivo para avanzar en su agenda frente a los obst¨¢culos del Capitolio, asegur¨¢ndole que eso significar¨ªa anular el poder del Congreso. Dos meses m¨¢s tarde, sin embargo, durante su discurso sobre el estado de la Uni¨®n, Obama fue muy claro al asegurar que no dudar¨ªa en apelar a las ¨®rdenes ejecutivas para romper con la inercia obstruccionista de las C¨¢maras.
Desde George Washington, todos los presidentes de EE UU han hecho uso de la facultad que les brinda la Constituci¨®n para poder establecer medidas y legislaci¨®n sin necesidad de la autorizaci¨®n del Congreso. La Proclamaci¨®n de Emancipaci¨®n de Abraham Lincoln, el fin de la segregaci¨®n en el Ej¨¦rcito de Harry Truman, la discriminaci¨®n positiva o los Cuerpos de Paz de John F. Kennedy, se adoptaron a trav¨¦s de ¨®rdenes ejecutivas. Obama es el mandatario que en menos ocasiones ha recurrido a esta herramienta legislativa en comparaci¨®n son sus m¨¢s inmediatos predecesores -168 veces, frente a las 291 de George W. Bush las 364 de Bill Clinton-, pero, en su ¨²ltimo mandato, parece dispuesto a emplear ese poder para impulsar una agenda pol¨ªtica y social que no desea que se estanque por polarizaci¨®n en el Congreso.
Muchos analistas coinciden en que en esta segunda legislatura el Obama realista ha reemplazado al Obama idealista para poder manejar el inmovilismo que parece haberse asentado en el Capitolio. El Partido Republicano no ha recibido bien la amenaza del presidente de gobernar de manera unilateral en todo aquello que pueda. ¡°Vamos a permanecer atentos, porque tenemos una Constituci¨®n que todos hemos jurado, incluido el presidente, y esa Constituci¨®n es la base de nuestro sistema y no podemos ponerlo en peligro¡±, advirti¨® el l¨ªder de los conservadores, John Boehner. El veterano senador, John McCain, tambi¨¦n asegur¨®, tras el discurso, que su formaci¨®n no dudar¨ªa en acudir a los tribunales si creen que con sus ¨®rdenes ejecutivas, Obama ha excedido los l¨ªmites constitucionales.
El empleo del las ¨®rdenes ejecutivas por parte del presidente est¨¢ limitado. La Constituci¨®n ¨²nicamente le autoriza a emplearlas para coordinar la actividad de su Gabinete, establecer comit¨¦s e imponer determinadas pol¨ªticas en el seno de las agencias federales. El Congreso puede dejarlas sin efecto aprobando leyes que las deroguen -si bien, la Casa Blanca tiene la facultad de vetar esas normas- y el Tribunal Supremo puede declararlas inconstitucionales -varias de las decisiones m¨¢s importantes en materia de conflictos entre el poder ejecutivo y el legislativo del alto tribunal estadounidense est¨¢n relacionadas con este tipo de ¨®rdenes-. Su recorrido tampoco es tan amplio ya que los presidentes que le suceden tienen tambi¨¦n la potestad de abolirlas, como el propio Obama hizo con algunas de las que firm¨® George W. Bush al poco de tomar posesi¨®n de su cargo.
En la primera reuni¨®n de su Gabinete de este a?o, el presidente tendi¨® su mano para colaborar con el Congreso pero no dud¨® en advertir que ¨¦l dispon¨ªa de ¡°un bol¨ªgrafo y un tel¨¦fono¡± y que no dudar¨ªa en servirse de ellos para actuar al margen del Capitolio. Con todo, de las medidas anunciadas en su discurso sobre el estado de la Uni¨®n, Obama ¨²nicamente podr¨¢ servirse de su boli y su tel¨¦fono para sacar adelante un n¨²mero relativamente reducido. En concreto, el programa de pensiones para trabajadores con bajos ingresos; el incremento del salario m¨ªnimo para los trabajadores que sean contratados por empresas que trabajen para el Gobierno federal; la protecci¨®n medioambiental de territorio federal para impedir su explotaci¨®n energ¨¦tica y la promoci¨®n de acuerdos con los gigantes tecnol¨®gicos para dotar de banda ancha a 15.000 centros de bachillerato.
La ampliaci¨®n del cr¨¦dito sobre el impuesto sobre la renta para los trabajadores sin hijos; la subida del salario m¨ªnimo hasta los 10,10 d¨®lares la hora para todos los trabajadores; la extensi¨®n del subsidio por desempleo a los parados de larga duraci¨®n; la imposici¨®n de un nuevo impuesto para financiar la producci¨®n de veh¨ªculos limpios, la renovaci¨®n de la tasa para producir combustibles avanzados a partir de material vegetal o el lanzamiento de nuevos incentivos para que los camiones empleen carburantes alternativos, necesitar¨¢n, de manera insoslayable, la aprobaci¨®n del Congreso.
En el pasado, el presidente ya ha echado mano de su poder unilateral. En el verano de 2012, asegur¨® la suspensi¨®n de las deportaciones por dos a?os de los dreamers [j¨®venes inmigrantes indocumentados que llegaron de ni?os a EE UU]. El a?o pasado, tras ver frustrada su iniciativa de incrementar el control sobre las armas en el Senado, Obama aprob¨® varias ¨®rdenes ejecutivas para reforzar el sistema de control de antecedentes del Gobierno y promover investigaciones sobre la violencia armadas, adem¨¢s de imponer otros requerimientos ¨¦ticos a los contratistas federales. El mandatario tambi¨¦n aprob¨® a trav¨¦s de esta herramienta normas medioambientales para preparar a las ciudades ante el cambio clim¨¢tico.
Las ¨®rdenes ejecutivas no suelen marcar el legado de los presidentes, en ocasiones porque muchas de ellas ni siquiera llegan a ejecutarse durante su propio mandato. El propio Clinton reconoci¨® que una de las cosas que m¨¢s le hab¨ªa frustrado de su paso por la Casa Blanca fue ¡°no poder estar seguro al 100%¡± de que todas las que ¨¦l firm¨® ¡°se llevaron a la pr¨¢ctica¡±.
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