La oposici¨®n venezolana se fractura frente a la violencia en las calles
Las masivas protestas y disturbios del mi¨¦rcoles en diversas ciudades de Venezuela, que en Caracas, la capital, se saldaron con tres muertes por disparos, vuelven a calentar las calles en una etapa que se anuncia decisiva para la continuidad de la revoluci¨®n bolivariana. Parad¨®jicamente, tambi¨¦n parecen oficializar una crisis en el liderazgo opositor que amenaza dar al traste con la trabajosa unidad construida durante los ¨²ltimos dos a?os.
Es tiempo de fragmentaciones en Venezuela. La propia din¨¢mica de la manifestaci¨®n ¡ªconvocada en Caracas para exigir la liberaci¨®n de un grupo de estudiantes detenidos durante protestas de la semana anterior en varias localidades¡ª puso de relieve las fisuras en la c¨²pula de la oposici¨®n. Adem¨¢s de los dirigentes estudiantiles, desde la tarima arengaron a la multitud Mar¨ªa Corina Machado y Leopoldo L¨®pez, miembros de lo que el Gobierno ha bautizado como la Trilog¨ªa del Mal. El v¨¦rtice restante de ese triunvirato virtual, el gobernador del Estado de Miranda y ex candidato presidencial, Henrique Capriles Radonski, se encontraba entre los oyentes, sin que se le invitara a subir.
La escena pertenece al pulso que se desarrolla en la Mesa de la Unidad Democr¨¢tica (MUD) desde las pasadas elecciones municipales del 8 de diciembre. El triunfo del Gobierno en esa jornada, a la que la oposici¨®n le hab¨ªa otorgado car¨¢cter plebiscitario, fue interpretado por diversos analistas como un rev¨¦s personal de Capriles, que asumi¨® la direcci¨®n de la campa?a. La merma que supuso la derrota en el liderazgo del por dos veces candidato presidencial sirvi¨® de pistoletazo de salida para que otros integrantes de la mesa, con aspiraciones presidenciales y cr¨ªticos con la conducci¨®n de Capriles ¡ªespecialmente con su posible tibieza en la impugnaci¨®n de los resultados de los comicios del 14 de abril de 2013, en los que sali¨® electo Nicol¨¢s Maduro como presidente¡ª empezaran a actuar de manera aut¨®noma.
Entre ellos est¨¢ Leopoldo L¨®pez, exalcalde del municipio Chacao, en la pr¨®spera zona este de Caracas. Hoy dirige su propio partido, Voluntad Popular (VP), que registr¨® un importante crecimiento de apoyo en las elecciones locales de diciembre. Pero antes milit¨® junto a Capriles en las filas del partido Primero Justicia (PJ), al que hoy sus contrarios acusan de pretender una hegemon¨ªa dentro de la oposici¨®n. Los dos j¨®venes pol¨ªticos representaban las ¨²ltimas esperanzas blancas del antichavismo: apuestos, con abolengo, educados ¡ªL¨®pez en la Universidad de Harvard, Capriles con estudios parciales en la de Columbia¡ª y, todav¨ªa as¨ª, con pegada en las clases populares. Pero ambos se profesan entre s¨ª una antipat¨ªa imposible de ocultar.
L¨®pez, que ha tratado de definirse como socialdem¨®crata aunque muchos lo ven como un hombre de derechas, siempre ha resultado un factor de irritaci¨®n para el chavismo. El oficialismo se las apa?¨® para, a trav¨¦s de un dictamen de la Contralor¨ªa en 2008, inhabilitarlo para postularse a cargos de elecci¨®n popular hasta 2014. Ese fallo, que alud¨ªa a supuestas irregularidades administrativas durante su gesti¨®n como alcalde, fue puesto en duda en 2011 por la Corte Interamericana de Derechos Humanos, que orden¨® la rehabilitaci¨®n del pol¨ªtico. Ahora el Gobierno ha ordenado su captura como presunto responsable de los des¨®rdenes del mi¨¦rcoles. Pero con ello tal vez busque tambi¨¦n cimentar un liderazgo alternativo a Capriles.
Junto a L¨®pez figura la diputada y ex precandidata presidencial Mar¨ªa Corina Machado, ex dirigente de una ONG de observaci¨®n electoral y muy popular entre los sectores m¨¢s radicales de oposici¨®n. Ambos son las caras visibles de un movimiento insurgente que se dio a conocer en d¨ªas recientes con la consigna de ¡°la salida¡±: propugna que, ante la galopante crisis econ¨®mica y los pasos dados por el Gobierno de Maduro para restringir las libertades p¨²blicas, no se puede esperar a que los tiempos del almanaque electoral den la oportunidad te¨®rica de un cambio. Convocan a las calles para presionar en la crisis y provocar el hundimiento del r¨¦gimen.
En la otra acera queda Capriles, que lucha contra su creciente aislamiento. Este jueves se desmarc¨® con claridad, pero sin mencionarlos, de los dos disidentes: ¡°Las cosas no est¨¢n bien, ayudemos a que este pa¨ªs salga del caos, no dejemos que los extremos da?en esta visi¨®n¡±, dijo durante una rueda de prensa en la que trat¨® de explicar su ideario, dif¨ªcil de tragar para los sectores opositores que se sienten acuciados por la carest¨ªa, la inflaci¨®n y los embates de un Gobierno que se dice dispuesto a hacer irreversible su revoluci¨®n.
Seg¨²n fuentes conocedoras de la situaci¨®n interna de la MUD, Capriles habr¨ªa impuesto dentro de la alianza opositora su tesis frente a la crisis: dejar solo al Gobierno en la gesti¨®n de los problemas econ¨®micos para evidenciar su responsabilidad en ellos ante el electorado popular que vota al chavismo. Sostienen el excandidato y su partido, Primero Justicia, que el llamado a revueltas callejeras s¨®lo tiene eco en la base m¨¢s f¨¦rrea de la oposici¨®n.
Mientras toda clase de rumores sobre conspiraciones ¡ªalentados por el presidente Maduro, quien el mi¨¦rcoles asegur¨® que un golpe de Estado estaba en marcha¡ª cobraban cuerpo en Caracas, parece configurarse el peor escenario para las horas decisivas que se avecinan: los inventarios de las industrias alimentarias se reducen a un mes de reserva, la inflaci¨®n oficial en enero fue de 3,3%, se desvanece el v¨ªnculo del pa¨ªs con el exterior por v¨ªa a¨¦rea. Cuando los malestares se desborden, de ocurrir, sorprender¨¢n a un Gobierno debilitado ¡ªcuestionado desde su propia izquierda¡ª y a una oposici¨®n disgregada.
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