¡°En M¨¦xico los derechos humanos van en una direcci¨®n equivocada¡±
Salil Shetty realiza su primera visita a M¨¦xico como secretario general de Amnist¨ªa Internacional La ONG abrir¨¢ una oficina regional en M¨¦xico para vigilar el compromiso que tiene el gobierno en la materia
Esta es la primera vez que Salil Shetty (India,1961), secretario general de Amnist¨ªa Internacional, hace una visita oficial a M¨¦xico desde que est¨¢ al frente de la ONG brit¨¢nica que vela por los derechos humanos. Llega en un momento delicado, despu¨¦s de que el Gobierno de Felipe Calder¨®n (2006-2012) emprendiera un combate frontal a los grupos de la delincuencia organizada. Esa lucha dej¨® en el pa¨ªs miles de muertes y desapariciones sin que la actual administraci¨®n de Enrique Pe?a Nieto encuentre una salida al conflicto. La situaci¨®n en los pr¨®ximos a?os, dice Shetty, ¡°ser¨¢ dif¨ªcil, por lo que necesitamos reforzar nuestra presencia¡±. A partir de octubre la organizaci¨®n abrir¨¢ una oficina regional en M¨¦xico con 25 personas para vigilar de forma m¨¢s cercana el compromiso que tiene el gobierno con los derechos humanos. La entrevista se realiz¨® horas antes de que Shetty hablara en privado con el presidente Pe?a Nieto.?
Pregunta. Esta es su primera visita a un pa¨ªs que ha sido gravemente afectado por la violencia en los ¨²ltimos a?os. ?Con qu¨¦ diagn¨®stico llega?
Respuesta. M¨¦xico se est¨¢ convirtiendo en un pa¨ªs muy importante en la escena internacional, por su ubicaci¨®n y su desempe?o econ¨®mico. Cuando M¨¦xico habla de derechos humanos, en foros internacionales, encontramos un discurso progresista. Por ejemplo, con el tratado de no proliferaci¨®n de armas con la ONU, M¨¦xico jug¨® un papel muy importante para que llegara a buen fin. Creemos que no solo en M¨¦xico sino en Centroam¨¦rica, en los ¨²ltimos cinco o siete a?os, los asuntos dom¨¦sticos de derechos humanos van en una direcci¨®n equivocada. Vemos graves retrocesos. Y hay tres asuntos en los que me quiero enfocar. El primero es el ataque a defensores y periodistas. La frecuencia con la que suceden, la gran cantidad y la brutalidad con la que se cometen son notables. El segundo punto son las desapariciones. Hay cifras oficiales de 26.000 desparecidos, es un reporte del Gobierno. Es alucinante. El tercer asunto es la migraci¨®n.?
P. El cuerpo de Gregorio Jim¨¦nez, un reportero local, fue hallado el 11 de febrero despu¨¦s de ser secuestrado. ?Qu¨¦ hace que M¨¦xico siga siendo un pa¨ªs peligroso para los periodistas?
Uno pensar¨ªa que el Gobierno mexicano tiene un buen sistema debido a la gran cantidad de desapariciones que se han registrado, pero no es el caso.
R. El Gobierno ha implementado un mecanismo para proteger a periodistas y defensores de derechos humanos. Anabel Hern¨¢ndez habl¨® con nosotros el otro d¨ªa. Est¨¢ protegida por ese mecanismo, pero en diciembre, cuando su casa fue atacada, llam¨® al n¨²mero de emergencia que le hab¨ªan dado y le dijeron que llamara luego porque el encargado estaba de vacaciones. ?C¨®mo puede suceder eso en un tel¨¦fono de emergencia? Y en su casa son¨® una alarma que no estaba conectada a la estaci¨®n de polic¨ªa. Cuando preguntas sobre esto al Gobierno te dicen que no hay dinero pero aparentemente hay unos 30 millones de d¨®lares en el presupuesto que no se est¨¢n gastando. Necesitas que estas cosas se articulen al nivel m¨¢s alto. El presidente debe comenzar a hablar de esto. Tratan de hacer como que todo va bien, que est¨¢n arreglando las cosas, pero necesitan hacer que el mecanismo funcione. No basta con decir que se cuenta con un mecanismo.
P. Visit¨® el estado de Coahuila, donde organizaciones de la sociedad civil han denunciado unas 300 desapariciones entre 2007 y 2013. ?Qu¨¦ vio en su visita?
R. Estuve en Saltillo el s¨¢bado. Pas¨¦ la ma?ana con las familias de los desaparecidos y era imposible abandonar esa habitaci¨®n sin que los ojos se llenaran de l¨¢grimas. De un lado sufren la pena de haber perdido a un ser querido. En los menos de los casos los responsables han sido llevados ante la justicia. Pero encima de esto, cuando las v¨ªctimas se acercan a las autoridades la forma en c¨®mo son tratadas es sorprendente. Con muy poca dignidad. De hecho suelen culparlas, ¡°no, debi¨® de haber hecho algo sospechoso¡±. Incluso la percepci¨®n p¨²blica es que algo malo debi¨® haber hecho la persona que desapareci¨®. Esto sucede hasta que le pasa a alguien de su propia familia. La respuesta del Estado es casi inexistente. All¨ª hay?factores presentes en todo el pa¨ªs, uno es la impunidad. Nadie es llevado ante la justicia, particularmente si es un funcionario p¨²blico. Puedes estar seguro de que no va a pasar nada.?Para atender esto se debe de crear un mecanismo de b¨²squeda muy fuerte, porque hay oportunidad de encontrar a la persona en las primeras horas. Una vez que se borra el rastro las oportunidades se vuelven muy escasas. Los procesos de investigaci¨®n son muy d¨¦biles. Hay un procedimiento b¨¢sico internacional para enfrentar casos de desaparici¨®n: necesitas encontrar r¨¢pidamente a los testigos, conseguir evidencia f¨ªsica, analizar los registros telef¨®nicos. Uno pensar¨ªa que el Gobierno mexicano tiene en marcha un buen sistema debido a la gran cantidad de desapariciones que se han registrado pero ese no es el caso. Hay mucha confusi¨®n. Las v¨ªctimas son tra¨ªdas de un lado a otro. Van con autoridades del municipio, ellos dicen que deben ir con las estatales, las estatales las mandan con las federales. Todas las cosas b¨¢sicas no funcionan. Es un asunto clave que el Gobierno debe de tratar.
P. Tambi¨¦n visit¨® un refugio para migrantes.
R. Estuvimos en el refugio del padre Pedro Pantoja, a las afueras de Saltillo. Vimos algunas personas que salen de Honduras por la situaci¨®n, la violencia y la pobreza. Como ellos, muchos recorren miles de kil¨®metros del sur hacia el norte. Es seguro decir que no existe una sola persona que cruce por M¨¦xico que no enfrente abusos. Y si eres mujer es casi un hecho que ser¨¢s v¨ªctima de abuso sexual. Hablamos de miles de secuestros. Lo que hacen es quitarte tu tel¨¦fono para contactar a tus familiares en Estados Unidos para pedirles dinero. A veces es el crimen organizado, pero con bastante regularidad son las propias autoridades. Te dicen que est¨¢s violando leyes y que si das dinero te van a dejar libre. Para los migrantes la secci¨®n de cruzar M¨¦xico es la secci¨®n de la pesadilla. Esa es la parte que m¨¢s les asusta, inclusive m¨¢s que cruzar a Estados Unidos.
Ya es hora de que el Gobierno de Pe?a Nieto muestre resultados contundentes
P. ?Qu¨¦ hay con las desapariciones forzadas?
R. Hay un gran debate por el t¨¦rmino. Amnist¨ªa lo usa cuando significa que un funcionario p¨²blico tuvo que ver con una desaparici¨®n. Cuando el Gobierno dice que el responsable es el crimen organizado t¨¦cnicamente no es una desaparici¨®n forzada. Pero en este caso las l¨ªneas entre ambos son muy borrosas. En M¨¦xico, ante la escala tan grande, solo les llamamos desapariciones. Y es algo que le comentar¨¦ al presidente Pe?a Nieto, cuando eres Gobierno no importa quienes cometen las desapariciones. Es tu obligaci¨®n proteger a tus ciudadanos de cualquier violaci¨®n de derechos humanos. No puedes salir a decir no soy yo, es la delincuencia organizada. T¨² eres el Estado. No puedes absolverte de esa responsabilidad.
P. ?No es importante saber cu¨¢les son desapariciones cometidas por autoridades y cu¨¢les no?
R. S¨ª, pero para llegar a ese punto necesitas un proceso de investigaci¨®n, pero no lo tienen. No vamos a esperar a establecer las desapariciones forzadas, cualquier desaparici¨®n es inaceptable. Hay otro problema que viene con el Ej¨¦rcito y la Marina. Es una jurisdicci¨®n diferente. Es algo que hemos pedido, que cuando se presenta un caso de una desaparici¨®n que fue cometida por un funcionario p¨²blico no puede haber inmunidad militar, no deben ser procesados en tribunales castrenses, sino en cortes civiles. Algo bueno que est¨¢ sucediendo es que en algunos asuntos los tribunales del ej¨¦rcito se est¨¢n declarando incompetentes. Pero se necesitan cambios al c¨®digo militar. Es una de las demandas que estamos haciendo.
P. ?Cu¨¢les son las diferencias que ha encontrado entre el Gobierno de Felipe Calder¨®n y el de Enrique Pe?a Nieto?
R. En toda la pol¨ªtica de seguridad, de la llamada guerra contra el narcotr¨¢fico. Creo que ahora se tiene un discurso mucho m¨¢s sensible. El Gobierno de Pe?a Nieto al menos reconoce que el uso de la fuerza no es suficiente para resolver el problema y que se necesita una aproximaci¨®n m¨¢s integral. Es lo que siempre hemos dicho. Que el efecto de esta guerra ha llevado a la muerte a much¨ªsimas personas inocentes. Pero no es un asunto de cambiar el discurso sino de acci¨®n sobre el terreno. Est¨¢ bien que las pol¨ªticas hayan cambiado, pero ?qu¨¦ significa en la pr¨¢ctica? La gente se est¨¢ impacientando. Han pasado 14 meses de Gobierno, al principio se dec¨ªa bueno, es nuevo acaba de llegar, pero despu¨¦s de este tiempo ya es hora de que se muestren algunos resultados contundentes.
Las reformas pol¨ªticas y econ¨®micas que ha emprendido el presidente Pe?a Nieto nos parecen positivas. Pero si no proteges los derechos humanos todo lo dem¨¢s no importar¨¢ demasiado a los ciudadanos ordinarios. Es un asunto para que se sientan protegidos ante la inseguridad. Que el Estado est¨¢ ah¨ª para responder por ellos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.