Ir¨¢n y las potencias se re¨²nen en Viena para cerrar el contencioso nuclear
Tras el acuerdo provisional de noviembre, EEUU y sus aliados disponen de seis meses para acotar el programa at¨®mico iran¨ª
Ha llegado la hora de la verdad. Tras la euforia que gener¨® el acuerdo provisional alcanzado el pasado noviembre en Ginebra entre Ir¨¢n y las grandes potencias, los negociadores se re¨²nen este martes en Viena para empezar a concretar la voluntad de ambas partes de cerrar el contencioso nuclear de la ¨²ltima d¨¦cada. Nadie se enga?a sobre la dificultad del empe?o. Se trata de consensuar los l¨ªmites del programa at¨®mico iran¨ª de forma que EEUU y sus aliados vean alejarse el peligro de que Teher¨¢n construya la bomba, a la vez que el r¨¦gimen iran¨ª salvaguarda ciertas actividades, incluido el enriquecimiento de uranio que ha convertido en una cuesti¨®n de orgullo nacional.
Durante los pr¨®ximos tres d¨ªas, los negociadores trataran de fijar los puntos sobre los que deber¨¢n trabajar para alcanzar un acuerdo definitivo. Ser¨¢ s¨®lo la primera de muchas reuniones de aqu¨ª a julio. A un lado de la mesa, Mohammad Javad Zarif, el ministro de Exteriores y jefe de la delegaci¨®n iran¨ª, acompa?ado de sus hombres de confianza, los veteranos diplom¨¢ticos Abbas Araghchi y Majid Takht-Ravanchi. Al otro, la jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton, flanqueada por diplom¨¢ticos de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU (EEUU, China, Rusia, Reino Unido y Francia) m¨¢s Alemania (de ah¨ª la denominaci¨®n grupo 5+1). Pero es Wendy Sherman, la representante norteamericana la interlocutora ¨²ltima de Zarif.
Son los mismos participantes que el pasado noviembre alcanzaron el acuerdo provisional, llamado Plan de Acci¨®n. Seg¨²n ¨¦ste, que entr¨® en vigor el 20 de enero, Ir¨¢n ha congelado ciertas actividades nucleares (en especial el enriquecimiento de uranio por encima del 5%) a cambio del levantamiento de una parte simb¨®lica de las sanciones internacionales que le castigan por su programa at¨®mico.
Ahora, disponen de seis meses (prorrogables por otros seis) para lograr transformar en duradero ese pacto y cerrar as¨ª una d¨¦cada de recelos y medias verdades. Aunque Teher¨¢n siempre ha negado que tuviera intenci¨®n de dotarse de armas nucleares, los inspectores de la ONU han encontrado puntos oscuros en su proyecto.
Desde que Hasan Rohan¨ª llegara a la presidencia de Ir¨¢n el pasado verano, ha subrayado su voluntad de transparencia y la disposici¨®n de su Gobierno a facilitar un r¨¦gimen de inspecciones m¨¢s estricto por parte del Organismo Internacional de la Energ¨ªa At¨®mica (OIEA). Sin embargo, EEUU y sus aliados insisten en que si quiere obtener el levantamiento total de las sanciones, Teher¨¢n tiene que cerrar la planta de enriquecimiento de Fordo, reducir el n¨²mero de centrifugadoras con las que enriquece uranio, y renunciar al reactor de agua pesada de Arak, del que podr¨ªa extraer plutonio susceptible de utilizarse en una bomba.
¡°Un acuerdo global debe ofrecer algo a ambas partes¡±, ha escrito Hossein Mousavian, antiguo portavoz del equipo negociador iran¨ª y actual investigador en Princeton. En su opini¨®n, la exigencia de cerrar Fordo y Arak, y limitar el n¨²mero de centrifugadoras desborda los compromisos del Tratado de No Proliferaci¨®n (TNP). ¡°Durante alg¨²n tiempo pueden requerirse medidas que vayan m¨¢s all¨¢ del TNP para crear confianza, pero no se puede esperar que Ir¨¢n las acepte para siempre¡±. A¨²n as¨ª, considera que hay margen para alcanzar un acuerdo satisfactorio si ambos se muestran dispuestos a ceder.
De momento, EEUU y sus aliados ya han aceptado impl¨ªcitamente que Ir¨¢n enriquezca uranio (aunque sea limitado al 5% de pureza), algo que le negaban las sucesivas resoluciones de la ONU que desencadenaron las sanciones y que Israel, la ¨²nica potencia nuclear de la zona, considera intolerable. Ir¨¢n, por su parte, ha reconocido que tiene que hacer algunos gestos para probar sus intenciones pac¨ªficas.
¡°Consideramos posible alcanzar un acuerdo y hemos venido aqu¨ª con la voluntad pol¨ªtica de lograrlo¡±, declar¨® Zarif anoche a la salida de una cena con Ashton, seg¨²n recoge hoy la agencia oficial iran¨ª, Irna.
Por primera vez desde que se descubriera el programa nuclear secreto de Ir¨¢n en el verano de 2002, tanto en Teher¨¢n como en Washington parece existir esa voluntad de compromiso. La ofensiva diplom¨¢tica lanzada por Rohan¨ª durante su visita a la ONU el pasado septiembre fue correspondida por Obama. Si el iran¨ª necesita el levantamiento de las sanciones para sacar a su pa¨ªs del ostracismo, el estadounidense est¨¢ deseoso de apuntarse un tanto en un Oriente Pr¨®ximo plagado de problemas irresolubles. Adem¨¢s, todo el mundo ve grandes negocios en perspectiva. Ir¨¢n no s¨®lo tiene unas de las principales reservas de petr¨®leo y gras del mundo, sino que con casi 80 millones de habitantes constituye un mercado potencial muy atractivo.
No obstante, a la dificultad intr¨ªnseca para salvar las diferencias que separan a los negociadores, se une que cada parte afronta en casa la oposici¨®n de sus propios cr¨ªticos. Tanto los rivales pol¨ªticos de Rohan¨ª como los de Obama ven poco inter¨¦s en solucionar el contencioso que opone a sus pa¨ªses y est¨¢n trabajando para boicotearlo.
¡°Nos esperan unas negociaciones dif¨ªciles¡±, reconoci¨® hace unos d¨ªas Zarif, quien considera el mayor obst¨¢culo la falta de confianza rec¨ªproca. El propio presidente de EEUU, Barack Obama, ha estimado las posibilidades de lograr un acuerdo definitivo en un 50-50, un c¨¢lculo que algunos observadores consideran demasiado optimista.
En Ir¨¢n han sentado muy mal las recientes declaraciones del secretario de Estado norteamericano, John Kerry, asegurando que las opciones militares est¨¢n ¡°listas y preparadas¡± si Teher¨¢n no respeta el acuerdo de Ginebra. Tanto Rohan¨ª como Zarif han rechazado ese lenguaje. M¨¢s preocupante a¨²n, los duros del r¨¦gimen lo est¨¢n utilizando en su contra. En un gesto que transmite la impresi¨®n de querer protegerse ante un eventual fracaso, el l¨ªder supremo de Ir¨¢n, el ayatola Ali Jamene¨ª, sin cuya bendici¨®n no hubiera podido llegarse a las actuales negociones, se mostr¨® convencido de que ¡°no llegar¨¢n a ninguna parte¡±.
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