¡°Cuatro a?os de m¨¢s de lo mismo es peligroso¡±
El expresidente brasile?o Fernando Henrique Cardoso considera agotado el proyecto pol¨ªtico del gobernante PT
Padre del Plan Real, que acab¨® en el drag¨®n de la inflaci¨®n hace ahora 20 a?os, y arquitecto junto con su sucesor Luiz In¨¢zio Lula da Silva del periodo de mayor prosperidad y democracia de la historia de Brasil, el ex presidente Fernando Henrique Cardoso (R¨ªo de Janeiro, 1931) repasa, en conversaci¨®n con EL PA?S, la encrucijada brasile?a en este a?o de Mundial de F¨²tbol y elecciones y cuando el idilio de los mercados con el gigante suramericano parece definitivamente acabado.
De una elegancia personal e intelectual poco frecuente entre los pol¨ªticos, el l¨ªder hist¨®rico del Partido de la Socialdemocracia Brasile?a (PSDB) considera agotado, pese a reconocer sus m¨¦ritos, el proyecto pol¨ªtico del Partido de los Trabajadores (PT), cree necesaria la entrada de aire fresco en los palacios del poder ¨C¡°ha llegado el momento del cambio, se requiere gente con una visi¨®n distinta¡±- y expresa su preocupaci¨®n porque Brasil pierda pi¨¦ en la escena internacional y en Am¨¦rica Latina en particular.
Pregunta. Desde hace un tiempo parece que se ha acabado el idilio de los mercados con Brasil, que se ha perdido la confianza. ?Qu¨¦ est¨¢ pasando?
Respuesta. Se exager¨® sobre los ¨¦xitos como se est¨¢ exagerando ahora con las dificultades. Ni antes vol¨¢bamos tan alto ni ahora vamos tan mal. Se perdi¨® el ¨ªmpetu de las condiciones externas favorables y de las reformas anteriormente hechas, que de hecho no hemos profundizado. No nos dimos cuenta de que viv¨ªamos una ventana de oportunidad, no un estado permanente. El Gobierno de Lula tuvo un error estrat¨¦gico y otro de manejo. El primero fue la creencia en que habr¨ªa un declive de Occidente, lo que salvo en el caso de China, es discutible. Creo que est¨¢ muy bien que se fortalecieran las relaciones sur-sur, pero no en detrimento de las relaciones con el mundo occidental. Adem¨¢s, hubo tambi¨¦n una especie de gran ilusi¨®n, como si se hubiera descubierto la piedra filosofal, con el cr¨¦dito y el consumo como claves del crecimiento. Eso es mitad verdad, la otra mitad es que falta inversi¨®n. Se han paralizado las reformas y existi¨® tambi¨¦n un temor metaf¨ªsico a las privatizaciones, que paraliz¨® la inversi¨®n en infraestructuras cuando hab¨ªa abundancia de capitales.
P. Por lo que dice parece que el pa¨ªs est¨¢ secuestrado por los prejuicios ideol¨®gicos PT.
En Brasil no hay nada de socialismo
R. S¨ª, creo que hay algo de eso. No tanto en el sentido del socialismo, sino en el sentido de la injerencia estatal. Aqu¨ª no hay nada de socialismo. Lo que hay es la visi¨®n de que la palanca gubernamental lo puede todo. Crearon realmente un matrimonio entre los negocios y la banca oficial. Yo siempre digo que lo que importa es que haya reglas de mercado, no negocios. Negocios no es algo que el gobierno tenga que hacer.
P. Lo que adem¨¢s suele generar corrupci¨®n¡
R. La corrupci¨®n fue m¨¢s grave antes, durante el Gobierno anterior. La novedad es que la corrupci¨®n ahora es grupal y antes era individual, y eso da una especie de absoluci¨®n: si es para el partido s¨ª, entonces no es pecado. Pero lo m¨¢s grave es el descr¨¦dito creciente de la clase pol¨ªtica. El Congreso da la impresi¨®n al pueblo de que no discute nada relevante y que los temas son tratados por el Ejecutivo. La agenda pol¨ªtica nacional es un poco semejante a la que hab¨ªa en el r¨¦gimen militar, cuando el Gobierno anunciaba proyectos de impacto para la sociedad y el Congreso quedaba al margen.
P. Algunos analistas sostienen que el PT confunde partido y Estado.
R. As¨ª es. La diferencia entre el PSDB y el PT no es la pol¨ªtica econ¨®mica, es la pol¨ªtica. La idea de si la sociedad civil tiene que tener un papel m¨¢s grande o m¨¢s peque?o. Estamos volviendo a una situaci¨®n que tiene ra¨ªces profundas en Brasil y en el mundo ib¨¦rico. En M¨¦xico cuando lleg¨® el PRI hab¨ªa una frase que resum¨ªa eso, aquella de que ¡°fuera del presupuesto no hay salvaci¨®n¡±. Aqu¨ª estamos acerc¨¢ndonos a eso. Todos quieren tener un pedazo del presupuesto, lo que no es de izquierdas ni de derechas. Es corporativismo y clientelismo.
P. Sin embargo, parece que hay gente que quiere otra cosa.
R. S¨ª, las manifestaciones populares van en esa direcci¨®n. No tienen conciencia plena de sus objetivos pero s¨ª expresan un malestar. No estoy seguro de que el Gobierno gane las elecciones. Tienen opciones de ganar, tienen poder, tienen recursos y todo eso, pero hay un sentimiento de malestar que no es exactamente un sentimiento anti gobierno ni anti PT. Es un sentimiento m¨¢s generalizado. Hay tanta propaganda de ese Brasil maravilla, del Brasil oficial.., pero existe el Brasil real, que tiene problemas. No es tan malo como antes, mejor¨®, pero la gente quiere m¨¢s. Quiere una cosa que antes no quer¨ªa con tanto ¨¦nfasis: calidad y justicia. No soy pesimista, pero de tel¨®n de fondo hay una crisis mundial de la democracia representativa. Es una situaci¨®n delicada que requiere un liderazgo con m¨¢s visi¨®n.
P. Recientemente la directora del IBOPE nos dec¨ªa que hay un deseo de cambio en la opini¨®n p¨²blica, pero que la oposici¨®n no lograba representar ese sentimiento.
R. En un cierto momento las ideas en pol¨ªtica tienen que tener a alguien que las exprese. Ahora no se pueden expresar porque la televisi¨®n solo informa del gobierno. Adem¨¢s hay un otro fen¨®meno que todav¨ªa no sabemos evaluar que son las redes sociales, que crean corrientes de opini¨®n, que los partidos no saben a¨²n c¨®mo manejar
P. Tambi¨¦n existe la sensaci¨®n de que falta un proyecto nacional.
La novedad es que la corrupci¨®n ahora es grupal y eso da una especie de absoluci¨®n: si es para el partido, entonces no es pecado
R. Un poco es eso lo que ocurre. Falta quien formule el proyecto, de una manera accesible, que la gente lo sienta. Habr¨ªa que emplear un lenguaje m¨¢s verdadero. Aqu¨ª la gente est¨¢ acostumbrada a un discurso que no es sincero. La crisis no nos afecta, la culpa es del extranjero, etc¨¦tera. No. Tenemos problemas, podemos vencerlos pero tenemos problemas. Ojal¨¢ alg¨²n candidato, espero que de mi partido, tenga el coraje de decir las cosas con sencillez, de una manera que la gente se convenza de que hay un camino. Y no es f¨¢cil porque perdimos el buen momento para seguir ajustando a Brasil.
P. ?Cree que Brasil entrar¨¢ en recesi¨®n este a?o?
R. El crecimiento ser¨¢ peque?o. Creo que llegar¨¢ un momento en el que cualquiera que sea el ganador de las elecciones tendr¨¢ que hacer un ajuste. Probablemente en 2015. Y sea quien sea el gobernante va a pasar momentos dif¨ªciles porque el ajuste siempre es duro. No soy pesimista sobre Brasil porque las bases de la econom¨ªa son buenas. Pero eso no significa que el gobierno no tenga que tomar medidas. En t¨¦rminos comparativos, M¨¦xico est¨¢ mejor ahora porque est¨¢ vinculado a EE UU y los mexicanos est¨¢n haciendo algunas reformas. Tardar¨¢n mucho en hacerlas, pero las est¨¢n haciendo. Hay energ¨ªa y esp¨ªritu para hacerlo. Colombia tambi¨¦n
P. Incluso Per¨².
R. S¨ª, los pa¨ªses del Pac¨ªfico. Brasil ha perdido importancia en la Am¨¦rica Latina. Lo que est¨¢ pasando ahora en Venezuela. ?Cu¨¢l es la palabra del Gobierno de Brasil?
P. Hubo una declaraci¨®n de Mercosur¡
R. Fue una verg¨¹enza. Brasil no tiene esa posici¨®n, no puede tener esa posici¨®n. Pierde relevancia as¨ª. El gobierno, desde la ¨¦poca de Lula, ha estado muy temeroso de lo que sucede en el arco bolivariano, sin darse cuenta de que el otro arco, el del Pac¨ªfico est¨¢ avanzando y nosotros estamos aislados. Creo que ha llegado el momento de cambiar a quien manda hoy. No digo que no puedan volver, ni creo que todo lo que se hizo fue equivocado. No lo fue. Pero lleg¨® la hora. Cuatro a?os de m¨¢s de lo mismo es peligroso. A¨²n en el caso de que en los pr¨®ximos cuatro a?os el gobierno entienda que tiene que hacer cosas, va hacerlas en contra su sentimiento m¨¢s profundo y eso no funciona bien.
P. ?Por qu¨¦ la oposici¨®n a¨²n no logra mostrarse como algo distinto, como una verdadera alternativa?
R. Creo que le falt¨® la convicci¨®n de que lo que lo dec¨ªa era lo correcto. Hubo una especie de achicamiento ideol¨®gico. La gente crey¨® mucho en la palabra del PT. Hay que ser m¨¢s frontal. Ahora hay posibilidades porque lo est¨¢n haciendo mal. Ahora hay malestar, es el momento en el que la gente puede escuchar otra voz. Ojal¨¢ la haya y la escuchen. Hoy por primera vez, vamos a unas elecciones en las que sectores importantes del gobierno se pasaron a la oposici¨®n: Marina Silva y Eduardo Campos. Los dos fueran ministros de Lula. Eso significa que probablemente la diferencia tan fuerte que tuvo Dilma en votos en el Nordeste y en el Norte, no la vaya a repetir. Primero porque Campos es del Nordeste, de Pernambuco, y all¨ª tiene fuerza. Segundo porque la oposici¨®n gan¨® en Bah¨ªa, en Alagoas, en Sergipe, en Piau¨ª, en Par¨¢ y en Amazonas. Eso disminuye probablemente la votaci¨®n de Dilma all¨¢ y de S?o Paulo al Sur, siempre ganamos. A¨¦cio Neves tiene la ventaja de que tiene Minas Gerais, que es un Estado fuerte. La pelea va a estar en S?o Paulo y hasta cierto punto, en R¨ªo de Janeiro. Hay mejores oportunidades. Si van a concretarse o no depende no solo de la econom¨ªa, sino del Mundial de F¨²tbol, del sentimiento de la gente, del desempe?o de los candidatos. Porque en pa¨ªses como Brasil donde los partidos cuentan poco, lo que cuenta son las personas.
P. ?Qu¨¦ reformas son prioritarias?
Hay un sentimiento de malestar que no es exactamente un sentimiento antigobierno ni anti PT
R. La primera reforma es la pol¨ªtica. Es dif¨ªcil imaginar que pueda funcionar un pa¨ªs con 30 partidos en el Congreso y 39 ministerios, es una receta para la par¨¢lisis del sistema. Este sistema tiene que cambiar, pero no hay fuerza en el interior de los partidos que se mueva en esa direcci¨®n. Cuando hicimos la Constituci¨®n nunca imaginamos que hubiera 30 partidos, que no son partidos sino grupos de inter¨¦s que buscan participar del bot¨ªn del Estado.
P. Se llevan 15 a?os hablando de la reforma pol¨ªtica
R. La presidenta Dilma intent¨® hacerla cuando las manifestaciones de junio, pero no hubo una articulaci¨®n, solo hubo un ¨ªmpetu presidencial positivo. Creo que ahora es tarde porque ya estamos en campa?a electoral. Hay que hacerla antes o despu¨¦s. Y requiere grandeza.
P. ?C¨®mo va a romper Brasil ese aislamiento en Am¨¦rica Latina del que hablaba antes?
R. Se tiene que romper con hechos, no con palabras, y creo que ha llegado el momento de un cambio de gobierno. Se requiere gente con una visi¨®n distinta. Ser¨ªa positivo para Brasil que la oposici¨®n ganara, no necesariamente mi partido, si no la oposici¨®n. Mercosur fue positivo, permiti¨® que por lo menos Brasil y Argentina superaran su relaci¨®n de tensi¨®n, el comercio se intensific¨® mucho entre los dos pa¨ªses, pero se estanc¨®. Y ahora es realmente una camisa de fuerza porque la econom¨ªa brasile?a ha crecido mucho, sobrepasando a Mercosur. Tendr¨ªamos que cambiar, pero implica otra visi¨®n estrat¨¦gica. ?Qu¨¦ va a pasar en los pr¨®ximos 20 a?os? Yo creo que va a haber un afianzamiento de la relaci¨®n entre China y EE UU, y Europa, y el tablero mundial va a tener m¨¢s jugadores. El problema de Brasil es que tiene todo para entrar en ese tablero pero tiene tambi¨¦n todo para perderlo si no se afianza m¨¢s, actuando, tomando posici¨®n en Am¨¦rica Latina, por ejemplo. ?Por qu¨¦ no decir una palabra sobre Venezuela, ni a favor ni en contra, sino de di¨¢logo, de entendimiento?
P. En la relaci¨®n de Brasil con Cuba, ?qu¨¦ pesan m¨¢s: la b¨²squeda de beneficios o las razones ideol¨®gicas?
R. Hay de las dos cosas. Lo que m¨¢s me preocupa es por qu¨¦ no se hace con m¨¢s claridad, por qu¨¦ los acuerdos son tan secretos. En s¨ª mismo que Brasil se est¨¦ posicionando en el Caribe no est¨¢ mal. Yo nunca tuve posici¨®n anticubana, nunca he apoyado el embargo americano. Pero el modo en que se hace da la impresi¨®n de que hay algo m¨¢s ideol¨®gico que pragm¨¢tico.
P. ?Se ha perdido la oportunidad de entenderse con Obama?
R. Creo que s¨ª, pero soy cr¨ªtico con muchas cosas, por ejemplo, con la cuesti¨®n del espionaje que es inaceptable. Creo que Dilma tuvo raz¨®n al no ir a EE UU en aquel momento, aunque yo hubiera aplazado el viaje, no clausurado. Y enseguida tom¨® la decisi¨®n sobre los aviones de combate. En mi ¨¦poca la Fuerza A¨¦rea era favorable a los aviones suecos, pero ?por qu¨¦ hacerlo inmediatamente despu¨¦s? No son gestos constructivos y eso no quiere decir que Brasil tenga que alinearse con EE UU, pero no tiene que tener una actitud anti porque no corresponde al mundo actual.
P. ?Qu¨¦ tiene que cambiar en el PSDB para que Brasil se case de nuevo con ¨¦l?
R. Creer que tiene algo que ofrecer de mejor calidad para el pueblo. Los brasile?os quieren est¨¢ndar global, mejor salud, mejor educaci¨®n, mejor seguridad, mejor transporte¡Hay que demostrar que es mejor modernizar en beneficio del pueblo que no hacer nada y hacer demagogia. El candidato tiene que inspirar confianza. Lo que le falta a Dilma es esa confianza en que sea capaz de llevar adelante al pa¨ªs. Ahora de los sectores altos y medios, ma?ana del pueblo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.