Patria, socialismo y muerte
En el aniversario de la muerte de Hugo Ch¨¢vez no hubo llantos, no llor¨® la familia, mucho menos Nicol¨¢s Maduro
El primer aniversario del d¨ªa en que seg¨²n el Gobierno cubano y el subordinado oficialismo venezolano, Hugo Ch¨¢vez pas¨® a la eternidad, volvi¨® a mi mente un recuerdo de la remota infancia. En aquella ¨¦poca los hombres usaban sombrero y cuando pasaba una carroza f¨²nebre, todos sin excepci¨®n se descubr¨ªan la cabeza en se?al se respeto por el desconocido que hab¨ªa pasado tambi¨¦n a la eternidad. Pero al tiempo en que se produc¨ªa esa actitud de piadosa consideraci¨®n ante la muerte, la manera venezolana de decir que alguien estaba agonizando era: ¡°Est¨¢ pidiendo pista¡± (como los aviones para despegar) y una vez que el deceso era efectivo e irreversible, se dec¨ªa: ¡°Fulano (a) pas¨® el p¨¢ramo en escarpines¡±. Dualidad muy propia de la irreverencia como parte de nuestra cultura. Al encender el televisor este 5 de marzo ya la nomenklatura revolucionaria estaba acomod¨¢ndose para el inicio del desfile militar preparado para la luctuosa fecha. El jefe m¨¢ximo de Cuba y por consiguiente de Venezuela, Ra¨²l Castro, hab¨ªa descendido del avi¨®n Dassault Falcon 900EX, matr¨ªcula YV-2053, que pertenece al Gobierno venezolano pero que el jefe m¨¢ximo utiliza a su antojo como corresponde. Apenas piso tierra conquistada, la bandera cubana que ondeaba oronda, rod¨® por los suelos. En un pa¨ªs en el que la falta de informaci¨®n y la prohibici¨®n hasta del humor han dado lugar a toda serie de pensamientos y elucubraciones m¨¢gicas, esa bandera ca¨ªda fue una se?al. Hasta ahora no sabemos de qu¨¦, pero las esperanzas existen.
El primer entrevistado fue Ad¨¢n Ch¨¢vez, hermano mayor y supuesto mentor ideol¨®gico del comandante golpista, quien se refiri¨® al difunto llam¨¢ndolo ¡°El Gigante¡±. Aquello no dej¨® de parecerme curioso, porque si bien es natural que a cualquiera le duela la muerte de un hermano, el endiosamiento del personaje casi siempre se deja a terceros. Lo interesante es que all¨ª no hubo llantos, no llor¨® la familia, mucho menos Nicol¨¢s Maduro, quien se hab¨ªa deshecho en llanto un a?o antes, cuando anunci¨® el viaje del comandante eterno hacia el otro mundo. ?C¨®mo iba a llorar si estaba la mar de contento en una posici¨®n que ni en sus fantas¨ªas m¨¢s audaces pudo jam¨¢s intuir? ?Presidente de Venezuela! subordinado a los Castro, pero presidente al fin. El asunto es que no lloraba nadie, ni Evo Morales tan deudor del fallecido por los favores recibidos, ni Daniel Ortega igualmente deudor y moroso. Menos a¨²n los cancilleres y otros segundones enviados por los Gobiernos cuyos mandatarios no quisieron participar de un espect¨¢culo que fue de todo menos sobrio y solemne.
?Y la calle? ?D¨®nde estaba aquella masa humana que apenas un a?o atr¨¢s hizo largas filas durante d¨ªas y noches para darle una miradita al cad¨¢ver insepulto, aquella gente que lloraba con desesperaci¨®n y se mesaba los cabellos por la p¨¦rdida del caudillo? Echar¨¦ mano del empirismo para presumir que la mitad estaba de nuevo haciendo fila pero esta vez frente a los supermercados, mercados, abastos y bodegas para conseguir alguno de los productos de uso b¨¢sico que desaparecieron como El Gigante y que parecen estar acompa?¨¢ndolo en la eternidad: leche, aceite, az¨²car, harina de ma¨ªz y de trigo, margarina y papel higi¨¦nico. La otra mitad del pa¨ªs participaba de las manifestaciones y protestas de todo tipo: por la escasez, por la libertad de los presos pol¨ªticos, por la inseguridad que reina en el pa¨ªs y que solo en 2013 produjo 23.000 homicidios. Pero ese d¨ªa, el mismo en que las palabras patria, paz y amor redundaban en los discursos cuajados de la tradicional cursiler¨ªa militar, retroalimentada por el kitsch del militarismo chavista, Nicol¨¢s Maduro orden¨® a los grupos paramilitares del Gobierno, los llamados ¡°colectivos¡±, que actuaran en defensa de la revoluci¨®n. El 12 de febrero, cuando esos matones dispararon contra una manifestaci¨®n de estudiantes y causaron tres muertes y m¨¢s de cincuenta heridos, Maduro hab¨ªa declarado: ¡°No acepto grupos violentos en el campo del chavismo y la revoluci¨®n. Quien quiera tener armas para combatir con armas, que se vaya del chavismo". Una vez m¨¢s qued¨® en evidencia que Venezuela est¨¢ gobernada por personas que han hecho de la mentira, de la burla y del delito, el signo de su gesti¨®n.
La contraorden de Maduro fue acatada de inmediato y la noche del 5 de marzo fue de horror en el Este de Caracas y en otras ciudades. Los motorizados con sus armas de fuego disparaban contra edificios mientras tanquetas de la Guardia Nacional Bolivariana destru¨ªan a su paso autom¨®viles estacionados en las calles. Hubo muertos, heridos y presos. Todo fue coordinado con el organismo gubernamental que presta el servicio el¨¦ctrico para que ¨¦ste fuera suspendido en las zonas donde se produc¨ªan los ataques contra ciudadanos indefensos y sus bienes. Para poner la guinda a la torta, la Defensora del Pueblo, aprovech¨® el 8 de marzo, D¨ªa Internacional de la Mujer, para declarar que: ¡°Si aprehenden a 15 j¨®venes y una persona es golpeada o maltratada, la tortura tiene un sentido, se emplea para obtener una confesi¨®n¡±.
La Constituci¨®n de la Rep¨²blica Bolivariana de Venezuela establece como requisitos para ser presidente (a) de la rep¨²blica: ser venezolano por nacimiento, mayor de treinta a?os de edad, de estado seglar, no tener otra nacionalidad y no estar sometido a condena definitivamente firme. No exige que el ungido (a) sepa leer y escribir y mucho menos un examen de cociente intelectual o de salud mental. As¨ª se explican no solo las declaraciones de la Defensora del Pueblo sino la indignaci¨®n de Maduro en el aniversario del fallecimiento del Inmenso, exigiendo a los dem¨¢s pa¨ªses que no se ¡°entromezcan¡± en los asuntos internos de Venezuela y la ruptura de relaciones con Panam¨¢ acusada de entrozmetimiento. ?Fue esa ruptura un acto de la ya consuetudinaria ignorancia de Maduro, al no saber que por el Canal de Panam¨¢ pasa el petr¨®leo por el que China, a quien le debemos hasta el modo de andar, recibe en pago el petr¨®leo venezolano? ?O fue un acto de viveza que no hemos sido capaces de calibrar, para no pagar los dos mil o m¨¢s millones de d¨®lares que comerciantes venezolanos les adeudan a comerciantes paname?os? El presidente Martinelli de Panam¨¢, vino en a Venezuela en julio de 2013 para tratar de cobrar esa deuda y se fue como vino, con las manos vac¨ªas. Quiz¨¢ si Maduro le aplicara la misma medicina a China y a Rusia, nuestros gigantescos acreedores, esta Venezuela socialista quebrada, hipotecada y arruinada por Gulliver Ch¨¢vez y su equipo de liliputienses, pueda levantar cabeza.
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