La OTAN enviar¨¢ m¨¢s tropas al Este
Washington reprocha en Bruselas la estrategia defensiva y energ¨¦tica de la Uni¨®n
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Los l¨ªmites est¨¢n cada vez m¨¢s claros: el estatus quo actual en Ucrania es tolerable, pero el territorio OTAN es intocable. La Uni¨®n Europea y Estados Unidos volvieron a amenazar este mi¨¦rcoles con incrementar las sanciones si Rusia da un solo paso m¨¢s en Ucrania, y sobre todo elevaron varios pelda?os su apuesta si Mosc¨² se atreve a ir incluso m¨¢s all¨¢. ¡°Debemos asegurar una mayor presencia en los pa¨ªses m¨¢s vulnerables¡±, dijo el presidente estadounidense, Barack Obama, tras la cumbre UE-EE UU en Bruselas. Obama afe¨® a los socios europeos su estrategia de defensa y les conmin¨® a incrementar el gasto militar para reforzar la Alianza Atl¨¢ntica. La OTAN recogi¨® el guante de inmediato: su secretario general, el dan¨¦s Anders Fogh Rasmussen, asegur¨® que habr¨¢ ¡°medidas adicionales para reforzar la defensa colectiva¡±, incluyendo ¡°planes de defensa actualizados y m¨¢s desarrollados, ejercicios reforzados y despliegues apropiados¡± en la zona de tensi¨®n.
Sin decirlo con claridad, el comunicado divulgado por Rasmussen tras una corta entrevista con Obama revela la voluntad de activar una estrategia de disuasi¨®n para abortar los potenciales planes del presidente ruso, Vlad¨ªmir Putin. Con la habitual jerga imposible de la OTAN, Rasmussen aludi¨® a los planes de cooperaci¨®n militar en la zona m¨¢s amenazada por el desaf¨ªo ruso ¡ªPolonia, los pa¨ªses b¨¢lticos y Ruman¨ªa, b¨¢sicamente¡ª y a la posibilidad de realizar ejercicios militares m¨¢s all¨¢ de los ya previstos. La alianza envi¨® hace un par de semanas dos aviones de vigilancia AWACS a las fronteras polaca y rumana con Ucrania. Y fuera del marco de la organizaci¨®n militar, EE UU reforz¨® su colaboraci¨®n con Varsovia con el env¨ªo de 12 aviones de combate F-16.
Descartada la ofensiva militar, la forma que tiene la OTAN de mostrar su fuerza (nunca en Ucrania, que no forma parte de la organizaci¨®n, pero s¨ª en los pa¨ªses cercanos) consiste en realizar esos ejercicios, una suerte de ensayos preparatorios para situaciones de emergencia. Se trata de acciones de disuasi¨®n: la organizaci¨®n los programa peri¨®dicamente, pero intensificarlos ahora en el Este responde a la creciente preocupaci¨®n por la amenaza rusa.
La visita de Obama a Bruselas depar¨® un par de sorpresas entre los aliados, m¨¢s unidos que anta?o por el desaf¨ªo de Putin pero a su vez con las habituales rencillas de familia que han caracterizado las relaciones de EE UU y la Uni¨®n desde la guerra fr¨ªa. Los ataques terroristas del 11-S hicieron a?icos la fantas¨ªa de que EE UU estaba protegido y sus ciudadanos eran inmunes a ataques dentro de su pa¨ªs; las pesadillas de Irak y Afganist¨¢n revelaron los l¨ªmites de su supremac¨ªa militar. La crisis financiera y la Gran Recesi¨®n mostraron la fragilidad de la econom¨ªa de EE UU, as¨ª como las costuras del proyecto europeo, cuya pol¨ªtica exterior brilla por su ausencia desde Hait¨ª a las revoluciones ¨¢rabes, con la sonora excepci¨®n de Ir¨¢n. Hace tiempo que el centro de gravedad del mundo se desplaza del Atl¨¢ntico al Pac¨ªfico, y que la actitud de la Casa Blanca hacia la UE oscila entre la simpat¨ªa y la indiferencia. Y sin embargo la irrupci¨®n de Rusia en Ucrania podr¨ªa cambiar las cosas: la Uni¨®n y EE UU escenificaron en la cumbre su renovada concordia. Tras las recientes ¡ªy coordinadas¡ª sanciones a Rusia, quieren estrechar lazos econ¨®micos y comerciales, y mantener los viejos v¨ªnculos militares. Pero ni siquiera un enemigo com¨²n consigue ocultar antiguas disputas: Obama reproch¨® abiertamente a la UE tanto su estrategia defensiva como su fragilidad energ¨¦tica, cuyos puntos d¨¦biles quedan al descubierto con el l¨ªo ucraniano.
¡°Es preocupante el bajo nivel del gasto en defensa en algunos pa¨ªses de la OTAN; la crisis ucrania nos recuerda que la libertad tiene un precio¡±, dijo Obama. EE UU viene alertando de eso mismo desde hace tiempo, pero la amenaza de Putin era una oportunidad inmejorable para poner una pica en Flandes. Nada nuevo bajo el sol: el ex secretario de Estado norteamericano Henry Kissinger ya acusaba en su d¨ªa a los europeos de querer convertirse en un contrapeso de EE UU sin poner los medios presupuestarios necesarios. Kissinger alertaba en un libro reciente que esa estrategia traer¨ªa el peor de los resultados: ¡°Perturbar los procedimientos de la OTAN y da?ar la cooperaci¨®n entre los aliados sin reforzar la capacidad militar de la organizaci¨®n ni conseguir una verdadera autonom¨ªa europea¡±.
Obama repiti¨® este mi¨¦rcoles ese discurso. ¡°Estoy preocupado por la reducci¨®n del gasto en defensa entre algunos socios en la OTAN. Es comprensible en medio de una crisis que obliga a reducir los presupuestos, pero la situaci¨®n en Ucrania nos recuerda que tenemos que estar dispuestos a pagar por las fuerzas y el entrenamiento necesario para tener una OTAN cre¨ªble. Eso no puede ser solamente un ejercicio de Reino Unido y de EE UU¡±, advirti¨®.
Solo desde la fragmentaci¨®n europea puede entenderse que Mosc¨² pueda desafiar tan abiertamente a la UE cuando esta supera a Rusia 3,5 veces en poblaci¨®n, 10 veces en gasto militar y 15 veces en t¨¦rminos econ¨®micos. Obama atac¨® este mi¨¦rcoles por ese flanco y aludi¨® tambi¨¦n a la discutible estrategia energ¨¦tica de la Uni¨®n con un dardo afilado. Asegur¨® que pondr¨¢ gas en el mercado ante las eventuales dificultades de aprovisionamiento en algunos pa¨ªses europeos, pero con condiciones: ¡°La Uni¨®n debe examinar sus propias fuentes de energ¨ªa adem¨¢s de ver c¨®mo Estados Unidos le puede suministrar gas; no hay fuentes de energ¨ªa perfectas y baratas, pero a la luz de lo que ha pasado Europa debe acelerar su independencia energ¨¦tica¡±. El gas procedente del fracking estadounidense estar¨¢ disponible ¡°una vez se firme el acuerdo comercial transatl¨¢ntico con la UE¡±. Traducci¨®n libre: Europa debe empezar a olvidarse de algunas de las reticencias a la firma de ese pacto, sobre todo en materia de protecci¨®n del medio ambiente o de los datos de los consumidores, tras el esc¨¢ndalo sobre el espionaje desvelado por Edward Snowden. Cortes¨ªas de la geopol¨ªtica.
¡°No habr¨¢ una nueva guerra fr¨ªa¡±
Una m¨¢quina de contar, con un dominio absoluto del tempo y de la escena, con un discurso a ratos cautivador. Y un auditorio entregado: el presidente de EE UU, Barack Obama, cerr¨® este mi¨¦rcoles su viaje a Europa con una conferencia en el Palacio de las Bellas Artes de Bruselas en la que trat¨® de espantar viejos demonios y esboz¨® la situaci¨®n real del conflicto ucranio, alejada de la posibilidad de un conflicto a gran escala. ¡°No nos equivoquemos: ni EE UU ni Europa tienen inter¨¦s por controlar Ucrania. Y no nos adentramos en ninguna nueva guerra fr¨ªa: despu¨¦s de todo, a diferencia de la Uni¨®n Sovi¨¦tica, Rusia no lidera ning¨²n bloque de naciones ni ninguna ideolog¨ªa internacional¡±. EE UU, sostiene Obama, ¡°no busca ning¨²n conflicto con Mosc¨²¡±. Y Rusia, a pesar de los pesares, no va a ser desalojada de Crimea: ¡°Estamos interesados en una Rusia fuerte; queremos que el pueblo ruso viva con seguridad, prosperidad y dignidad, como cualquier otro. Pero eso no significa que Rusia pueda pisotear a sus vecinos¡±.
Las debilidades de Rusia son profundas y variadas: su demograf¨ªa languideciente, su extrema dependencia de los recursos energ¨¦ticos, su modelo de ¡°nihilismo legal¡± ¡ªen feliz definici¨®n de su primer ministro Dimitri Medv¨¦dev¡ª en manos de una ¨¦lite pol¨ªtica que no ha logrado detener el declive, pero que a la vez ha conseguido mantener una clase media numerosa. Los analistas recuerdan que la URSS se desmembr¨® en 14 pa¨ªses, y que en la mitad de ellos hay bases de la OTAN; hist¨®ricamente, las potencias en declive han sido siempre peligrosas. Con todo, los diplom¨¢ticos consideran probable que Ucrania se convierta en una especie de zona de seguridad, sin convertirse en socio de la OTAN ¡ªtal como explic¨® Obama¡ª pero fuera ya del ¨¢rea de influencia rusa.
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