Los abusos policiales en Brasil llegan a un foro internacional
En una audiencia en la CIDH, grupos de derechos humanos critican los excesos mientras las autoridades brasile?as destacan los cambios previstos para reducirlos pero defienden el derecho de mantener el orden p¨²blico. La Comisi¨®n apuesta por dar seguimiento al asunto
La respuesta policial y pol¨ªtica a la oleada de protestas sociales que sacuden Brasil desde junio pasado fue abordada este viernes en una audiencia en la Comisi¨®n Interamericana de Derechos Humanos, en la que grupos de derechos humanos criticaron la represi¨®n excesiva contra los manifestantes, mientras el Estado brasile?o defendi¨® su potestad de mantener el orden p¨²blico y ensalz¨® su voluntad de escuchar los reclamos de la calle y los cambios previstos en el modo de actuaci¨®n de la polic¨ªa. Se trata de la primera ocasi¨®n en que los reproches a los abusos policiales en las protestas brasile?as son expuestos en un foro internacional.
La audiencia arranc¨® con los testimonios de varios integrantes de organizaciones sociales, que son lo que solicitaron la sesi¨®n en la CIDH. Relataron todo tipo de excesos policiales y lanzaron duras cr¨ªticas contra las fuerzas del orden y el Gobierno de Dilma Rousseff. Rafael Cust¨®dio, abogado del grupo Conectas, lament¨® la "represi¨®n" de la polic¨ªa brasile?a y su "extrema brutalidad". Mencion¨®, por ejemplo, los casos de agentes sin identificaci¨®n, el uso de armas de fuego y los ataques a periodistas y fot¨®grafos que cubr¨ªan las marchas. De hecho, las organizaciones mostraron un v¨ªdeo en el que un fot¨®grafo explica c¨®mo perdi¨® la vista a ra¨ªz de la contundencia policial en el apogeo de las manifestaciones en junio pasado.
Por su parte, Nat¨¢lia Damazio, letrada de Justicia Global, critic¨® que los manifestantes sean un "objeto constante de abusos con el aval del Ejecutivo" y que la polic¨ªa act¨²e con brutalidad "con la intenci¨®n de desmovilizar" a los manifestantes. "Es un factor alarmante que cada vez se cerciore m¨¢s la libertad de expresi¨®n en el pa¨ªs", apunt¨®, antes de recordar que 20 personas han muerto como consecuencia de la represi¨®n policial y que algunos agentes se han extralimitado de sus funciones: los acus¨® de "tratar de aterrorizar" cortando la luz, de disparar balas de goma contra "zonas vitales" del cuerpo, lanzar gases lacrim¨®genos desde lugares altos o rodear a los manifestantes entre cordones policiales a los cuales no puede acceder asistencia sanitaria.
Mientras Camila Marques, de Artigo 19, deplor¨® que 1.700 personas han sido detenidas "sin tener indicaci¨®n de haber cometido ning¨²n delito" y por simplemente portar m¨¢scaras, banderas o aparentar ser manifestantes. "Es una realidad incompatible con el estado de derecho", espet¨® ante la atenta y seria mirada de los representantes gubernamentales.
Los peticionarios solicitaron que se proh¨ªba a la polic¨ªa llevar armas de fuego, que los agentes puedan ser identificados a distancia y que haya un mayor monitoreo de posibles abusos contra los manifestantes. Tambi¨¦n pidieron ampliar el di¨¢logo con el Gobierno y en concreto a la CIDH que promueva una visita a Brasil, elabore un informe tem¨¢tico y una declaraci¨®n de principios sobre protestas y libertad de expresi¨®n. Pero la Comisi¨®n no recogi¨® el guante y el presidente de la audiencia se limit¨® a manifestar de forma cr¨ªptica al final de la sesi¨®n que "espera seguir recibiendo informaci¨®n an¨¢lisis para dar seguimiento a esta situaci¨®n".
Buena parte de la respuesta del Gobierno brasile?o la dio el subsecretario general pol¨ªtico del ministerio de Relaciones Exteriores, Carlos Antonio da Rocha Paranhos, quien dijo que la "opini¨®n" de los manifestantes es muy importante para las autoridades y record¨® las cinco iniciativas que anunci¨® Rousseff para tratar de calmar los ¨¢nimos, con cambios, por ejemplo, en materia de transporte, educaci¨®n, sanidad y fiscalidad. "Las protestas reflejaron lo activa que es nuestra democracia", destac¨®.
Y acto seguido repas¨® la retah¨ªla de cambios de protocolo previstos e intent¨® revertir las cr¨ªticas de las organizaciones de derechos humanos. "La libertad de expresi¨®n est¨¢ fundamentada en la legislaci¨®n y esto contradice las acusaciones de que el Estado y la polic¨ªa hacen arrestos arbitrarios", sostuvo. Da Rocha Paranho explic¨® que se han impulsado varias leyes para intentar "corregir" posibles abusos de las reglas de resistencia y detenci¨®n, mejorar la atenci¨®n sanitaria y la capacitaci¨®n de los agentes para usar adecuadamente armas de fuego. Tambi¨¦n manifest¨® la voluntad de reducir el uso de dichas armas y de "prevenir y castigar" cualquier uso de fuerza excesiva, pero a su vez subray¨® que la Constituci¨®n avala la necesidad de "mantener el orden p¨²blico".
Tras ambas intervenciones, los representantes de la CIDH preguntaron a los delegados sociales si los cambios previstos en el modo de actuaci¨®n policial les parec¨ªan suficientes y al Estado si hab¨ªa sancionado el uso excesivo de la fuerza. Los colectivos de derechos humanos tildaron los cambios de ¡°paso insuficiente¡± y aseguraron que, al crear nuevos protocolos, el Estado admite que ha habido ¡°excesos¡±. Por su parte, los miembros de la delegaci¨®n de las autoridades brasile?as evitaron entrar en detalles y ensalzaron de forma gen¨¦rica que no hay l¨ªmites para la investigaci¨®n de denuncias de tortura y que se est¨¢n estudiando una serie de recomendaciones para evitar v¨ªctimas mortales y lesiones corporales. Cuando ya han pasado nueve meses del apogeo de las protestas, ambas partes se vieron las caras en Washington y expusieron sus opiniones divergentes, pero apenas se vislumbr¨® un di¨¢logo sustancial y productivo.
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