¡°No permitiremos que el di¨¢logo sea un enga?o que desmovilice la protesta¡±
Entrevista con Mar¨ªa Corina Marchado, l¨ªder opositora de Venezuela
Desde que Mar¨ªa Corina Machado (Caracas, 1967) volvi¨® el mi¨¦rcoles a la capital nada es lo mismo. La prisi¨®n de su compa?ero Leopoldo L¨®pez y la amenaza de encarcelarla ha provocado que todo el pa¨ªs opositor la arrope como nunca. Nacida en una familia acomodada, que el chavismo ubica dentro de sus enemigos de clase, la diputada independiente venezolana se ha ganado la inquina eterna del Ejecutivo por sus posiciones frontales. No habla del Gobierno, sino del r¨¦gimen, no se refiere al presidente Maduro, sino al se?or Maduro. La irreverencia y el arrojo no son una pose, sino una marca de f¨¢brica. No deja a nadie indiferente.
Pregunta. La oleada de disturbios ha dejado 36 muertos y m¨¢s de 1.000 detenidos desde febrero. A la detenci¨®n de Leopoldo L¨®pez se podr¨ªa sumar su posible encarcelamiento. ?Se arrepiente de algo?
Respuesta. Esto es mucho m¨¢s que una oleada de protestas. Aqu¨ª se ha producido un movimiento c¨ªvico sin precedentes en nuestra historia. En primer lugar, no se concentra en una sola regi¨®n. En segundo lugar, es un movimiento que integra a todos los sectores de la sociedad. En tercer lugar, este movimiento ha adquirido un nivel existencial. Se trata de una lucha por recuperar la dignidad humana.
P. Tras la visita de la misi¨®n de la Uni¨®n Sudamericana de Naciones pareciera que se est¨¢n abriendo espacios para el di¨¢logo entre el Gobierno y un sector de la oposici¨®n. ?Que se posibilite esa v¨ªa es algo que podr¨ªa desactivar la protesta en la calle? ?Es algo que usted incluso saluda?
R. El di¨¢logo es esencial en un sistema democr¨¢tico, pero en Venezuela hay una dictadura que, escondida en formas democr¨¢ticas, cada vez que sent¨ªa que la sociedad elevaba la voz de sus demandas llamaba a la paz y al di¨¢logo. Una vez que se lograban acuerdos firmados que desmontaban la tensi¨®n, desconoc¨ªa lo acordado y avanzaba en su proyecto. Con estos precedentes nuestra posici¨®n es muy firme. No permitiremos que el llamado al di¨¢logo sea un enga?o, una nueva traici¨®n que desmovilice la protesta para que el r¨¦gimen gane tiempo y recupere su legitimidad internacional. Por eso, el di¨¢logo debe conducir a una transici¨®n democr¨¢tica que incluya profundas reformas pol¨ªticas que conlleven a la restituci¨®n de la Constituci¨®n y de los derechos humanos en Venezuela. Por eso hemos exigido una serie de acciones antes de instalar el di¨¢logo: el cese inmediato de la represi¨®n por parte de las bandas criminales y la Guardia Nacional; justicia; la liberaci¨®n de todos los presos pol¨ªticos, la restituci¨®n en sus cargos de los alcaldes, y una ley de amnist¨ªa que permita el regreso de todos los exiliados y perseguidos.
P. Ahora enfrenta el trance de la p¨¦rdida de su esca?o. ?No plane¨® esta consecuencia?
R. La Constituci¨®n es muy clara con respecto a los causales que determinar¨ªan el cese del fuero parlamentario. Ninguna de esas condiciones aplica en mi caso. El se?or Diosdado Cabello [presidente de la Asamblea Nacional] no tiene potestad alguna para destituirme.
P. Cabello ha dicho que no la va dejar entrar.
R. Cabello ha cometido toda clase de desafueros. Yo reitero. Soy diputada. Ejercer¨¦ mi funci¨®n dentro y fuera de Venezuela. A la OEA fui como parlamentaria para que en ese organismo se escuchara la voz del pueblo reprimido, pero la decisi¨®n de hacer una audiencia privada, m¨¢s la eliminaci¨®n del punto de Venezuela en la agenda, determin¨® que yo asumiera accidentalmente la representaci¨®n alterna de Panam¨¢ para poder hablar. As¨ª consta en una carta firmada por el secretario general del organismo Jos¨¦ Miguel Insulza.
P. Usted siempre ha dicho que es imposible derrotar al r¨¦gimen mediante elecciones. ?Hac¨ªa falta todo esto que ha ocurrido para revelarle a la comunidad internacional el cariz represivo del Gobierno? ?Por qu¨¦ no esperar a que se cumplan los lapsos previstos por la Constituci¨®n para convocar a elecciones?
R. Creemos en las elecciones para definir el futuro. Pero esto tiene que ir acompa?ado por una gran movilizaci¨®n ciudadana que haga retroceder a un r¨¦gimen que tiene todas las instituciones cooptadas. Pensemos lo que se ha logrado en estas semanas de lucha. Pensemos en la Venezuela de finales de enero y la de finales de marzo. Un pa¨ªs que desde afuera se ve¨ªa aterrorizado y resignado y sin fuerza en contraposici¨®n a una Venezuela que despert¨® y le ha arrebatado la m¨¢scara democr¨¢tica al Gobierno.
P. Es la parte ¨¦pica, pero van 36 muertos y m¨¢s de 1.000 detenidos.
R. En Venezuela el hampa est¨¢ desbordada. El a?o pasado asesinaron a 25.000 personas. ?C¨®mo estamos hablando de 36 muertos si en Venezuela todos los d¨ªas asesinan a 60 personas?
P. Si alguien le dijera que para salir de un r¨¦gimen, seg¨²n usted pervertido, hacen falta varios muertos, ?comprar¨ªa ese argumento?
R. Es moral y ¨¦ticamente inaceptable se plantee que la p¨¦rdida de una vida es justificable para cualquier cosa. La muerte es culpa de la represi¨®n. La protesta pac¨ªfica es un derecho ciudadano. Cuando se la asfixia, una sociedad tiene dos opciones: o claudica o lucha. El pueblo de Venezuela opt¨® por la segunda. Eso es lo que tiene admirado al mundo entero. Este movimiento ciudadano es irreversible.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.