Los observadores europeos permanecen encerrados en Kabul

La frustraci¨®n empieza a hacer mella entre los 16 miembros del Equipo de Evaluaci¨®n Electoral de la Uni¨®n Europea. Diecisiete d¨ªas despu¨¦s de su llegada a Kabul siguen encerrados en el recinto de la Delegaci¨®n de la UE para Afganist¨¢n, y a¨²n no saben si van a poder realizar su trabajo durante las elecciones presidenciales y provinciales del pr¨®ximo s¨¢bado. Varios atentados ocurridos durante su estancia han hecho sonar las alarmas en Bruselas, que tiene que decidir si corre el riesgo de enviar a sus expertos a los colegios electorales.

¡°La situaci¨®n de seguridad ha cambiado desde que se organiz¨® la misi¨®n. En el actual nivel de alerta, las normas establecen que nos movamos con dos guardaespaldas por persona y carecemos de ellos, as¨ª que estamos encerrados hasta nuevo aviso¡±, conf¨ªa una fuente con acceso a los participantes que habla de su impotencia ante la lentitud en la toma de decisiones. ¡°Es posible que cambie el objetivo de la misi¨®n, pero a¨²n no se sabe nada; es algo que tienen que decidir en Bruselas¡±, a?ade, tras precisar que t¨¦cnicamente no son observadores, sino ¡°evaluadores¡±.

En principio, el equipo, dirigido por el diputado holand¨¦s Thijs Berman, iba a analizar ¡°el cumplimiento de los principales aspectos del proceso electoral respecto a la ley afgana y a los est¨¢ndares regionales e internacionales para elecciones democr¨¢ticas¡±. Pare ello cuenta con 16 expertos de 13 pa¨ªses europeos, entre ellos un vice responsable, cinco analistas (electoral, legal, pol¨ªtico, de medios y de datos) y ocho expertos regionales, adem¨¢s de un portavoz. Desde su llegada a Kabul el pasado 15 de marzo se han alojado en la residencia del representante europeo, por estar considerada m¨¢s segura que un hotel.

Cinco d¨ªas m¨¢s tarde, apenas unas horas despu¨¦s de que Berman presentara la misi¨®n ante la prensa, se produjo el atentado contra el hotel Serena. Entre los ocho civiles asesinados, se encontraba el exdiplom¨¢tico paraguayo Luis Mar¨ªa Duarte, que hab¨ªa venido como observador del National Democratic Institute. Ese grupo dedicado a promover la democracia, una presencia habitual en las elecciones afganas, decidi¨® enviar a casa al resto de su personal extranjero.

La OSCE sac¨® inmediatamente del pa¨ªs a sus 17 observadores que tambi¨¦n se alojaban en el Serena; los cuatro que han regresado despu¨¦s se han instalado en el cuartel general de ISAF, la fuerza internacional de asistencia a la seguridad. S¨®lo Democracy International mantiene a sus 23 observadores. Incluso IFES, la organizaci¨®n que presta apoyo t¨¦cnico a la Comisi¨®n Electoral afgana, ha reubicado a sus asesores en Dub¨¢i.

La preocupaci¨®n de organizaciones internacionales y embajadas se confirm¨® el pasado s¨¢bado con un ataque contra la sede de esa Comisi¨®n Electoral. Pero incluso antes de este ¨²ltimo atentado, varios grupos de observaci¨®n electoral ya hab¨ªan reducido sus actividades o tomado medidas para evacuar a sus empleados extranjeros.

¡°La credibilidad de la votaci¨®n afgana en duda por la huida de la violencia de los observadores¡±, titulaba esta semana The New York Times, en un art¨ªculo que ha levantado ampollas en Kabul.

Enseguida, ha habido voces que recuerdan que, si bien han facilitado el entrenamiento necesario para los observadores afganos, los extranjeros rara vez salen de las zonas urbanas y que la tarea recae finalmente sobre los varios miles de voluntarios locales que el d¨ªa de los comicios se extender¨¢ hasta los pueblos m¨¢s remotos.

Los datos referidos a las sucesivas misiones de la UE confirman esa apreciaci¨®n. Mientras que en 2005, en las primeras elecciones tras el derribo del r¨¦gimen talib¨¢n, los europeos estuvieron presentes en 31 de las 34 provincias afganas, en 2009 s¨®lo se desplegaron en 17, y en 2010 no salieron de Kabul. Si las cosas no cambian, es posible que el pr¨®ximo s¨¢bado no salgan de la casa de Shahr-e Naw, donde residen.

¡°La importancia de los observadores internacionales no es tanto su trabajo cuanto que su presencia desincentiva el fraude; suponen ojos sobre el terreno¡±, admit¨ªa esta semana el responsable electoral de la misi¨®n de la ONU, Nicholas Haysom.