La victoria del ¡®ni-ni¡¯
La UMP se ha beneficiado del aumento de la abstenci¨®n y de la p¨¦sima gesti¨®n de Hollande
Dos estrategias han salido vencedoras en las municipales francesas, aunque sobre todo lo que ha habido es una debacle. El primer?¡®ni-ni¡¯ es el del Frente Nacional, ¡®ni derecha ni izquierda¡¯, jaculatoria con la que se quiere convencer al mundo de que el partido solo no es extrema derecha, sino ni siquiera derecha. El segundo ¡®ni-ni¡¯, aunque el mayor de ambos, es el de la derecha de-toda-la-vida, la UMP, que en las elecciones del domingo se neg¨® a practicar con formidable ¨¦xito el cl¨¢sico juego del ¡®frente republicano¡¯, por el que derecha e izquierda desisten de presentar candidato en segunda vuelta para impedir el acceso de entrometidos, l¨¦ase el Frente.
El partido de Marine Le Pen ha reba?ado una quincena de alcald¨ªas de localidades de m¨¢s de 10.000 habitantes y unos 1.200 concejales, lo que no son cifras impresionantes, incluso comparadas con el desbarrancadero socialista, pero que contrastan con su inexistencia anterior en el ¨¢mbito local. El ¨¦xito de estos comicios habr¨¢ que valorarlo, sin embargo, a tenor de los resultados en las europeas de mayo y elecciones regionales y nacionales siguientes, de las que son un ensayo general.
La gran pregunta que tanto el PS como el FN deber¨ªan hacerse es la de si la grav¨ªsima derrota socialista se debe a la victoria del FN o el triunfo de Le Pen es producto de la debacle socialista; si uno sube porque el otro baja o uno se cae porque el otro crece imparablemente. La jefa del Frente quiere creer en la primera instancia y para ello trata de modelar un partido plenamente ¡®normalizado¡¯ (banalisation en franc¨¦s, siempre m¨¢s cultista que el espa?ol); un partido moderno del que asegura que desborda la divisi¨®n derecha-izquierda y, sobre todo, que pretende extenderse hacia abajo, creando una red de gestores locales, cuando al FN del padre y fundador, Jean-Marie Le Pen, solo importaba el ¨¢mbito nacional. El Frente ha cursado, en cambio, un m¨¢ster en administraci¨®n local y cuenta con que los elegidos del domingo sean la cabeza de puente de una implantaci¨®n que anegue toda Francia: Madame Le Pen es Pierre Poujade, el populista de barrio de los a?os 50, y una Eva Per¨®n que no va a misa, en una sola pieza. Pero mantiene sin pesta?ear un galicanismo extremo, antieuropeo y xen¨®fobo.
La UMP se ha beneficiado del aumento de la abstenci¨®n, que ha perjudicado m¨¢s directamente al socialismo y de la catastr¨®fica gesti¨®n de Hollande, atrapado en una pol¨ªtica econ¨®mica de derechas que ni siquiera la sonrisa de Anne Hidalgo, la primera espa?ola que es alcalde de Par¨ªs, logra disipar. El ¨¦xito del Frente, resumido en una sola expresi¨®n, ser¨ªa haberse convertido el domingo en la tercera fuerza pol¨ªtica nacional; pero no, como barrunta su l¨ªder, quiz¨¢ embriagada de victoria, en una nueva bipolaridad FN-UMP, de la que se caer¨ªa el socialismo. Las municipales no dan para tanto.
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