Valls promete ¡°ir m¨¢s lejos, m¨¢s r¨¢pido¡±
El nuevo primer ministro prepara un equipo capaz de profundizar las reformas en Francia. Los ecologistas se muestran reacios a participar en el Gobierno
El nuevo primer ministro franc¨¦s, Manuel Valls, tom¨® posesi¨®n de su cargo este martes y comenz¨® a negociar con el Partido Socialista la composici¨®n del nuevo Gabinete, que ser¨¢ anunciado el mi¨¦rcoles y contar¨¢ muy probablemente en sus filas con S¨¦gol¨¨ne Royal. En las ¨²ltimas semanas, Valls se ha reunido con los grandes banqueros franceses para preparar su salto a Matignon, sabiendo que la econom¨ªa, y, sobre todo, las reformas estructurales que exigen Bruselas, Berl¨ªn y el Fondo Monetario Internacional son la gran prueba de fuego de los socialistas en los pr¨®ximos tres a?os.
Obligado a reaccionar a toda prisa para ahuyentar el desastre electoral de las municipales, Fran?ois Hollande ha elegido como fusible al hombre m¨¢s expeditivo, popular y belicoso de su primer Gabinete. La idea es pactar y acelerar las reformas para buscar el regreso del crecimiento, la competitividad y el empleo. El martes Bruselas record¨® a Par¨ªs que sus cuentas est¨¢n siendo sometidas a una vigilancia especial, que su d¨¦ficit sigue fuera de control aunque en 2013 obtuvo dos a?os m¨¢s para llegar al 3%, y que debe comenzar a aplicar ya las reformas y recortes. En su toma de posesi¨®n, Valls prometi¨® que su Gobierno ir¨¢ ¡°m¨¢s lejos, m¨¢s r¨¢pido¡±.
Situado ante el dilema de cumplir con las exigencias alemanas o reconciliarse con los electores que le abandonan, Hollande ha optado por una s¨ªntesis forzosa. La conocida capacidad de Valls para dividir a la izquierda supone un riesgo. Si se excede en su autoritarismo, podr¨ªa perder apoyos en el Partido Socialista, hasta llegar a provocar una rebeli¨®n. De hecho, los ecologistas, que ten¨ªan dos ministros en el primer Gobierno Hollande, no van a participar en el Ejecutivo, seg¨²n fuentes citadas por el diario Le Monde, lo que pone en peligro la fr¨¢gil mayor¨ªa parlamentaria en la que tendr¨¢ que apoyarse Valls.
Por otro lado, el primer ministro es menos socialdem¨®crata, m¨¢s neoliberal y tiene mejores relaciones con la derecha y los medios que su antecesor, Jean-Marc Ayrault. Pero tambi¨¦n es bastante m¨¢s h¨¢bil para buscar los temas sociales y de inmigraci¨®n que generan consenso, y eso puede mejorar la popularidad del Ejecutivo y evitar que el descontento crezca y la calle estalle.
El lunes, Hollande anunci¨®, al mismo tiempo que el nombramiento de Valls, una bajada de las cotizaciones sociales que pagan los trabajadores para compensar con un pacto de solidaridad el pacto de responsabilidad ofrecido el 14 de enero a la patronal, que contempla menos cargas empresariales y un recorte del gasto p¨²blico de 50.000 millones hasta 2017.
El presidente, que trataba de corregir su reciente giro liberal, no tiene apenas margen de maniobra para bajar los impuestos sin nuevos recortes, pero se?al¨® que la prioridad es el crecimiento y que la mayor injusticia es el desempleo, e incluso desempolv¨® la olvidada f¨®rmula ¡°reorientar Europa¡±. Hollande incluso dej¨® caer que el nuevo Gobierno ¡°tendr¨¢ que convencer¡± a Bruselas de que sus ¡°planes para volver a crecer¡± deben ser ¡°tenidos en cuenta¡±.
Es el juego eterno de Francia con la Uni¨®n Europea, y a la vez la pescadilla de la austeridad que se muerde la cola: los ciudadanos franceses se oponen a las reformas del Estado de Bienestar y a las concesiones gratuitas al capital casi por naturaleza; sus presidentes y ministros negocian, piden ¨¢rnica o arremeten contra Bruselas, seg¨²n convenga; y la Comisi¨®n Europea protesta un poco y, generalmente, acaba permitiendo a la segunda econom¨ªa del euro que haga m¨¢s o menos lo que le parezca.
La duda estriba en saber hasta qu¨¦ punto Angela Merkel decide ser compasiva con el fr¨¢gil Hollande o si presiona para aplicar a rajatabla las sanciones a los pa¨ªses que no cumplen los objetivos de d¨¦ficit y deuda. Mientras Francia pague, como en los ¨²ltimos dos a?os, un inter¨¦s del 2,05% por financiar su deuda soberana, parecer¨ªa l¨®gico que Hollande procure ganar el tiempo que pueda para no favorecer aun m¨¢s el ascenso de una extrema derecha que corre como favorita hacia las elecciones europeas de mayo atizando los fantasmas de la salida del euro y de la ausencia de soberan¨ªa econ¨®mica y monetaria.
En el campo de la ret¨®rica antieuropea, el mejor activo del Gobierno socialista es Arnaud Montebourg, el izquierdista y ultraproteccionista ministro de Industria, que probablemente ganar¨¢ peso en el Gabinete de Manuel Valls pues ambos han tejido una alianza de intereses llamada a suavizar la imagen derechista del nuevo primer ministro.
El martes, Montebourg pas¨® al ataque y afirm¨® que ¡°la Comisi¨®n Europea es totalmente in¨²til en cuestiones de crecimiento¡±, para agregar con su ret¨®rica inflamada: ¡°Con la elecci¨®n de Manuel Valls y de un Gobierno de combate, tenemos la posibilidad de reorientar Europa. Hasta ahora es Europa la que nos reorienta a nosotros hacia la austeridad y el dogma cuando lo que necesitamos es pragmatismo¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.