El final de la calle
Nadie cre¨ªa en estas nuevas conversaciones de paz entre Israel y Palestina cuando empezaron hace nueve meses con el prop¨®sito de alcanzar el acuerdo definitivo a mitad de 2014
Nadie cre¨ªa en estas nuevas conversaciones de paz cuando empezaron hace nueve meses con el prop¨®sito de alcanzar el acuerdo definitivo a mitad de 2014; nadie ha cre¨ªdo en ellas mientras se ha mantenido la apariencia de que se negociaba; y cuando est¨¢n a punto de romperse definitivamente, apenas el secretario de Estado John Kerry cree todav¨ªa en la posibilidad de que israel¨ªes y palestinos prorroguen las conversaciones m¨¢s all¨¢ de la fecha del 29 de abril, y menos que sean capaces de alcanzar un acuerdo ni ahora ni nunca sobre el reconocimiento de los dos Estados, uno para los palestinos y otro para los jud¨ªos, viviendo en paz y seguridad.
Es el final de la calle. Lo que viene despu¨¦s no se conoce. Las circunstancias ser¨¢n distintas. Rusia juega con otro reglamento y otras ambiciones tras la anexi¨®n de Crimea: poco se puede esperar del futuro en la regi¨®n del Cuarteto, la formaci¨®n diplom¨¢tica que la incluye junto a Estados Unidos, Uni¨®n Europea y Reino Unido. El mundo ¨¢rabe ha mutado, fruto de la primavera y luego del invierno militar. Los occidentales disminuyen en peso e influencia a ojos vista. Con un Ir¨¢n reconocido internacionalmente como ya se atisba, perder¨¢n pie los radicales palestinos. El presidente palestino Mahmud Abbas, con 80 a?os a cuestas y sin legitimidad (las ¨²ltimas elecciones presidenciales fueron en 2005) prepara el portazo que salve su dignidad.
Israel¨ªes y palestinos se enfrentan al naufragio quiz¨¢s definitivo de las conversaciones de paz
El motivo de la actual ruptura afecta a los ¨²nicos resultados tangibles obtenidos. Israel no ha liberado el ¨²ltimo grupo de 26 presos palestinos de los 104 a los que se hab¨ªa comprometido y la Autoridad Palestina ha incumplido su compromiso de aplazar la firma de las convenciones y tratados de Naciones Unidas que le permitir¨¢n acudir al Tribunal Internacional de La Haya para acusar a Israel por la ocupaci¨®n ilegal de Cisjordania. Ambas medidas, la salida de presos condenados por cr¨ªmenes de sangre anteriores a los acuerdos de Oslo y la renuncia a llevar a Israel ante la justicia internacional, fueron las bazas de confianza entregadas al empezar las conversaciones y son lo ¨²nico que quedar¨¢ de ellas: la libertad de unos veteranos palestinos y el tiempo comprado por Israel para eludir a la justicia internacional.
Kerry quer¨ªa un acuerdo definitivo; luego se conform¨® con unos par¨¢metros para seguir negociando; y ahora lucha a brazo partido para que las dos partes sigan sentadas hasta 2015 aunque no exista sustancia sobre la que quieran negociar. Al borde del fracaso, ha mostrado la carta de la desesperaci¨®n: la liberaci¨®n de Jonathan Pollard, uno de los mayores esp¨ªas de la historia, que vendi¨® diez metros c¨²bicos de papeles secretos a Israel entre 1981 y 1985 y cumple una condena de 30 a?os. Israel podr¨ªa incluir en el regalo a 400 presos palestinos m¨¢s y una congelaci¨®n de los asentamientos que excluyera Jerusal¨¦n. Mucho para un pu?ado de tiempo sin horizonte.
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