Bruselas descarta dar m¨¢s tiempo a Francia para cumplir el d¨¦ficit
El comisario Rehn pide al presidente Hollande que haga reformas ¡°como Espa?a¡±
Soplan nuevos vientos en Europa. La periferia empieza a salir, a trancas y barrancas, de las garras de la troika. Y los problemas asoman ahora por el centro: los nuevos Gobiernos de Italia y Francia, metidos en graves crisis que van mucho m¨¢s all¨¢ de lo econ¨®mico, no quieren que los cors¨¦s de Bruselas ¡ªuna pol¨ªtica econ¨®mica convertida en una suerte de camisa de fuerza, cargada de reformas, recortes y dem¨¢s¡ª ahoguen su precaria recuperaci¨®n. El flamante primer ministro franc¨¦s, Manuel Valls, se ha estrenado con un llamamiento a la Comisi¨®n Europea para que le conceda margen con el d¨¦ficit ¡ªalgo que no hace tanto era una petici¨®n genuinamente espa?ola¡ª a cambio de un ambicioso proyecto de reformas, recortes de gasto p¨²blico y est¨ªmulos a trav¨¦s de rebajas de impuestos. Valls recibi¨® ayer la respuesta de la Comisi¨®n: no. Ni hablar. No habr¨¢ nada de eso.
Se avecina un pulso colosal: Bruselas y Berl¨ªn tuercen el morro cada vez que alguien cuestiona la ortodoxia del d¨¦ficit, incluso con un programa econ¨®mico m¨¢s propio de un Gobierno conservador que de un Ejecutivo socialdem¨®crata como el franc¨¦s. Pero Francia no es Grecia, ni Portugal, ni Irlanda, ni siquiera Espa?a: Francia sigue siendo la segunda potencia de la eurozona. Par¨ªs solo tiene un problema: su poder¨ªo est¨¢ de capa ca¨ªda, frente a la tremenda autoridad de Berl¨ªn. El ministro de Finanzas alem¨¢n, Wolfgang Sch?uble, ya ha sugerido que Francia ya obtuvo manga ancha dos veces en el pasado, y que una tercera vez podr¨ªa ser contraproducente. El a¨²n vicepresidente de Asuntos Econ¨®micos de la Comisi¨®n, Olli Rehn, recogi¨® ayer ese guante y descart¨® con rotundidad dar m¨¢s tiempo a Par¨ªs.
¡°Una extensi¨®n de los objetivos de d¨¦ficit para Francia solo estar¨ªa justificada en caso de sorpresas negativas. Y no hay nada de eso: al contrario, la eurozona est¨¢ en plena recuperaci¨®n¡±, explic¨® a la agencia Reuters. Esa opini¨®n la comparte tambi¨¦n el presidente Jos¨¦ Manuel Dur?o Barroso, seg¨²n las fuentes consultadas.
Rehn dej¨® ese sonoro rev¨¦s a modo de despedida; el lunes abandona la Comisi¨®n para presentarse a las europeas. Pero la jugada pol¨ªtica va m¨¢s all¨¢. Tanto el liberal Rehn como el conservador Jean-Claude Juncker se manifestaron ayer en contra de dar aire a Par¨ªs. Francia est¨¢ sola: el ministro italiano de Finanzas, Pier-Paolo Padoan, ha prometido esta semana que no habr¨¢ un eje Roma-Par¨ªs. Tras el reciente varapalo electoral, al Gobierno franc¨¦s solo le queda una baza: una victoria de la izquierda en las europeas, que van camino de convertirse en un plebiscito sobre la austeridad.
Francia no discute la necesidad de recortar. Valls asegur¨® que embridar el d¨¦ficit ¡ªen crecimiento ininterrumpido desde los a?os setenta¡ª es una cuesti¨®n de credibilidad y de soberan¨ªa nacional. Su pol¨ªtica econ¨®mica no es precisamente keynesiana: pasa por un recorte del gasto p¨²blico de 50.000 millones a cambio de poder bajar impuestos. Pero tiene poco margen. El d¨¦ficit cerr¨® 2013 en el 4,3% del PIB ¡ªdos d¨¦cimas por encima del objetivo¡ª, y las previsiones no son halag¨¹e?as. La econom¨ªa est¨¢ estancada. Con los votantes socialistas desencantados y con Berl¨ªn y Bruselas convencidos de las bondades de su recetario econ¨®mico, la batalla est¨¢ servida. Rehn cit¨® como modelos para Francia a pa¨ªses que han hecho reformas, ¡°como Alemania¡± y, m¨¢s recientemente, ¡°Irlanda, Letonia e incluso Espa?a¡±, pese a que en esos tres casos los resultados a¨²n dejan mucho que desear. En abril, Par¨ªs debe enviar a Bruselas sus planes fiscales. Y ah¨ª empezar¨¢ de veras el l¨ªo.
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