¡°?Que el pr¨®ximo Presidente no nos ayude, pero tampoco nos ultraje!¡±
La l¨ªder ind¨ªgena Silvia Carrera exige que cese la represi¨®n contra las etnias paname?as, que sufren pobreza y marginaci¨®n
Cada vez que recuerda que m¨¢s de un mill¨®n de paname?os¡ª de los 3,8 millones que habitan el pa¨ªs¡ªque viven en la pobreza o en la miseria extrema son ind¨ªgenas, la Cacica General de Panam¨¢, Silvia Carrera, suelta una carga de abundantes argumentos para explicar por qu¨¦ acumula un resentimiento hacia las fuerzas pol¨ªticas tradicionales. La l¨ªder ind¨ªgena que ostenta este rango ancestral asegura que a¨²n no ha decidido a cu¨¢l de los siete candidatos otorgar¨¢ su voto en las elecciones de este domingo. Una duda entre las miles de ideas que s¨ª que tiene claras esta mujer, enemiga ac¨¦rrima de los proyectos hidroel¨¦ctricos y mineros en comarcas ind¨ªgenas y en zonas protegidas de Panam¨¢. Su argumento es que son ¡°pan para hoy y hambre para ma?ana¡±.
¡°Lo que queremos los ind¨ªgenas es que acaba la represi¨®n¡±, afirma Carrera por tel¨¦fono a EL PA?S. Curtida en los ¨²ltimos a?os en las batallas callejeras por la preservaci¨®n de regiones y culturas ancestrales - en choques con toda clase de rivales, ya sean jerarcas estatales o polic¨ªas, ministros o coroneles e inversionistas extranjeros y nacionales - y con violencia de por medio, esta mujer duda poco a la hora de responder con claridad. Tiene 43 a?os, es l¨ªder de las etnias Ng?be y Bugl¨¦, que est¨¢n entre las dos m¨¢s numerosas de las siete que existen en Panam¨¢ y parece apostarle al cambio por la v¨ªa electoral.
¡°Esperamos que la gente salga a votar y que salga un buen presidente. Que aunque no nos quiera ayudar, que tampoco nos ultraje y nos maltrate¡±, subraya la cacica general, cabeza visible de una permanente batalla ind¨ªgena para preservar sus tierras, especialmente en estos momentos en los que Panam¨¢ registra un acelerado crecimiento. ¡°Le pedimos a Dios que nos d¨¦ el sentimiento y la direcci¨®n para escoger al otro Presidente de la Rep¨²blica pero que responda a los intereses del pueblo¡±, subraya.
Vendido internacionalmente como el pa¨ªs emergente de las grandes y nuevas oportunidades, en Panam¨¢ surgen los megaproyectos, los hipernegocios y los ultralujos. Pero la jefa ind¨ªgena, de escasos estudios, prefiere eludir esas y otras ofertas, pues aduce que todo es un espejismo de millones de d¨®lares a cambio de destrozar las tierras de sus antepasados y acabar con el futuro de las actuales y de las futuras generaciones ind¨ªgenas. Las etnias Ng?be, Bugl¨¦, Guna, Ember¨¢, Wounaan, Bribri yNaso ya est¨¢n suficientemente golpeadas ¨C recalca - con el escenario de miseria y marginaci¨®n en el que viven, como para seguirlos acosando y arrinconando.
De los siete candidatos, reconoce, solo tres tienen opciones reales de triunfo: Jos¨¦ Domingo Arias, del gobernante Cambio Democr¨¢tico (CD), y los opositores Juan Carlos Varela, de una alianza entre los partidos Paname?ista y Popular, y Juan Carlos Navarro, del Partido Revolucionario Democr¨¢tico (PRD). ¡°El partido que est¨¢ gobernando se nos tir¨® contra la comarca desde el 2011 y desde que lleg¨® al puesto (en 2009) no nos ha ayudado, pero s¨ª ha matado m¨¢s ind¨ªgenas en sus cinco a?os de gesti¨®n de los que fueron asesinados en 50 a?os. Muchos ind¨ªgenas ultrajados¡±, relata, al recordar los constantes enfrentamientos entre fuerzas policiales y etnias por el conflicto con los proyectos hidroel¨¦ctricos y mineros.
¡°Ha habido mucha represi¨®n con este gobierno. Y mucha de nuestra gente no puede ni siquiera contar lo que est¨¢ pasando porque no tiene c¨®mo salir de la monta?a¡±, cuenta. Atenta, escucha el t¨¦rmino ¡°esperanza¡± y s¨ª la tiene como para pensar en lo que pueda ocurrir en las relaciones de las etnias con el pr¨®ximo Gobierno, que debe asumir su puesto el primero de julio entrante.
¡°La esperanza es que tengamos un buen gobierno. Algunos candidatos se han comprometido a cancelar un proyecto hidroel¨¦ctrico que ya est¨¢ concesionado. Pero falta verlo, porque se sabe que las promesas a veces ellos no las cumplen. Quieren llegar al poder y entonces se empiezan a comprometer, pero cuando llegan al poder se les olvida¡±, sentencia.
Con este panorama a su disposici¨®n, tampoco duda ni un instante en confirmar que s¨ª ir¨¢ a votar, pese a todo, aunque sigue indecisa. ¡°El domingo mismo en la ma?ana voy a analizar por qui¨¦n voy a votar¡±, narra. Y al insist¨ªrsele en si tiene esperanza en que las cosas cambien y, al menos, dejen de agravarse, comenta: ¡°Si gana otro partido, pienso yo que se puede cambiar un poquito, pero si gana el mismo que est¨¢ ahorita mismo gobernando, es peor que vamos a seguir¡±.
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