Una de las tres secuestradas de Cleveland perdona a su captor

Las profundas secuelas son a¨²n bien visibles pero Michelle Knight parece empezar a dejar atr¨¢s el infierno que vivi¨® durante los casi once a?os que pas¨® secuestrada, junto a dos j¨®venes m¨¢s, en una vivienda de Cleveland. Coincidiendo con el primer aniversario, este martes, de su liberaci¨®n, Knight ha ofrecido en los ¨²ltimos dos d¨ªas varias entrevistas a cadenas de televisi¨®n estadounidenses, en las que, pese a relatar las atrocidades a las que fue sometida, perdona a Ariel Castro, su captor que se suicid¨® en septiembre un mes despu¨¦s de ser condenado a cadena perpetua.

¡°Si yo hiciese algo malo, aunque fuese una peque?a cosa, querr¨ªa que alguien me perdonara. As¨ª que puedo perdonarlo a ¨¦l por lo que hizo mal porque as¨ª es la vida¡±, dijo Knight el lunes en una entrevista a la cadena NBC, en la que se mostr¨® parca en palabras y combin¨® instantes de cierta desorientaci¨®n y exhibi¨® sonrisas un tanto inc¨®modas y otras m¨¢s sinceras.

Durante el juicio a Castro en agosto Knight ya dej¨® entrever la posibilidad de perdonar a su captor -"Te puedo perdonar pero nunca olvidar¨¦", dijo. Ahora, con sus declaraciones televisivas, la posibilidad se ha acabado concretando. La joven de 33 a?os -ten¨ªa 21 cuando fue retenida por Castro en el verano de 2002-, fue la que m¨¢s sufri¨® la barbarie del monstruo de Cleveland que tortur¨® y abus¨® sexualmente de forma sistem¨¢tica a lo largo de una d¨¦cada de ella y de las otras dos chicas, Amanda Berry y Gina DeJesus. Pero Knight fue la primera v¨ªctima, la que m¨¢s abusos y vejaciones padeci¨® de su verdugo, quien le provoc¨® al menos dos abortos golpe¨¢ndola en el abdomen.

Las otras dos v¨ªctimas han emitido sendos comunicados, en los que agradecen el apoyo recibido y se muestran esperanzadas de cara al futuro

Durante su horroroso cautiverio, tambi¨¦n fue obligada a ayudar a dar a luz a la hija que Castro tuvo con Berry, amenaz¨¢ndola de que si el beb¨¦ mor¨ªa, ella correr¨ªa la misma suerte. Knight vivi¨® una infancia problem¨¢tica y tuvo un hijo de adolescente. Su relaci¨®n con su familia es ambigua hasta el punto que fue la ¨²nica de las tres secuestradas que no regres¨® a su hogar tras ser liberadas hace un a?o.

La joven vive ahora sola y se hace llamar Lily al cambiarse el nombre a Lillian Rose. Ha escrito un libro sobre su tr¨¢gica vivencia, que sale a la venta este martes y que ha promocionado en su ronda de entrevistas televisivas por las grandes cadenas. Se declara feliz por su nueva vida que, dice, alimentan su fe en Dios y su amor por su hijo de 14 a?os, que fue adoptado por una familia que ha decidido que no conozca, por ahora, a su madre biol¨®gica.

Desde hace unos meses Knight ha empezado a cantar y a tomar clases de boxeo. ¡°Estoy bien y todo es muy emocionante ahora mismo. Es simplemente incre¨ªble¡±, afirm¨® con una tensa sonrisa en la NBC. ¡°Poder levantarse por la ma?ana, hacer un caf¨¦, mirar la televisi¨®n, escuchar m¨²sica y mirar al bonito cielo¡±. Su objetivo es que se sepa que es una superviviente y ayudar a otras personas con su relato del horror que vivi¨® en la modesta casa de dos pisos, ahora demolida, en el n¨²mero 2207 de la Avenida Seymour, en el oeste de Cleveland (Ohio).

Pero la herida del infierno persiste y seguramente nunca llegue a cicatrizar del todo. Durante la entrevista, se declar¨® ¡°entristecida y confundida¡± por la muerte de Castro en septiembre. ¡°Era un ser humano y cada ser humano necesita ser querido, a¨²n que haga algo malo¡±, afirm¨®. Knight fue la ¨²nica de las tres secuestradas que compareci¨® en agosto en la vista en la que el exconductor de autobuses escolares de 53 a?os fue condenado a cadena perpetua. Entonces, sin mirarlo, le espet¨®: ¡°He pasado 11 a?os en el infierno, pero ahora comienza el tuyo¡±.

Las secuelas por la agon¨ªa vivida afloraron tambi¨¦n cuando se le pregunt¨® por sus dos compa?eras de agon¨ªa, Berry -que fue raptada en abril de 2003 cuando ten¨ªa 16 a?os- y DeJesus -que desapareci¨® un a?o despu¨¦s cuando apenas ten¨ªa 14-. Con el rostro endurecido, Knight explic¨® que apenas mantiene relaci¨®n con ellas. ¡°Estamos cur¨¢ndonos a nuestra manera. A veces las relaciones no duran mucho. Estuvimos en las vidas de cada una durante un periodo corto y quiz¨¢, solo quiz¨¢, volvamos a unirnos¡±, manifest¨®.

La joven vive ahora sola y se hace llamar Lily al cambiarse el nombre a Lillian Rose. Ha escrito un libro

A las tres solo se las ha visto juntas en un homenaje y en julio aparecieron por separado en un v¨ªdeo en el que agradec¨ªan el apoyo recibido. Mientras Berry y DeJesus apenas se han mostrado en p¨²blico, Knight ya ofreci¨® en noviembre su primera entrevista en un programa del canal de cable de Oprah Winfrey. En ella relat¨® las barbaridades a las que fue sometida, como estar colgada de una cadena y ser vejada continuamente, y se la vio mucho m¨¢s emocionada e insegura que en las entrevistas de estos d¨ªas, lo cual es un signo alentador de su recuperaci¨®n.

En el primer aniversario de su liberaci¨®n, las otras dos v¨ªctimas han emitido sendos comunicados, en los que agradecen el apoyo recibido y se muestran esperanzadas de cara al futuro. ¡°Este ¨²ltimo a?o ha sido incre¨ªble, lleno de reparaci¨®n y esperanza. He vivido nuevas experiencias, como aprender a usar nuevas tecnolog¨ªas y a conducir¡±, se?ala DeJesus. En un tono similar, se expresa Berry: ¡°Ha pasado tanto en el ¨²ltimo a?o. He crecido, soy fuerte y tengo tanto que vivir. El futuro es brillante¡±.

Desde hace unos meses Berry y DeJesus est¨¢n colaborando con dos periodistas de The Washington Post en un libro en el que contar¨¢n su infierno y que se publicar¨¢ el pr¨®ximo a?o, uni¨¦ndose al reci¨¦n estrenado de Knight. Las experiencias de las v¨ªctimas de secuestros suscitan un gran inter¨¦s en Estados Unidos. Los libros de Jaycee Dugar -cautiva durante 18 a?os por un matrimonio en California- o el de Elisabeth Smart -encontrada con vida en 2003, un a?o despu¨¦s de ser raptada en Utah cuando ten¨ªa 14 a?os- han registrado un ¨¦xito de ventas en el pa¨ªs. Todo apunta a que Knight repetir¨¢ ese ¨¦xito.