El monumento a Washington reabre tras estar cerca de tres a?os cerrado
El obelisco, da?ado por un terremoto en 2011, ha sido rehabilitado con fondos p¨²blicos y privados
La reapertura del monumento a Washington, tras casi tres a?os cerrado, sirvi¨® este lunes para comprobar que el actual clima pol¨ªtico y las vicisitudes administrativas no son tan dispares de las que reinaban en la capital de Estados Unidos en 1848, cuando arrancaron las obras de construcci¨®n del ic¨®nico obelisco de 170 metros de altura, que no puede ser superado por alto por ning¨²n edificio de la ciudad.
Igual que hace m¨¢s de siglo y medio, las recientes obras de reparaci¨®n del monumento -que qued¨® da?ado en agosto de 2011 por un terremoto de 5,8 grados en la escala de Richter que sacudi¨® las afueras de Washington- han sido v¨ªctimas de la falta de fondos p¨²blicos derivada del eterno debate partidista sobre el tama?o del Gobierno y, por ello, han requerido de la imprescindible generosidad de donantes privados. ¡°Es una realidad no tan diferente de la de hoy¡±, afirm¨® Caroline Cunningham, presidenta del fondo p¨²blico-privado que promueve la mejora de la explanada del Mall de Washington, en la ceremonia de reapertura de este icono de la ciudad.
Con esa iron¨ªa, Cunningham rememoraba el contexto en que se levant¨® originalmente el obelisco en homenaje al primer presidente de EE UU, George Washington (1732-1799). Ante la divisi¨®n pol¨ªtica que suscitaba la figura de Washington -los republicanos no le quer¨ªan rendir demasiada pleites¨ªa por su cercan¨ªa al Partido Federalista- fue la iniciativa privada la que impuls¨® en 1832 la construcci¨®n de un monumento en homenaje al que hab¨ªa sido tambi¨¦n comandante del Ej¨¦rcito.
Tras a?os de recolecci¨®n de fondos, las obras de construcci¨®n empezaron en 1848, pero en 1854 el dinero se acab¨® y las tuvieron que paralizar. El Congreso decidi¨® entonces contribuir a las obras, mientras los organizadores empezaron a pedir a individuos que donaran grandes rocas para proseguir con la construcci¨®n. Pero la identidad de estos donantes desencaden¨® en una pelea pol¨ªtica -algunos partidos, por ejemplo, no quer¨ªan contribuciones de personas religiosas- y el Congreso decidi¨® cancelar a ¨²ltima hora su aportaci¨®n econ¨®mica.
Igual que hace m¨¢s de siglo y medio, las obras han sido v¨ªctimas de la falta de fondos p¨²blicos y, por ello, han requerido de la generosidad de donantes privados
Luego lleg¨® la Guerra Civil, que paraliz¨® todo el pa¨ªs, y las obras no se reanudaron hasta 1879, tras 25 a?os de suspensi¨®n, lo que explica que el color de las piedras sea distinto entre la parte baja y la alta del obelisco. En 1879 el apoyo del Congreso fue mucho m¨¢s decidido que en el pasado, pero volvieron a asomar nuevas divisiones, aunque mucho m¨¢s menores: sobre si el obelisco deb¨ªa culminar en forma rectangular o con en el v¨¦rtice triangular que tiene ahora. Finalmente en 1884 se complet¨® definitivamente la construcci¨®n del monumento, levantado en el centro de la explanada del Mall, junto a la Casa Blanca, y con el Capitolio y el monumento a Lincoln ubicados en los extremos.
En la actual reconstrucci¨®n, la financiaci¨®n se ha repartido a partes iguales entre el sector p¨²blico y el privado, siendo nuevamente esencial la generosidad de los donantes, aunque en este caso con uno solo ha bastado. En diciembre de 2011 el Congreso aprob¨® destinar 7,5 millones de d¨®lares a las obras de reparaci¨®n. Pero la cifra no era suficiente para llevarlas a cabo, por lo que en enero de 2012 el multimillonario estadounidense David Rubenstein decidi¨® aportar la misma cantidad. ¡°He devuelto lo que el pa¨ªs me ha dado a m¨ª. A¨²n tengo una deuda pendiente¡±, justific¨® el fil¨¢ntropo en el acto de presentaci¨®n, que, entre otras tantas actuaciones y discursos de tinte patri¨®tico, cont¨® con una recreaci¨®n de una banda musical de los tiempos del presidente Washington.
Con el presupuesto de 15 millones de d¨®lares, las obras empezaron en el verano de 2012 y se han centrado en reparar las m¨¢s de 150 grietas que provoc¨® el terremoto -pese a que su epicentro se situ¨® a 140 kil¨®metros de la ciudad-, especialmente en la parte superior del obelisco. Desde este lunes, el monumento vuelve a estar abierto al p¨²blico, lo que sin duda se va a notar en sus alrededores teniendo en cuenta que lo visitan unas 600.000 personas al a?o, casi el mismo n¨²mero de habitantes que tiene la capital de Estados Unidos.
Los primeros en subir al mirador de la cima han sido un grupo de soldados en silla de ruedas, junto a autoridades del Gobierno federal y la Alcald¨ªa de Washington. Muchos transe¨²ntes como Audrey, una joven de 24 a?os que reside a las afueras de Washington y que hab¨ªa ido a correr por el Mall, desconoc¨ªan que el principal icono de la ciudad ya estaba reabierto. ¡°Es emocionante formar parte de la historia¡±, sostiene. Los hab¨ªa otros, sin embargo, que ya ten¨ªan sacadas sus entradas gratuitas y estaban perfectamente alistados para la esperada reapertura.
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