Pek¨ªn endurece su protesta contra los cargos de ciberespionaje a militares chinos
China ha convocado al embajador de EEUU, Max Baucus, para expresar su "solemne" condena
China ha convocado al embajador estadounidense en Pek¨ªn, Max Baucus, para protestar de manera oficial contra la presentaci¨®n de cargos por parte de un gran jurado de EEUU contra cinco militares chinos, acusados de ciberespionaje contra empresas del pa¨ªs norteamericano. La reacci¨®n del Gobierno chino, al que el anuncio estadounidense sorprendi¨® apenas horas antes de inaugurar en Shanghai un foro de seguridad y cooperaci¨®n para Asia en el que participan tambi¨¦n, entre otros, el presidente ruso Vlad¨ªmir Putin y el jefe de Estado iran¨ª Hasan Rohan¨ª, no se hizo esperar.
Un comunicado en la p¨¢gina web del Ministerio de Exteriores chino indicaba que el viceministro Zheng Zeguang transmiti¨® a Baucus, quien apenas lleva dos meses en el cargo, la protesta ¡°solemne¡± de su Gobierno contra una acci¨®n que ha perjudicado gravemente los lazos bilaterales y contra la que China puede tomar a¨²n m¨¢s medidas.
El lunes, Pek¨ªn ya hab¨ªa anunciado su retirada del grupo de trabajo China-EEUU para la ciberseguridad
El lunes, Pek¨ªn ya hab¨ªa anunciado su retirada del grupo de trabajo China-EEUU para la ciberseguridad. En Washington, el embajador chino tambi¨¦n transmit¨ªa un mensaje similar a las autoridades estadounidenses. Por su parte, el Ministerio de Defensa chino rechazaba tajantemente las acusaciones contra sus militares y acusaba, en un comunicado de su portavoz Geng Yansheng, a EEUU de ¡°hipocres¨ªa y doble rasero¡±.
¡°Desde hace largo tiempo, las autoridades de EEUU utilizan una tecnolog¨ªa e infraestructura avanzadas para llevar a cabo ciberespionaje y tareas de vigilancia sobre dignatarios y empresas extranjeras¡±, se?ala el comunicado del Ministerio de Defensa, que alude a los cables diplom¨¢ticos filtrados por Wikileaks y a las denuncias de Edward Snowden. El ex contratista de los servicios de seguridad estadounidenses ha asegurado, entre otras cosas, que EEUU entr¨® en los ordenadores de Huawei, el gigante de las telecomunicaciones chino al que Washington acusa, sin haberlo probado a¨²n, de mantener v¨ªnculos con el Ej¨¦rcito Popular de Liberaci¨®n chino. Las terminales de los ordenadores militares chinos, asegura Geng, han sufrido un alto n¨²mero de ciberataques provenientes del extranjero, de los cuales una cifra ¡°considerable¡± provienen de EEUU.
Desde hace largo tiempo, las autoridades de EEUU utilizan una tecnolog¨ªa e infraestructura avanzadas para llevar a cabo ciberespionaje y tareas de vigilancia sobre dignatarios y empresas extranjeras Ministerio de Defensa chino
Los medios oficiales chinos, habituales portavoces de su Gobierno, tampoco se han quedado atr¨¢s en sus cr¨ªticas. Un comentario de la agencia oficial china, Xinhua, apunta que la retirada del grupo de trabajo sobre ciberseguridad es un primer paso ¡°razonable¡± pero habr¨¢ medidas adicionales ¡°si Washington persiste de manera obstinada en seguir por el mal camino¡± y califica la situaci¨®n de una ¡°farsa¡± en la que EEUU ¡°se caracteriza como un ladr¨®n que hace el papel de polic¨ªa¡±.
Los cinco militares acusados pertenecen a la unidad 61398 del Ej¨¦rcito Popular de Liberaci¨®n, a la que las autoridadades judiciales estadounidenses acusan de haber atacado los sistemas inform¨¢ticos de firmas como la acerera United States Steel Corp o la tecnol¨®gica Toshiba para proporcionar informaci¨®n sobre las actividades de estas compa?¨ªas a empresas estatales chinas.
En todas sus reacciones hasta el momento, Pek¨ªn ha advertido de consecuencias que afectar¨¢n a las relaciones bilaterales. El Ministerio de Exteriores asegura que estudiar¨¢ c¨®mo evoluciona la situaci¨®n antes de tomar medidas adicionales. Y el de Defensa recuerda que, aunque las relaciones entre ambas Fuerzas Armadas han mejorado gradualmente, la presentaci¨®n de cargos contra los cinco militares ¡°perjudica gravemente la confianza mutua¡±.
Se trata del peor golpe a las relaciones entre las dos grandes potencias mundiales desde la llegada del presidente chino, Xi Jinping, a la Jefatura de Estado hace catorce meses. Apenas hace un a?o, ¨¦l y el presidente estadounidense, Barack Obama, se reunieron en el rancho californiano de Sunnylands para anunciar un nuevo modelo de relaci¨®n, basado en la confianza y el beneficio mutuo.
Desde entonces, la confianza no ha terminado de despegar. China sigue viendo con recelo el ¡°p¨ªvot¡± de la estrategia estadounidense hacia la regi¨®n de Asia-Pac¨ªfico. Y EEUU mira con sospecha las actividades chinas en los mares de China Oriental y Meridional. Pek¨ªn ha condenado que Obama recibiera a principios de este a?o al Dalai Lama, el l¨ªder espiritual tibetano, en la Casa Blanca. Ni siquiera la visita de la primera dama, Michelle Obama, con su madre y sus hijas a China ha despejado de manera notable el ambiente. Ambos pa¨ªses mantienen fuertes desacuerdos en ¨¢reas como los derechos humanos o disputas comerciales.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.