Cuesti¨®n de confianza
No se ha contado con los individuos, de ah¨ª la ira, la desilusi¨®n o el aburrimiento de los europeos
Europa se somete ma?ana mediante la votaci¨®n del nuevo Parlamento Europeo a una cuesti¨®n de confianza cuyo resultado ya conocemos. La Europa alemana de la austeridad, la de los recortes en el Estado de bienestar, la de los 26 millones de desempleados, la Europa renacionalizada sujeta a la voluntad del Consejo Europeo de los jefes de Gobierno, no merecer¨¢ la confianza de los 380 millones de europeos convocados a las urnas. Ni siquiera la mayor¨ªa de ellos se molestar¨¢ en votar, solo el 35%, seg¨²n los primeros sondeos, lo hizo el jueves en Holanda. Esta Europa de la fuga hacia delante, del demasiado poco y demasiado tarde, ensimismada, no cuenta con la confianza de los individuos que la integran. Saben que no va a cambiar Europa por la elecci¨®n de un nuevo Parlamento; tambi¨¦n conocen que los dos vectores que pueden dirigir Europa, la derecha de los populares y la socialdemocracia, no son lo mismo, pero muy a menudo s¨ª votan lo mismo. Tampoco les convence la c¨¢scara vac¨ªa del ¡°m¨¢s Europa¡±.
Los ciudadanos han soportado dos semanas de estrechas campa?as nacionales que ten¨ªan poco que ver con un debate europeo.
Una vez m¨¢s se ha perdido la ocasi¨®n de hacer pedagog¨ªa, de poner el todo por encima de las partes. ?Qu¨¦ Europa queremos? ?La de los pueblos, la de las patrias, la federal, la de los individuos, la de los Estados Unidos de Europa, la de la casa a medio hacer, la del pleno empleo, la social, la de las cuentas equilibradas? El argumento m¨¢s utilizado en campa?a ha sido el del miedo: al populismo, a la ultraderecha, al no al euro y al mismo concepto de Europa, representados por los soberanistas brit¨¢nicos de Nigel Farage, los seguidores de Juana de Arco del Frente Nacional de Marine le Pen en Francia, o los votantes del antimusulm¨¢n Geert Wilders en Holanda.
Los contrarios a Europa han encontrado su modelo en Vlad¨ªmir Bonaparte Putin, y en Rusia, la esperanza del mundo contra un nuevo totalitarismo, como afirma el Frente Nacional en Francia. Los euroesc¨¦pticos ven en Putin una fuerza por la paz y la esclusa contra la decadencia moral y la p¨¦rdida de los valores, adem¨¢s de un contrapeso a la influencia de Estados Unidos. La nueva derecha repensada por el fil¨®sofo franc¨¦s Alain de Benoist considera a Europa un gran cuerpo enfermo y a Rusia, la principal y obvia alternativa a la hegemon¨ªa americana.
La crisis de Europa es m¨¢s de pol¨ªtica y sociedad que econ¨®mica. La econom¨ªa ha olvidado a la sociedad de la que trata y la pol¨ªtica se ha subordinado a la econom¨ªa. La consecuencia, como describe el soci¨®logo alem¨¢n Ulrich Beck, es que en el proceso se ha ignorado la cuesti¨®n capital, la de la sociedad europea, la Europa de los individuos. ¡°Y se ha echado con ello la cuenta sin contar con el due?o, esto es con el ciudadano¡±. De ah¨ª la desilusi¨®n, la ira o el simple aburrimiento de los europeos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.