La legislatura europea m¨¢s tumultuosa
La crisis deja seis millones de parados m¨¢s y 2,5 billones de deuda adicional
Desde finales de los a?os ochenta, el capitalismo alumbra crisis con una cadencia de entre tres y cinco a?os. El crash de Wall Street en 1987 dej¨® paso al derrumbe del sistema monetario europeo, al efecto tequila mexicano, a la crisis asi¨¢tica, rusa y latinoamericana, al pinchazo de las puntocom y a la quiebra de Enron. Consecuencia o tal vez suma de toda esa cadena de desastres, para 2007 se hab¨ªa hinchado tal superburbuja que con su pinchazo estall¨® la madre de todas las crisis, la denominada Gran Recesi¨®n, uno de esos huracanes que se dan una vez en un siglo. Lleg¨® a Europa un poco m¨¢s tarde, coincidiendo con el arranque de la legislatura europea. Y se convirti¨® en una crisis con mil y una caras: primero y siempre financiera, despu¨¦s fiscal, finalmente de desempleo y empobrecimiento de las clases medias y bajas, con reverberaciones sociales y pol¨ªticas como el reciente aumento del populismo.
Un lustro despu¨¦s, la Uni¨®n y el euro siguen intactos tras salvar varias situaciones extremas, en una legislatura que se ha convertido en la m¨¢s turbulenta de su historia. El edificio sigue en pie. Pero a lo largo de los ¨²ltimos a?os se han desnudado todas sus flaquezas: la Europa del euro se construy¨® inicialmente como un poder d¨¦bil al que le faltaba parte de las herramientas de prevenci¨®n de las crisis, y todas las de su gesti¨®n. Las decisiones tomadas en los cuatro ¨²ltimos a?os han corregido parcialmente esas carencias, pero apenas han logrado retocar, apuntalar el edificio. Hay ahora m¨¢s y mejores herramientas. Pero por el camino ha quedado un sabor agridulce en el manejo de la crisis de Bruselas, con una Comisi¨®n Europea d¨¦bil, apartada a menudo por Berl¨ªn y compa?¨ªa: ¡°Desde una perspectiva hist¨®rica, la gesti¨®n de la eurozona durante los ¨²ltimos a?os ser¨¢ uno de los mayores errores jam¨¢s vistos de pol¨ªtica econ¨®mica¡±, resume el economista y asesor del Gobierno franc¨¦s Jean Pisani-Ferry, autor del soberbio La crisis del euro y sus consecuencias.
Pese a todos esos reproches, la legislatura tambi¨¦n ha mostrado, m¨¢s que nunca, la utilidad de Europa. El papel de la Uni¨®n como ¨²ltima red de protecci¨®n evit¨® las quiebras de Grecia, Irlanda, Portugal, Chipre y tambi¨¦n la de la banca espa?ola, aunque a su vez los socios impusieron unas condiciones tan duras a cambio que han provocado algo parecido a una depresi¨®n en muchos de esos pa¨ªses, con la austeridad convertida en un eufemismo apenas velado para firmar el acta de defunci¨®n de la solidaridad como valor inspirador de la Uni¨®n. De este agitado proceso ha surgido alg¨²n artefacto crucial para el devenir econ¨®mico del proyecto comunitario: el fondo de rescate (o Mede) y la uni¨®n bancaria, un proyecto menos ambicioso de lo esperado pero que refrenda la idea de que toda la UE est¨¢ interconectada por su sistema financiero.
Pero, sobre todo, estos a?os refuerzan el papel del BCE como tal vez la ¨²nica instituci¨®n genuinamente europea ¡ªcon sus defectos, y algunos errores de trazo grueso¡ª capaz de reconducir la situaci¨®n cuando vienen curvas.
Pese a los avances, la sobredosis de recortes ha causado m¨¢s que rasgu?os
Aun con esos avances, la sobredosis de recortes aplicados ha provocado algo m¨¢s que rasgu?os. Basta un par de datos para comprobarlo. Uno: la crisis deja en el continente una inmensa cicatriz en lo social, al elevar de 20 a 26 millones el n¨²mero de parados y abrir una enorme fractura Norte-Sur, Alemania-todos los dem¨¢s. Y dos: en la legislatura en la que la austeridad se convirti¨® casi en una revoluci¨®n cultural, la deuda p¨²blica ha pasado del 75% al 88% del PIB de la Uni¨®n a finales de 2013 ¡ªy subiendo¡ª un mordisco de dos billones y medio de euros que se explica, b¨¢sicamente, por la factura del salvamento de los bancos y por el aumento del gasto vinculado al Estado de bienestar, como las prestaciones de desempleo. Europa, adem¨¢s, sale muy mal parada en las comparaciones con EE UU y con el resto de ¨¢reas econ¨®micas; empieza a salir del t¨²nel pero la recuperaci¨®n es a¨²n muy fr¨¢gil, ¡°est¨¢ expuesta a cualquier vaiv¨¦n, interior o exterior¡±, indica Charles Wyplosz, del Graduate Institute.
La mayor sacudida desde que existe la UE no pod¨ªa pasar desapercibida. Y no solo en el plano econ¨®mico: estuvo a punto de llevarse por delante el euro, pero pol¨ªticamente dej¨® a la vista todas las costuras del proyecto, un liderazgo alem¨¢n intransigente frente a la preocupante ausencia de Francia y la dimisi¨®n del Reino Unido, el ascenso de populismos de diversa ¨ªndole, los problemas de gobernanza, la p¨¦rdida de peso de Europa en el mundo ¡ªcon una pol¨ªtica exterior que muestra verdaderas dificultades para perseguir una meta com¨²n¡ª y una alarmante falta de liderazgo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.