Las FARC, de la guerrilla a la pol¨ªtica

Han pasado cincuenta a?os desde que se fundaron las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, las FARC, y el futuro de la guerrilla de origen marxista y campesino todav¨ªa condiciona unas elecciones. El di¨¢logo de paz que se desarrolla en La Habana servir¨¢, si no se frustra, para que deje de ser una estructura militar y participe en pol¨ªtica. Pero la idea de que sus miembros se puedan sentar en el Congreso y de que sus jefes no vayan a ir a la c¨¢rcel suscita rechazo, cuando no odio, en parte de la poblaci¨®n. De hecho, la oposici¨®n uribista ha hecho del asunto uno de sus lemas, ¡°paz sin impunidad¡±, que se traduce en penas de prisi¨®n para los cabecillas de las FARC. Ese ser¨¢ uno de los principales nudos en el camino a que se conviertan en un partido o movimiento integrado en la izquierda democr¨¢tica.

La metamorfosis, si se produce, ¡°va a ser dif¨ªcil, y las FARC lo entienden. Son conscientes de sus l¨ªmites en un mundo urbano y de clase media¡±, afirma el analista pol¨ªtico y columnista Le¨®n Valencia. Comprende esa transici¨®n porque ¨¦l mismo form¨® parte del comit¨¦ central del Ej¨¦rcito de Liberaci¨®n Nacional (ELN, la segunda guerrilla m¨¢s importante del pa¨ªs) y volvi¨® a la vida civil en los noventa, en un proceso de desmovilizaci¨®n masivo. Valencia cree que la aspiraci¨®n pol¨ªtica principal de las FARC ¡°es conservar su influencia en el campo, en los territorios donde han estado¡±, y desde all¨ª, pronostica, ¡°quiz¨¢ traten de ser un partido nacional, pero les llevar¨¢ tiempo. En las ciudades se les odia mucho y se ve m¨¢s su cara depredadora que la de sustituto del Estado en un mundo rural y todav¨ªa marginado¡±, afirma.

Las FARC apenas tienen ahora apoyo social. Su imagen est¨¢ destrozada por los secuestros y los ataques a civiles

Las FARC apenas tienen ahora apoyo social. Su imagen est¨¢ destrozada por los secuestros y los ataques a civiles y lastrada por la idea de que hace mucho que perdieron su compromiso ideol¨®gico al vincularse con el narcotr¨¢fico. Si logran participar en pol¨ªtica, el ¡°protagonismo para crear un partido lo tendr¨¢n mandos intermedios, no los jefes de la guerrilla¡±, plantea Alejo Vargas, analista del conflicto y profesor de Ciencias Pol¨ªticas de la Universidad Nacional. ¡°La gente se imagina a Timochenko [el m¨¢ximo jefe] en el Congreso, pero creo que m¨¢s bien se dar¨¢ paso a otra generaci¨®n y la c¨²pula de ahora quedar¨¢ en segundo plano¡±, opina. Vargas cree que las FARC pueden ser el n¨²cleo de un ¡°bloque de partidos de la izquierda democr¨¢tica que empiece a verse como una opci¨®n pol¨ªtica interesante, en un panorama donde la izquierda ha sido hist¨®ricamente marginal¡±, opina.

La violencia ha distorsionado la voz de la izquierda en Colombia. ¡°La guerra ha derechizado a las clases medias de las ciudades¡±, comenta una de las periodistas m¨¢s famosas del pa¨ªs y columnista de la revista Semana, Mar¨ªa Jimena Duz¨¢n. ¡°Despu¨¦s de cinco d¨¦cadas de tener m¨¢s guerrillas que partidos pol¨ªticos, es muy dif¨ªcil ser de izquierdas¡±, afirma. Algo similar piensa Le¨®n Valencia, que se?ala la falta de proyecto pol¨ªtico eficaz de izquierda en Colombia y su marginalidad. Por eso cree que "el d¨ªa que se firme la paz, va a cambiar el mapa pol¨ªtico de este pa¨ªs, porque la gente va a perder el miedo a votar a la izquierda y la izquierda se va a liberar de los viejos discursos. Ese es el temor de las ¨¦lites, que temen la pluralidad", asegura.

Despu¨¦s de cinco d¨¦cadas de tener m¨¢s guerrillas que partidos pol¨ªticos, es muy dif¨ªcil ser de izquierdas
Mar¨ªa Jimena Duz¨¢n, periodista de 'Semana'

Colombia ya ha visto a una guerrilla convertirse en partido pol¨ªtico. Hace 24 a?os, ese camino lo recorri¨® el M19, una organizaci¨®n militar con influencia en las ciudades, conocida por golpes espectaculares como la toma del palacio de Justicia de Bogot¨¢. Cuando dejaron las armas en 1990, se transformaron en un partido de centro izquierda muy potente, formaron parte de la asamblea para redactar la Constituci¨®n de 1991 y lograron casi el 30% de los votos en sus primeras elecciones, aunque su ¨¦xito fue ef¨ªmero.

Tambi¨¦n una parte de las FARC hab¨ªan explorado la v¨ªa democr¨¢tica con la Uni¨®n Patri¨®tica (UP) creada en 1985 en un intento de acuerdo de paz con Belisario Betancur y que permiti¨® que varios de sus dirigentes dejaran las armas y entraran en pol¨ªtica. Miles de sus miembros, entre ellos dos candidatos presidenciales y ocho senadores, fueron asesinados. Uno de ellos fue el padre del congresista Iv¨¢n Cepeda, del izquierdista Polo Democr¨¢tico y defensor de derechos humanos. ?l cree que la izquierda legal ¡°ha madurado, ya no es solo una fuerza rebelde, sino que ha demostrado capacidad de gobierno, como en la alcald¨ªa de Bogot¨¢¡±. Con unas FARC convertidas en partido, la izquierda democr¨¢tica lo tendr¨¢ m¨¢s f¨¢cil para ¡°confluir en un solo torrente capaz de llegar a la presidencia¡±, pero antes, dice, ¡°se tiene que acabar el conflicto¡±.

Si el proceso de paz tiene ¨¦xito, dejar¨ªa de tener sentido la excusa de que ¡°no hay una izquierda fuerte porque hay violencia y la justificaci¨®n de esa violencia porque no se puede participar en pol¨ªtica¡±, augura Vargas. ?l ve como un horizonte posible que, si la negociaci¨®n acaba en 2015, para las pr¨®ximas elecciones de 2018 ¡°puede esperarse una fuerza pol¨ªtica importante procedente de las FARC¡± que contribuya a fortalecer al resto de organizaciones sociales, "muy debilitadas por la violencia contra ellos, por las matanzas de sindicalistas, y porque la protesta social tiende a asociarse con la guerra", apunta.