Un Rey ajeno pero cercano para los mexicanos
"Ejerci¨® un gran liderazgo en pro de Iberoam¨¦rica", opina la canciller¨ªa mexicana El presidente Pe?a Nieto visitar¨¢ Espa?a el 9 y 10 de junio
Cuando en M¨¦xico se habla del Rey no hace falta especificar de cu¨¢l se trata. En el imaginario colectivo mexicano, m¨¢s republicano que otra cosa, la figura del monarca alude directamente a uno: Juan Carlos I. Su abdicaci¨®n gener¨® una respuesta institucional del canciller mexicano, Jos¨¦ Antonio Meade, el cargo pol¨ªtico de m¨¢s rango que se refiri¨® en un primer momento al acontecimiento. Meade resalt¨® que durante sus cuatro d¨¦cadas de reinado contribuy¨® a consolidar a Espa?a como una democracia moderna y reconoci¨® ¡°el gran liderazgo ejercido en pro de una Iberoam¨¦rica s¨®lida y unida¡±. En un tono m¨¢s cantinero, el productor de cine Alejandro Orozco considera que para muchos mexicanos el Rey es a Espa?a lo que los mariachis a M¨¦xico: una figura folcl¨®rica.
La abdicaci¨®n del Rey pill¨® a los mexicanos en la cama. Pasaban las cuatro de la ma?ana, hora de la capital mexicana, cuando se oficializ¨® la decisi¨®n de don Juan Carlos. El peri¨®dico Reforma, uno de los principales rotativos del pa¨ªs, abri¨® de inmediato la p¨¢gina web con esa informaci¨®n y durante la ma?ana fue sumando reacciones y previsiones de futuro. El Universal, otra cabecera relevante, coloc¨® la noticia en un discreto segundo plano. Ambos peri¨®dicos coincidieron en no valorar como fotograf¨ªa principal el momento en el que el monarca entregaba el documento de abdicaci¨®n al presidente espa?ol. Eligieron una m¨¢s futbolera: la de Mariano Rajoy visitando a la selecci¨®n nacional en su centro de entrenamiento en Madrid.
En M¨¦xico, donde todos se sienten reyes al menos una vez cada cierto tiempo cant¨¢ndole a Jos¨¦ Alfredo Jim¨¦nez (El rey), los hay esc¨¦pticos con quien lleva el t¨ªtulo de forma oficial. ¡°En nuestra conciencia hist¨®rica los reyes son un objeto decorativo y propio de la historia. Entiendo que para Espa?a ha jugado un papel fundamental en la transici¨®n pero me parece una figura artificial para una democracia, con todo respeto¡±, interviene el acad¨¦mico Sergio Aguayo.
La noticia altera la agenda del presidente mexicano Enrique Pe?a Nieto. El mandatario hab¨ªa solicitado al Congreso permiso para ausentarse durante nueve d¨ªas, tiempo en el que visitar¨ªa Lisboa, Madrid y el Vaticano entre el 3 y el 11 de junio. En la capital de Espa?a iba a responder a la invitaci¨®n que le hab¨ªa extendido el Rey como una oportunidad para concretar oportunidades de negocio e incrementar el comercio entre ambos pa¨ªses. El viaje sigue en pie. "El presidente mantiene sus intenciones, aunque no sabemos c¨®mo habr¨¢ que reacomodar lo previsto con estos cambios", se?alan desde el entorno del presidente. "El Rey Juan Carlos ha sido actor clave en la democracia de Espa?a y en el fortalecimiento de sus relaciones con M¨¦xico e Iberoam¨¦rica", escribi¨® Pe?a Nieto en Twitter diez horas despu¨¦s de la noticia. Meade ya hab¨ªa llevado a gala en Twitter aquello de a rey muerto rey puesto: ¡°Felicito al Pr¨ªncipe de Asturias por su pr¨®ximo ascenso al trono espa?ol. Estoy seguro de que reforzaremos los lazos. #M¨¦xicoEspa?a¡±.
Marina Ortega, una limpiadora del hogar de 61 a?os, se pregunta sin segundas intenciones: "?Para qu¨¦ sirve un Rey a estas alturas?". Bajo un prisma hist¨®rico, la realeza espa?ola no goza de buena fama a este lado del Atl¨¢ntico. En los libros de texto de los colegios no suelen quedar bien parados. La guerra de Independencia de M¨¦xico comenz¨® el 16 de septiembre de 1810 y el divorcio culmin¨® 11 a?os despu¨¦s, el 27 de septiembre de 1821. Muchos mexicanos comentaban por la ma?ana que la figura del Rey remit¨ªa a otra ¨¦poca, a un tiempo pasado que todav¨ªa genera algunas controversias identitarias.
En ocasiones contradictorias. Los descendientes directos de espa?oles, ahora mexicanos de pleno derecho, son hijos de los republicanos que huyeron del franquismo y fueron acogidos con los brazos abiertos por el Gobierno del general L¨¢zaro C¨¢rdenas. Sin embargo, una parte de la colonia espa?ola reivindica al Rey como un ente aglutinador de la hispanidad, una perspectiva que a los mexicanos les parece una pose. El productor Orozco, espa?ol con residencia en M¨¦xico despu¨¦s de una d¨¦cada, hizo una serie de v¨ªdeos en los que preguntaba a los mexicanos qu¨¦ les parec¨ªa la monarqu¨ªa. Salvo algunas excepciones, se?ala que la mayor¨ªa ve¨ªa la Casa Real con un punto rom¨¢ntico de la edad media, un imaginario lleno de princesas, largos vestidos y sapos.
Los mexicanos sienten muy cercana a Do?a Letizia, futura reina. La asturiana pas¨® una ¨¦poca en la ciudad mexicana de Guadalajara, primero estudiando y despu¨¦s ejerciendo el periodismo. Una pintura recuerda su paso por la ciudad. Ah¨ª tambi¨¦n, en 1991, el rey Juan Carlos asisti¨® a la I Cumbre Iberoamericana que reuni¨®, por vez primera, a los mandatarios de Portugal, Espa?a y Am¨¦rica Latina: desde Fidel Castro hasta Carlos Salinas de Gortari. Una placa de bronce a¨²n recuerda su paso por la ciudad que ahora m¨¢s que nunca parece hist¨®rica: ¡°En esta habitaci¨®n se hosped¨® don Juan Carlos y su esposa, do?a Sof¨ªa los d¨ªas 18 y 19 de julio de 1991¡±.
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