Europa pone a prueba la ¡®doctrina Obama¡¯
La lucha contra el nazismo es el ejemplo de guerra justa para el presidente
Primero, la teor¨ªa; despu¨¦s, la pr¨¢ctica. El viaje de Barack Obama a Europa esta semana pone a prueba la visi¨®n de la pol¨ªtica exterior de Estados Unidos que el presidente formul¨® la semana pasada en un discurso en la academia militar de West Point. Desde Varsovia, donde aterriz¨® el martes, hasta Normand¨ªa, donde terminar¨¢ el viernes, Obama aplicar¨¢ la idea de que EE UU puede liderar el mundo por medio de coaliciones internacionales y sin recurrir a la fuerza.
Alianzas, comercio, guerras justas y multilaterales: las palabras clave del discurso de West Point pueden rastrearse en el itinerario del presidente de EE UU por Europa. ¡°La cuesti¨®n (¡) no es si Am¨¦rica liderar¨¢, sino c¨®mo lideraremos¡±, dijo. Y este ¡°c¨®mo¡± empieza a desgranarse esta semana en Polonia, Bruselas y Francia.
Uno de los pilares de la hegemon¨ªa norteamericana, seg¨²n el presidente, es la existencia de un orden internacional s¨®lido. En Varsovia, Obama se ha presentado casi m¨¢s como jefe de la OTAN que como el comandante en jefe de su pa¨ªs. En Bruselas el presidente participar¨¢ en a cumbre del G-7, una instituci¨®n que parec¨ªa aparcada para siempre en favor del G-8 y el G-20, y que ha reaparecido tras la exclusi¨®n de Rusia por vulnerar la soberan¨ªa nacional de Ucrania. Los EE UU de Obama quieren liderar por medio de las instituciones.
¡°El respeto por la democracia y los derechos humanos va m¨¢s all¨¢ del idealismo: es una cuesti¨®n de seguridad nacional¡±, dijo el presidente en West Point. Y es probable que algo similar se escuche el en el discurso conmemorativo de la revoluci¨®n pac¨ªfica liderada por el sindicato Solidaridad en Varsovia. Pero, de acuerdo con la doctrina Obama los derechos humanos no merecen, como norma general, una guerra: EE UU s¨®lo debe enviar a sus ej¨¦rcitos a otros pa¨ªses en ocasiones excepcionales, cuando sus intereses vitales se vean amenazados. Si no es as¨ª, ¡°el umbral para emprender una acci¨®n militar debe ser m¨¢s alto¡± y EE UU debe buscar aliados.
Obama dif¨ªcilmente podr¨ªa exhibir un mejor ejemplo de este tipo de guerra que la II Guerra Mundial y el desembarco en Normand¨ªa, cuyo 70? aniversario conmemorar¨¢ el viernes ¡ªetapa final de la gira europea¡ª junto a otros l¨ªderes, entre ellos el presidente ruso Vlad¨ªmir Putin. Normand¨ªa define el mejor modelo de la guerra justa. Tambi¨¦n es un modelo irrepetible.
En tiempos de repliegue, con un pa¨ªs harto de intervenciones internacionales, Obama dif¨ªcilmente ir¨¢ m¨¢s all¨¢ de las sanciones y de reafirmar el compromiso de defensa mutua de la OTAN. El compromiso militar con Polonia y los antiguos pa¨ªses de la ¨®rbita sovi¨¦tica se ha saldado con otro mensaje, quiz¨¢ de mayor calado: la presi¨®n para que los europeos se deshagan de la dependencia de la energ¨ªa rusa. En los Estados Unidos de Obama, la geopol¨ªtica del gas pesa m¨¢s que los misiles.
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