El alto precio del canje del sargento de EE UU por presos talibanes
El pueblo del militar liberado de los talibanes cancela su fiesta de bienvenida
Mientras el sargento Bowe Bergdahl contin¨²a recuper¨¢ndose en un centro m¨¦dico militar en Alemania de los cinco a?os que pas¨® en manos de los talibanes, en su hogar, Estados Unidos, los ¨¢nimos de fiesta que estallaron cuando el presidente Barack Obama anunci¨® el pasado s¨¢bado su liberaci¨®n, empiezan a enfriarse. Y lo hacen muy r¨¢pido.
Tanto, que hasta la celebraci¨®n que su pueblo natal de Idaho, Hailey, hab¨ªa planeado con fecha del 28 de junio para festejar su liberaci¨®n, fue cancelada este mi¨¦rcoles. La raz¨®n oficial esgrimida por las autoridades es que no se ve¨ªan capaces de garantizar la seguridad de la alta cifra de posibles asistentes a un evento celebrado cada a?o bajo el lema "Bring Bowe Back" (traed de vuelta a Bowe) y que, tras el anuncio de su liberaci¨®n, fue transformada en una fiesta por el fin de su cautiverio bajo el eslogan "Bowe is Back" (Bowe est¨¢ de regreso). Pero medios como la cadena NBC ?ya hab¨ªan venido reportando la creciente preocupaci¨®n de los residentes por el alto n¨²mero de llamadas indignadas que dicen haber recibido de quienes opinaban que Bergdahl no se merece una recepci¨®n de h¨¦roe.
El problema: demasiadas sombras y dudas empa?an la historia personal del soldado, a quien algunos de sus compa?eros acusan ahora abiertamente de deserci¨®n, tras haber mantenido un silencio obligado los pasados a?os.
A ello se une el precio que Estados Unidos pag¨® por su liberaci¨®n, la entrega de cinco peligrosos presos de Guant¨¢namo, que a muchos les parece demasiado alto y arriesgado. Y que ya est¨¢ siendo usado con intereses pol¨ªticos, seg¨²n denuncian algunos.
La negociaci¨®n para liberar a Bergdahl fue "un error¡±, ha reiterado el senador republicano John McCain desde que se conoci¨® la noticia el s¨¢bado. Y no lo dice a la ligera: ¨¦l mismo fue prisionero de guerra, en condiciones muy duras, durante la Guerra de Vietnam. Aunque en otros momentos s¨ª que haya apoyado, con condiciones, un canje del soldado.
McCain no es sin embargo el ¨²nico que expresa dudas profundas sobre el precio que Estados Unidos ha pagado por la libertad de Bergdahl.Y m¨¢s preocupante a¨²n, apuntan los cr¨ªticos: el que podr¨ªa seguir pagando en el futuro con tras este ?peligroso? precedente.
¡°El presidente ha elevado a un grupo terrorista a la posici¨®n de Ej¨¦rcito de una naci¨®n, legitimando, de facto, a los talibanes¡±, denuncia el compa?ero de partido y bancada de McCain Marco Rubio en una columna en el USA Today.
Seg¨²n el senador republicano, entre otros peligrosos precedentes, el caso del canje del sargento por cinco talibanes ¡°demuestra a otros actores no estatales y grupos terroristas que el gobierno estadounidense est¨¢ dispuesto a reconocer como interlocutor de una negociaci¨®n incluso a grupos terroristas que no respetan las leyes de un conflicto armado¡±. Y se?ala otros peligrosos escenarios en el futuro inmediato de este precedente, m¨¢s all¨¢ de Afganist¨¢n: Libia, el Cuerno de ?frica...
Estados Unidos es un pa¨ªs al que le gusta hablar de h¨¦roes. Y en lo m¨¢s alto de su escala de heroicidad se sit¨²an los militares. Sobre todo a los que vienen de las campa?as en Afganist¨¢n o, hasta hace poco, Irak. Honrar a los uniformados -m¨¢s all¨¢ del trato que reciban una vez abandonan el servicio- es casi un deber patri¨®tico. Algo que Obama tuvo presente cuando, el s¨¢bado, organiz¨® un emotivo encuentro con los padres de Bergdahl en la Casa Blanca para anunciar que el soldado, de 28 a?os, ya estaba a salvo.
El presidente ha elevado a un grupo terrorista a la posici¨®n de Ej¨¦rcito de una naci¨®n, legitimando, de facto, a los talibanes¡± Marco Rubio, senador republicano
Pero ahora surgen las voces que recuerdan que la intensa b¨²squeda de Bergdahl tuvo un coste en vidas de otros ¡°h¨¦roes¡±, tambi¨¦n militares. Y que no est¨¢ clara la ¡°heroicidad¡± del militar capturado, pese a que la asesora de Obama para Seguridad Nacional, Susan Rice, afirmara en televisi¨®n que Bergdahl ha servido con ¡°honor y distinci¨®n¡±, unas declaraciones que por cierto ya empiezan a serle reprochadas.
¡°La verdad es ¨¦sta: Bergdahl era un desertor y soldados de su propia unidad murieron tratando de localizarlo¡±. Quien hace esta dura acusaci¨®n es Nathan Bradley Bethea, quien sirvi¨® en la misma unidad que Bergdahl y particip¨® en la fren¨¦tica b¨²squeda del sargento -entonces soldado raso- tras su desaparici¨®n en junio de 2009.
En un art¨ªculo en The Daily Beast, Bethea responsabiliza, directa o indirectamente, a Bergdahl de la muerte de hasta ocho soldados. The New York Times relativiza esta cifra, recordando que las muertes de los uniformados se produjeron en un momento especialmente virulento del conflicto afgano.
Pero, al mismo tiempo, el diario destaca el impacto medi¨¢tico que en Estados Unidos est¨¢n teniendo estas acusaciones contra Bergdahl. Uno de los ejemplos m¨¢s evidentes: la petici¨®n a la Casa Blanca para que se castigue por ¡°desertor¡± al sargento. ¡°?l no es un h¨¦roe y es directamente responsable de la muerte de varios miembros del Ej¨¦rcito¡±, sostiene la petici¨®n online. En las ¨²ltimas 24 horas, a medida que surgen nuevos detalles, como los testimonios de afganos que aseguran que Bergdahl parec¨ªa estar buscando a los talibanes cuando desapareci¨®, los apoyos a la demanda se han disparado, hasta superar ya las 16.000 firmas. Para ameritar una respuesta del gobierno de Obama, debe reunir 100.000 r¨²bricas antes del 30 de junio.
Al creciente cuestionamiento p¨²blico, se unen las dudas pol¨ªticas y el enfado general de un Congreso que se ha sentido ¡°puenteado¡± en toda esta historia, sobre todo por no haber sido notificado con tiempo -30 d¨ªas- del traslado de presos de Guant¨¢namo. Todo ello con las elecciones parlamentarias -en las que los dem¨®cratas se juegan la mayor¨ªa en el Senado- pr¨¢cticamente a la vuelta de la esquina.
Pese a que los cuestionamientos han llegado tambi¨¦n desde sus propias filas, el l¨ªder dem¨®crata en el Senado, Harry Reid, llam¨® este mi¨¦rcoles a no ¡°politizar¡± el caso.
¡°La oposici¨®n ha aprovechado la liberaci¨®n de un prisionero de guerra estadounidense, usando lo que deber¨ªa constituir un momento de unidad y celebraci¨®n para nuestra naci¨®n, como una oportunidad para hacer juegos pol¨ªticos¡±, denunci¨®.
Un argumento que comparten algunos en las filas republicanas. ¡°Creo que habr¨ªamos tomado la misma decisi¨®n en el gobierno de Bush¡±, dijo John Bellinger, asesor del presidente George W. Bush.
En el Pent¨¢gono, los m¨¢ximos responsables, el secretario de Defensa Chuck Hagel incluido, han subrayado que la cuesti¨®n de si Bergdahl desert¨® o no es independiente del deber de recuperar a un militar prisionero de guerra, como era su caso, y que si se considera necesario abrir¨¢ una investigaci¨®n sobre las circunstancias que rodearon su desaparici¨®n.
Mas en una muestra de que crece el nerviosismo de la administraci¨®n frente a una narrativa que amenaza con escaparse de su control, el gobierno de Obama ha organizado este mismo mi¨¦rcoles una poco habitual ¡°reuni¨®n privada¡± -a puertas cerradas- con los cien senadores estadounidenses, que podr¨¢n escuchar de boca de expertos militares y diplom¨¢ticos en la materia las explicaciones oficiales.
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