Rousseff y Ch¨¢vez, las dos caras de Am¨¦rica Latina seg¨²n Hillary Clinton
La ex secretaria de Estado dice en su libro de memorias que Latinoam¨¦rica es una regi¨®n por la que merece la pena apostar
Dilma Rousseff como el modelo de ¡°l¨ªder formidable¡± y ejemplo de los avances de la democracia en Am¨¦rica Latina. Hugo Ch¨¢vez como un ¡°dictador autoengrandecido¡± que constitu¨ªa m¨¢s una ¡°irritaci¨®n que una amenaza real, salvo para sus propios ciudadanos¡±. As¨ª ve las posibilidades y carencias de Am¨¦rica Latina la ex secretaria de Estado norteamericana Hillary Clinton, que dedica a la regi¨®n un cap¨ªtulo entero de las memorias Decisiones Dif¨ªciles que se publican este martes.
Hasta el t¨ªtulo es significativo: Am¨¦rica Latina: Dem¨®cratas y demagogos. Seg¨²n Clinton, cuyas memorias son consideradas un trampol¨ªn para su candidatura a la presidencia en 2016, es necesario superar la ¡°imagen obsoleta¡± que muchos estadounidenses tienen de Am¨¦rica Latina como una regi¨®n ¡°de golpes de Estado y crimen¡±. Este es ahora un continente que, afirma, ha logrado ¡°notables avances econ¨®micos y pol¨ªticos en los ¨²ltimos 20 a?os¡± y de cuya transformaci¨®n hay ¡°mucho que aprender¡±.
Como de Brasil y su presidenta Rousseff. ¡°La admiro y me gusta¡±, asevera Clinton. ¡°Puede que no tenga el colorido descaro de Lula o la experiencia t¨¦cnica de (Fernando Henrique) Cardoso, pero tiene un fuerte intelecto y verdaderas agallas¡±, valora. Y se?ala su gesti¨®n de las protestas sociales de 2013 como un ejemplo de actuaci¨®n democr¨¢tica: ¡°En vez de despreciar o golpear y encarcelar a los manifestantes, como tantos otros pa¨ªses han hecho, incluida Venezuela, Dilma se reuni¨® con ellos, reconoci¨® sus inquietudes y les pidi¨® trabajar con el gobierno para resolver los problemas¡±.
Clinton tambi¨¦n tiene buenos recuerdos de otra presidenta de la regi¨®n, la chilena Michelle Bachelet, a la que define como ¡°aliada y amiga¡±, y de la ex canciller mexicana Patricia Espinosa, una de sus ¡°colegas favoritas¡±. Significativo es por el contrario el silencio que mantiene sobre otra l¨ªder regional de su tiempo, la argentina Cristina Fern¨¢ndez de Kirchner, a la que no menciona en las 600 p¨¢ginas de memorias.
Como la otra cara de la moneda de una siempre compleja Am¨¦rica Latina, Clinton habla de ¡°demagogos¡± como el fallecido presidente venezolano o el derrocado hondure?o Manuel Zelaya, una ¡°reminiscencia a la caricatura del hombre fuerte centroamericano, con su sombrero de cowboy blanco, su bigote negro azabache y su cari?o por Hugo Ch¨¢vez y Fidel Castro¡±.
En la veintena de p¨¢ginas que dedica a la regi¨®n, Clinton se detiene especialmente en los acontecimientos que siguieron al golpe de Estado que acab¨® con Zelaya, y a los esfuerzos conjuntos en el marco de la Organizaci¨®n de Estados Americanos (OEA) que se realizaron para superar la crisis. Pero subraya, citando al mediador propuesto por ella misma, el ex presidente costarricense Oscar Arias, que fue un esfuerzo que se hizo ¡°por principios¡± y por el miedo a que el golpe en Honduras tuviera un ¡°efecto domin¨®¡± en Am¨¦rica Latina, no por simpat¨ªa hacia el derrocado gobernante.
De igual modo, Clinton hace una pausa para meditar sobre los esfuerzos que el gobierno de Barack Obama hizo hacia Cuba y se?ala como uno de sus remordimientos como secretaria de Estado el ¡°no lograr traer de vuelta a casa a Alan¡± Gross, el contratista encarcelado en Cuba y que supone, seg¨²n la Casa Blanca, el principal obst¨¢culo actual a la normalizaci¨®n de las relaciones con la isla.
Clinton tambi¨¦n defiende la ¡°cooperaci¨®n expandida¡± que promovi¨® durante su estancia en el Departamento de Estado con M¨¦xico, y que seg¨²n recuerda empez¨® r¨¢pidamente a producir ¡°dividendos¡±: la extradici¨®n a Estados Unidos de m¨¢s de cien fugitivos en 2009 o la captura o abatimiento de ¡°casi dos decenas¡± de altos narcotraficantes. Una relaci¨®n fluida con el gobierno de Felipe Calder¨®n que se ¡°tens¨®¡±, reconoce, un a?o m¨¢s tarde, a ra¨ªz de las revelaciones de Wikileaks publicadas por EL PA?S, que acab¨® provocando la dimisi¨®n del entonces embajador estadounidense en M¨¦xico, Carlos Pascual.
Cuando Clinton volvi¨® a visitar M¨¦xico en enero de 2011, Calder¨®n estaba ¡°l¨ªvido¡±, recuerda. La veterana secretaria de Estado califica como ¡°una de las m¨¢s duras¡± jam¨¢s vividas la reuni¨®n que mantuvo con el presidente mexicano para ¡°explicar y disculparse¡± por las declaraciones filtradas de Pascual, en las que puso en duda la capacidad del Ej¨¦rcito mexicano para luchar contra el narcotr¨¢fico.
La antigua jefa de la diplomacia estadounidense tambi¨¦n halla buenas palabras para uno de los aliados tradicionales de Washington en Am¨¦rica Latina, Colombia, especialmente por la ¡°radical¡± reducci¨®n de la violencia en todo el pa¨ªs. En este sentido, Clinton saluda el proceso de negociaci¨®n iniciado por el presidente Juan Manuel Santos con la guerrilla de las FARC como unas conversaciones que ¡°ofrecen la promesa de llevar una paz duradera a Colombia¡±.
El presidente Barack Obama inici¨® su gobierno con la promesa de tratar a Am¨¦rica Latina en una relaci¨®n ¡°de iguales¡± y una flexibilizaci¨®n de la pol¨ªtica hacia Cuba -recomendada tambi¨¦n por Clinton-?que fueron recibidos con aplausos. Pero los conflictos internacionales que han plagado su mandato han vuelto a alejar la atenci¨®n de Washington de la regi¨®n, como ha sucedido en anteriores gobiernos.
¡°Si hubo jam¨¢s una regi¨®n donde sea necesario mirar m¨¢s all¨¢ de los titulares para fijarnos en las tendencias, esa es Am¨¦rica Latina¡±, sostiene la tambi¨¦n ex primera dama. ¡°S¨ª, sigue habiendo grandes problemas que tienen que ser resueltos. Pero en l¨ªneas generales, las tendencias van hacia la democracia, la innovaci¨®n, oportunidades compartidas de manera m¨¢s amplia y alianzas positivas entre los pa¨ªses y tambi¨¦n con Estados Unidos. Ese es el futuro que queremos¡±, concluye Clinton.
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