La escandalosa deriva de la justicia en Egipto se une a la persecuci¨®n
Las duras sentencias recientes minan el tradicional prestigio de la magistratura
La escandalosa condena al activista Alaa Abdelfat¨¢ se a?ade a otras emitidas la ¨²ltima semana contra simpatizantes islamistas, incluidas 10 penas capitales, por cargos como incitar a la violencia o cortar la v¨ªa p¨²blica. Su severidad contrasta con la anulaci¨®n de una sentencia de 10 a?os de c¨¢rcel a un polic¨ªa responsable de la muerte por asfixia de 37 manifestantes islamistas en un furg¨®n policial el pasado agosto. Estos pol¨¦micos veredictos han renovado las cr¨ªticas a la justicia egipcia, en el ojo del hurac¨¢n despu¨¦s de que un tribunal provincial condenara a muerte a m¨¢s de 1.000 seguidores de los Hermanos Musulmanes.
?A estas alturas, no hay duda de que el poder judicial en Egipto se ha sumado gustosamente a la ola represora desencadenada por las fuerzas de seguridad tras el golpe de julio. Seg¨²n las organizaciones de derechos humanos, los magistrados suelen dar por buenas las pruebas presentadas por la polic¨ªa, sin cuestionamiento alguno, y a menudo se violan las garant¨ªas procesales.
¡°No creo que estos duros veredictos respondan a las ¨®rdenes del Ejecutivo. Los jueces est¨¢n actuando seg¨²n su propia voluntad, pues la mayor¨ªa parece apoyar sin fisuras el r¨¦gimen actual¡±, sostiene el catedr¨¢tico de la Universidad George Washington Nathan Brown, especializado en la justicia egipcia. ¡°La fiscal¨ªa es otra cosa. Act¨²a ante cualquier informaci¨®n de los servicios de seguridad, incluso si no es cre¨ªble. En cambio, es muy lenta en las investigaciones de abusos policiales¡±.
Tradicionalmente, la judicatura hab¨ªa gozado de un gran prestigio, pero las sucesivas dictaduras militares fueron erosionando su independencia. El proceso de politizaci¨®n de la misma se intensific¨® tras la revoluci¨®n de 2011, cuando la falta de consenso facilit¨® la judicializaci¨®n de la vida pol¨ªtica. Al considerar que varios de sus veredictos, como la disoluci¨®n del Parlamento, perjudicaban a su partido, el expresidente Mohamed Morsi declar¨® la guerra a la judicatura. Un proyecto de ley de reforma del sistema judicial forzaba la jubilaci¨®n de 3.000 magistrados, percibidos por la cofrad¨ªa islamista como simpatizantes de Hosni Mubarak y hostiles a la Hermandad. ¡°La judicatura se sinti¨® amenazada por la Hermandad, de ah¨ª su respaldo al r¨¦gimen. Igualmente, si no fuera as¨ª, en sus sentencias tampoco podr¨ªa oponerse al sentir general¡±, apunta Brown.
Seg¨²n algunos analistas, esa actitud responde tambi¨¦n al temor de la polic¨ªa y el Ej¨¦rcito a que Egipto se sumerja en el caos como Libia. Estas instituciones se consideran guardianes de un Estado por cuya permanencia deben velar aunque sea con una dura represi¨®n.
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