La UE ha ganado, Rusia ha perdido
Si el objetivo de Rusia era mantener a Ucrania en su esfera de influencia, su fracaso es evidente
Suena extra?o, s¨ª. Debe ser la falta de costumbre. La Uni¨®n Europea no suele ser fuente de buenas noticias. Pero si echan la vista atr¨¢s, y sobre todo si echan la vista hacia delante, observar¨¢n que, pese al despliegue de ret¨®rica nacionalista y m¨²sculo militar con el que Putin nos ha obsequiado estos ¨²ltimos meses, la cruda realidad es que Rusia ha perdido y la UE ha ganado.
A primera vista, Rusia no s¨®lo se ha anexionado Crimea, sino que ha logrado mantener el este de Ucrania bajo control de las milicias prorrusas. Por tanto, Rusia no s¨®lo se habr¨ªa cobrado una pieza de alt¨ªsimo valor estrat¨¦gico (la pen¨ªnsula de Crimea y la base naval de Sebastopol), sino logrado su segundo objetivo: desestabilizar Ucrania. Pero Mosc¨² habr¨ªa logrado algo incomparablemente m¨¢s valioso: lograr desafiar el orden europeo de la posguerra fr¨ªa, basado en la inviolabilidad de las fronteras y en el rechazo al uso de la fuerza, sin pagar precio alguno por ello, degradando sustancialmente la capacidad de disuasi¨®n de la OTAN, convertida en una herramienta pat¨¦ticamente in¨²til.
Pero ahora, denle la vuelta a la situaci¨®n. Si el objetivo de Rusia era mantener a Ucrania en su esfera de influencia, su fracaso es que m¨¢s que evidente. Las elecciones del 25 de mayo, calificadas como limpias y justas por la comunidad internacional, lejos de llevar al poder a la extrema derecha nacionalista y antisemita, como algunos predec¨ªan, han llevado al poder a un presidente, Petro Poroshenko, que goza de una gran legitimidad para estabilizar el pa¨ªs y orientarlo hacia la UE (eso, si no comete los errores de sus antecesores). Sin Ucrania, la Uni¨®n Euroasi¨¢tica que Rusia ambiciona no tiene entidad suficiente para convertirse en un polo de poder alternativo. Y en cuanto al acercamiento energ¨¦tico entre Rusia y China, es evidente que los chinos son demasiado listos para confundir los intereses de Mosc¨² con los suyos propios.
Mosc¨² ha recibido el mensaje: sus conquistas tendr¨ªan un coste econ¨®mico prohibitivo
El problema de Rusia es que ha ganado un juego obsoleto. La Uni¨®n Europea, que se ha negado a jugar el juego de la disuasi¨®n militar y las esferas de influencia, ha entendido mucho mejor cu¨¢les son las din¨¢micas de poder que hoy importan. Las dos primeras rondas de sanciones adoptadas por la UE y EE?UU, junto con la amenaza de una tercera ronda de profundo calado, han estado muy bien calibradas. Han hecho llegar a Mosc¨² un mensaje crucial: que sus conquistas geopol¨ªticas tendr¨ªan un coste econ¨®mico prohibitivo. La econom¨ªa rusa, necesitada de una profunda modernizaci¨®n, no puede vivir aislada de la Uni¨®n Europea, que sigue siendo la principal econom¨ªa del mundo y l¨ªder mundial en comercio e inversiones. Como hemos experimentado estos ¨²ltimos a?os de forma tan v¨ªvida, fuera de los mercados financieros no hay soberan¨ªa. Bienvenidos a la realidad del siglo XXI, queridos amigos rusos.
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