Los rusos toman el mando en Donetsk
Mosc¨² toma el mando de la revuelta separatista del este de Ucrania a trav¨¦s de dos hombres clave en el Gobierno regional y las fuerzas armadas rebeldes
Vyacheslav Ponomaryov, el hombre de dientes de oro y gorra de b¨¦isbol que se autoproclam¨® alcalde de Slaviansk cuando el este de Ucrania se levant¨® contra Kiev, se desvaneci¨® el lunes. Ponomaryov gobernaba a golpe de est¨®mago, regalando desaf¨ªos y bravatas: no respetaba ninguna autoridad. Un silencioso pesimismo acompa?¨® entre los rebeldes a la desaparici¨®n de uno de sus l¨ªderes m¨¢s carism¨¢ticos. Unos d¨ªas antes, en un aparcamiento de Donetsk hab¨ªa sido asesinado a tiros Maxim Petruhin, consejero de Denis Pushilin, ef¨ªmero hombre fuerte de Donetsk relegado a segunda l¨ªnea. Hasta que el jueves se confirm¨® lo que empezaba a ser evidente: el incontrolable Ponomaryov ha sido destituido y detenido por los nuevos mandos de la revoluci¨®n. Los relevos en la c¨²pula rebelde se ejecutan de forma expeditiva.
Los primeros d¨ªas tras la toma de la sede del Gobierno regional de Donetsk, decenas de simpatizantes se apelotonaban en la sala de plenos. El proyecto de la Rep¨²blica Popular de Donetsk bull¨ªa. Anticapitalistas, nost¨¢lgicos de la URSS, anarquistas, federalistas, mineros, submarinos de Yanuk¨®vich¡ Todos ped¨ªan la palabra. Todos llevaban su programa para la creaci¨®n de un proyecto distinto al de la capital del pa¨ªs, que consideraban tomada por la extrema derecha y las potencias occidentales. Dos meses despu¨¦s, el mismo edificio languidece semivac¨ªo y lleno de basura. En la sala de plenos un ¨²nico hombre tiene la palabra: Alexander Borodai.
Hasta que el 16 de mayo el ruso Borodai se present¨® como repentino primer ministro, la autoproclamada Rep¨²blica pas¨® por todos los torbellinos de un movimiento revolucionario: asambleas, un l¨ªder salido de las manifestaciones y luego detenido (Pavel Gubarev), luchas por el poder¡. Borodai lleg¨® asegurando que ven¨ªa de ejercer en Crimea como ¡°consultor experto en conflictos ¨¦tnicos¡±. Ahora los simpatizantes de la revoluci¨®n consultados valoran la disciplina que ha impuesto en un proyecto pol¨ªtico disperso. ¡°En la primera manifestaci¨®n estuvo genial¡±, recuerda una an¨®nima profesora universitaria; ¡°nos dijo que no conoc¨ªa la regi¨®n, pero que se esforzar¨ªa. Que ¨¦sta era su misi¨®n m¨¢s complicada porque hab¨ªa muchas divisiones. Es el hombre que ha mandado Mosc¨² para organizarnos, y lo adoramos¡±.
Tatiana Nagornyak, polit¨®loga local, enumera algunas de las familias que hasta hace poco se disputaban el poder: ¡°Est¨¢n los pr¨®ximos a la familia, los relacionados con el Partido de las Regiones de Yanuk¨®vich que buscan perpetuarse en el poder; luego tenemos los cercanos a Rusia o al proyecto separatista, como el Bloque Ruso, el Frontera Este o MaloRossiya. Esto, adem¨¢s de los grupos subvencionados por una u otra fuerza influyente, que act¨²an dentro de las tendencias citadas. Y por supuesto, Ajm¨¦tov [el oligarca m¨¢s rico del pa¨ªs]: que paga y apoya seg¨²n le convenga¡±. Ahora Borodai ha dormido todas esas corrientes bajo un mando neutral. Y tanto impacto como su llegada la ha tenido la de la otra rueda del t¨¢ndem: Igor Strelkov, tambi¨¦n ruso y plenipotenciario comandante de las fuerzas rebeldes. ?l reina desde Slaviansk, donde dirige la resistencia contra el Ej¨¦rcito ucranio y se ha deshecho del alcalde Ponomaryov.
La primera operaci¨®n del t¨¢ndem fue limpiar el edificio de la Administraci¨®n Regional de Donetsk. A finales de mayo los voluntarios que la guardaban fueron desalojados por una espectacular operaci¨®n del Batall¨®n Vostok y un grupo militarizado de nacionalistas prorrusos, el Oplot, todos bajo el reci¨¦n estrenado mando de Strelkov. A los milicianos se les acusaba de atracar supermercados. Desde entonces la seguridad en el cuartel se ha profesionalizado y se han limpiado las barricadas de la calle. El Vostok es el pilar de la defensa de Slaviansk; el Oplot patrulla Donetsk junto a la mermada polic¨ªa local para frenar la espiral de atracos, peleas y accidentes. Strelkov incluso ha dictado penas de muerte contra soldados por saqueo. La pax rusa ha coincidido con la transformaci¨®n del conflicto en una negociaci¨®n diplom¨¢tica entre Mosc¨² y Kiev. Analistas como Mark Galeotti, de la Universidad de Nueva York, aseguran en sus publicaciones que no es casualidad: Rusia quiere demostrar que modula el conflicto. Dentro de este movimiento se situar¨ªa el anuncio de Kiev y EE UU de que tres tanques T-64 y varios sistemas m¨²ltiples de lanzamiento de cohetes han cruzado de Rusia a Ucrania. Mosc¨² decide cu¨¢ndo y c¨®mo pasan las cosas.
Hasta hace poco el debate sobre la relaci¨®n con Rusia no era unidireccional en Donetsk. Algunos militantes aseguran que no quieren ser absorbidos por Mosc¨², pero que s¨®lo bajo su ¨¦gida era factible un proyecto pol¨ªtico distinto al de Ucrania. Oleg Berezowoy, parlamentario de la Rep¨²blica, explica en qu¨¦ punto se encuentra ese proyecto: ¡°Dicen que hay distintas sensibilidades en nuestro Parlamento, pero no es cierto. Al principio s¨ª que cada grupo trajo un programa: federalismo, independencia¡ Pero ahora somos uno¡±.
Berezowoy detalla que el Parlamento se form¨® a partir de 18 organizaciones sociales, pero que ahora est¨¢n creando las bases del Estado y han pospuesto el debate ideol¨®gico. ¡°Nuestros parlamentarios no tienen experiencia; por eso se re¨²nen en torno a figuras que los instruyen, como yo, que organizo lo que podr¨ªa considerarse el primer grupo pol¨ªtico¡±, explica en la recepci¨®n del Gobierno regional mientras rebeldes con Kal¨¢shnikov comen sopa alrededor. ¡°Nuestro programa es la soberan¨ªa de los rusos del mundo frente a la influencia estadounidense¡±, dice. Luego especifica que lo que est¨¢ organizando es una rama local de un partido ultranacionalista ruso.
Donetsk parece rodar hacia Mosc¨². Entretanto, la noche del jueves la ciudad se inflam¨® con una explosi¨®n frente al Gobierno regional. Era la camioneta de Pushilin. Un guardaespaldas y otro de sus consejeros murieron. El que fue l¨ªder de la Rep¨²blica hasta la llegada de Borodai asegur¨® que sufri¨® un ataque ¡°pol¨ªtico¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.