Los civiles de Irak temen verse atrapados en una nueva guerra
El Kurdist¨¢n acoge a 300.000 desplazados que escaparon de Mosul por la conquista yihadista y el miedo a la represalia militar de las tropas gubernamentales
Los cinco coinciden en negar tajantes el deshonor que se les atribuye. ¡°Luchamos hasta que recibimos la orden de retirarnos¡±, asegura S., un miembro de las fuerzas especiales de Irak, los SWAT. Junto a otro compa?ero, dos soldados y un polic¨ªa, S. niega que sus unidades salieran huyendo de Mosul ¡ªla segunda ciudad del pa¨ªs¡ª nada m¨¢s asomar los milicianos del Estado Isl¨¢mico de Irak y el Levante (EIIL). Pero lo cierto es que d¨ªas despu¨¦s los cinco ocupan una tienda en el campamento de desplazados de Khazer, al otro lado de la linde con la regi¨®n aut¨®noma de Kurdist¨¢n. Y la desaparici¨®n de las fuerzas gubernamentales ha permitido que los peshmergas, las tropas kurdas, avancen sus posiciones hasta cinco kil¨®metros de la capital de N¨ªnive, Mosul.
¡°Aqu¨ª nunca ha habido un puesto del Ej¨¦rcito iraqu¨ª¡±, explican los peshmerga que controlan el acceso a Kurdist¨¢n desde la provincia de N¨ªnive en Kalak, a 50 kil¨®metros al este de Mosul. ¡°La V Brigada no ten¨ªa suficientes soldados. A veces enviaban alguna patrulla. Ahora, s¨®lo se han quedado los soldados kurdos y los peshmergas hemos ocupado la base. Desde el ¨²ltimo puesto de control vemos a los yihadistas, pero no se acercan porque saben que les disparamos¡±, a?aden m¨¢s interesados en comentar la derrota de Espa?a en el Mundial que la situaci¨®n militar.
Las tropas kurdas aprovechan el vac¨ªo de poder para avanzar hacia el oeste
Pero no es una machada. Rezgar Mustafa, responsable del distrito de Khabat (el nombre kurdo de Kalak), confirma que el EIIL tiene una posici¨®n a las afueras de Mosul, a solo 500 metros de las fuerzas kurdas. Lo que significa que los kurdos no s¨®lo han aprovechado el vac¨ªo de poder para ocupar la ciudad petrolera de Kirkuk, sino que tambi¨¦n se expanden hacia el oeste.
¡°Sadam llev¨® a cabo un proceso de arabizaci¨®n durante el que nos arrebat¨® territorio; ahora hemos recuperado parte de ¨¦l ante la cobard¨ªa del Ej¨¦rcito iraqu¨ª¡±, explica como lo m¨¢s natural del mundo Mustafa, del Partido Democr¨¢tico de Kurdist¨¢n.
El grupo yihadista EIIL tom¨® el martes Mosul en un avance veloz y sorpresivo sin que el Ej¨¦rcito regular ofreciera pr¨¢cticamente resistencia. Fue un golpe sin precedentes al Gobierno iraqu¨ª.
Cinco miembros de las vapuleadas fuerzas iraqu¨ªes han hallado cobijo en el campamento de Khazer. Seg¨²n su relato, lucharon durante cinco d¨ªas. Hasta que se quedaron sin munici¨®n. Entonces, atrincherados en el hotel Mosul, fueron atacados con un cami¨®n bomba que mat¨® a varios de sus compa?eros. Los mandos les dieron la orden de replegarse.
A partir de ah¨ª, fue un s¨¢lvese quien pueda. Abandonaron sus uniformes y se mezclaron entre los civiles que hu¨ªan, cerca de medio mill¨®n de los dos millones de habitantes de la ciudad. Se estima que 300.000 han cruzado a Kurdist¨¢n, aunque la mayor¨ªa se aloja en las ciudades y s¨®lo quienes no disponen de medios est¨¢n instal¨¢ndose en campamentos.
¡°Sent¨ª que deb¨ªa morir¡±, declara S., que se alist¨® en los SWAT en 2007 y asegura que le gustaba su trabajo. ?Entonces? ¡°Uno no puede combatir contra cien¡±, interviene otro de los soldados. No facilitan sus nombres. Saben que pueden ser acusados de alta traici¨®n. Pero insisten en que no ten¨ªan otra salida. ¡°No hab¨ªa otro cuartel, ni ninguna autoridad ante la que presentarse¡±, subrayan quit¨¢ndose la palabra uno a otro.
Los cinco soldados, todos en la veintena, muestran su esperanza de que cambien las tornas. ¡°El Ej¨¦rcito va a empezar a avanzar desde Bagdad. Adem¨¢s, el l¨ªder espiritual de los chi¨ªes ha pedido a la gente que se aliste. 420.000 uniformados tienen que poder recuperar la patria¡±, aseguran. A¨²n no saben que la Asociaci¨®n de Ulemas, el equivalente sun¨ª de los ayatol¨¢s chi¨ªes, asegura que los rebeldes tienen derecho a avanzar sobre Bagdad para cambiar el r¨¦gimen, la gota que faltaba para una guerra civil.
¡°Estamos dispuestos a volver y a luchar contra los terroristas¡±, declaran cuando les menciono la amnist¨ªa ofrecida por el primer ministro, Nuri al Maliki, a los que se reincorporen. Pero temen por sus familias. ¡°Les han amenazado para que nos entreguemos¡±, aseguran tras haber hablado con ellas por el m¨®vil hasta que se les ha agotado la bater¨ªa, que no pueden recargar por falta de electricidad. ¡°Saben qui¨¦nes somos porque eran gente del barrio, aunque nosotros desconoc¨ªamos su militancia¡±, explican convencidos de que los antiguos baazistas (el partido de Sadam Husein) est¨¢n detr¨¢s.
Varios soldados de Mosul afirman que se replegaron tras recibir una orden
Es imposible verificar su relato, pero algunos de los datos son consistentes con lo que cuentan otros desplazados. En el campamento de Khazer, varias familias mencionan los cinco d¨ªas de toque de queda previos al asalto final de la ciudad en la noche del lunes al martes y los tiroteos. ¡°Estaba todo cerrado; cancelaron los ex¨¢menes escolares y empez¨® a faltar la comida¡±, relata un hombre que perdi¨® la peque?a camioneta de reparto con la que se ganaba la vida. Ante esa situaci¨®n, decidi¨® sacar a su familia. ¡°Cuando atraves¨¢bamos el barrio de Al Adan vimos varios cad¨¢veres; a los ni?os les dio un ataque de p¨¢nico¡±.
Udai Saadun, que viv¨ªa cerca del edificio de la gobernaci¨®n, decidi¨® partir cuando un ob¨²s de mortero cay¨® en una casa vecina matando a cinco de sus 10 ocupantes. Sin embargo, muchos de los desplazados aseguran que lo que m¨¢s pes¨® fue el miedo a la eventual represalia de las fuerzas gubernamentales. ¡°Tememos la guerra que va a desatar el Ej¨¦rcito¡±, afirma el patriarca de los Tai, que con su mujer, cinco hijos con sus respectivas esposas y la prole de estos suman 27 personas bajo una lona.
No esperaron a saber qu¨¦ iba pasar. A la una de la madrugada del pasado martes decidieron abandonar su hogar con lo puesto. Las mujeres relatan con detalle la peripecia, pero se muestran esquivas sobre los yihadistas. ¡°Desconocemos qui¨¦nes son. No les vimos. Llevan la cara cubierta y visten de civil. No nos hicieron da?o, ni nos frenaron en nuestro camino¡±, declaran.
Lo mismo cuenta un m¨¦dico que acaba de llegar de Mosul con su familia y se dirige a Erbil, donde un conocido les ha ofrecido un piso donde alojarse ¡°hasta que pase todo¡±. ¡°Las tiendas estaban abiertas y hab¨ªa gente por la calle, pero intuyo que en los pr¨®ximos d¨ªas se desatar¨¢ una guerra¡±, resume. ¡°Los enmascarados patrullaban en grupos de dos o tres, pero no han establecido controles fijos; el primer puesto que hemos encontrado ha sido el de los peshmergas, a cuatro o cinco kil¨®metros del centro de Mosul¡±. El detalle confirma la pretensi¨®n kurda.
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