Egipto ratifica la condena de muerte a 182 hermanos musulmanes y a su l¨ªder
El juez absuelve a 496 procesados y conmuta la pena capital por cadena perpetua a cuatro Abogados y defensores de derechos humanos han criticado la falta de garant¨ªas del macrojuicio
El juez de la provincia egipcia de Minia, Said Yusuf, apodado el carnicero por la severidad de sus sentencias, ratific¨® ayer la condena a la pena de muerte que ¨¦l mismo dict¨® contra 183 simpatizantes de los Hermanos Musulmanes, incluido el l¨ªder supremo de la cofrad¨ªa islamista, Mohamed Badie.
En cambio, el magistrado de esta corte penal, al sur del Cairo y feudo de los islamistas, absolvi¨® a otras 496 personas y conmut¨® la pena capital por cadena perpetua a otras cuatro. En un primer momento, Yusuf hab¨ªa enviado a 683 personas al corredor de la muerte por el asalto a la comisar¨ªa de la localidad de Adua, en Minia, acontecido el pasado mes de agosto y en el que muri¨® un agente de polic¨ªa.
La dura condena se enmarca en la ola de represi¨®n contra los Hermanos Musulmanes tras el golpe de Estado de julio de 2013 y la guerra declarada por el nuevo presidente egipcio, Abdelfat¨¢ al Sisi, contra el movimiento. Casi toda la c¨²pula de esa organizaci¨®n islamista, incluido el antecesor de Al Sisi y primer civil en el cargo, Mohamed Morsi, as¨ª como miles de sus partidarios, se encuentran encarcelados y est¨¢n imputados en una retah¨ªla de juicios relacionados con las protestas organizadas despu¨¦s de la asonada. M¨¢s de una veintena han concluido ya con largas sentencias de c¨¢rcel, adem¨¢s de la condena a la pena de muerte de 60 personas.
La del ayer fue solo la tercera vista del juicio y, como las anteriores, tan s¨®lo dur¨® unos 15 minutos. Desde su inicio, este macroproceso, el mayor de la historia del pa¨ªs, ha sido censurado por las organizaciones de derechos humanos tanto egipcias como internacionales al considerar que no respetaba las garant¨ªas jur¨ªdicas m¨ªnimas. ¡°Condenar a morir a 183 en lugar de a 683 en un somero juicio es una parodia de justicia¡±, declar¨® Joe Stork, responsable para Oriente Medio de la organizaci¨®n Human Rights Watch.
De los 683 acusados, la mayor¨ªa han sido juzgados en rebeld¨ªa, ya que se encuentran huidos de la justicia. Sin embargo, los 110 que permanecen bajo custodia policial no fueron trasladados a la vista. Entre ellos, Mohamed Badie. ?sta es la primera sentencia a muerte firme contra el l¨ªder islamista que el lunes pasado recibi¨® otra condena provisional para ser ejecutado en la horca por incitar a la violencia tras unas manifestaciones en Giza el verano pasado. Badie no estaba presente en ese momento, como tampoco en Adua.
¡°Esta sentencia deber¨ªa ser anulada en el tribunal de casaci¨®n, ya que se han violado las normas elementales de un proceso justo¡±, se?alaba Hussein Sult¨¢n, abogado de tres procesados que fueron declarados inocentes. ¡°La mayor¨ªa de los acusados no ha asistido a la sesi¨®n¡± de ayer ¡°ni tampoco a las anteriores. Adem¨¢s, a varios de los abogados de los condenados se les prohibi¨® la entrada al tribunal, y el resto, no pudimos presentar ante el juez nuestros argumentos¡±, a?adi¨® Sult¨¢n.
Tras conocerse el veredicto, hubo escenas de ira entre familias de los acusados, congregadas en las inmediaciones de la corte, protegida por un robusto dispositivo de seguridad. Las familias de los absueltos estallaron en gritos de j¨²bilo. ¡°Dios es grande. ?Muchas gracias presidente Sisi!¡±, exclamaba Mona Abdel, mientras bland¨ªa la fotograf¨ªa de su hijo Sult¨¢n, de 15 a?os. Cerca de ella, Radia, madre del otro adolescente que figuraba entre los acusados ululaba con los ojos llenos de l¨¢grimas.
En cambio, el futuro de otros? no estaba claro, como el de Y¨¢ser Rifaat, el hermano de Wafi, un cristiano copto que a¨²n no entend¨ªa como la polic¨ªa lo hab¨ªa tomado por un militante islamista, ya que, insist¨ªa, es conocido el rechazo un¨¢nime de esta comunidad hacia la ideolog¨ªa islamista. ¡°De los dos cristianos acusados, a uno le han mantenido la condena de muerte, y al otro lo han absuelto. Pero lo siento, de veras que no recuerdo los nombres de cada uno¡±, dec¨ªa el abogado Sultan, mientras Wafi suplicaba para que alguien le dijera si su hermano Y¨¢ser era el ¡°cristiano inocente¡±.
Las historias de los familiares reunidos a las puertas del tribunal eran diferentes, pero todos suger¨ªan que las incriminaciones hab¨ªan sido totalmente arbitrarias. ¡°Como todo adolescente curioso, mi hijo vio la manifestaci¨®n y se acerc¨® a mirar. ?C¨®mo quieren que sea un asesino? Es un ni?o!¡±, se preguntaba Mona. Walid, un campesino, contaba que su hermano Hamada se encontraba haciendo el servicio militar en otra provincia, a cientos de kil¨®metros, cuando se produjo el asalto a la comisar¨ªa de Adua.
Sin embargo, Ashur Mohamed discrepaba de las peticiones de clemencia de la multitud previas al veredicto definitivo. Tambi¨¦n originario de Adua, su hermano Mamduh fue el polic¨ªa que muri¨® en agosto mientras defend¨ªa el recinto policial. ¡°Fue un ataque de una turba. Particip¨® mucha gente. As¨ª que es normal que sean muchos los condenados a la pena de muerte. Quiero que se haga justicia¡±, dec¨ªa mientras sosten¨ªa un retrato de su hermano, vestido con el uniforme policial.
Tradicionalmente, los condenados a muerte en Egipto son ahorcados, aunque no ha habido ninguna ejecuci¨®n desde abril de 2011, seg¨²n Amnist¨ªa Internacional; una tendencia que se rompi¨® 13 d¨ªas despu¨¦s de que Al Sisi llegase al poder, el pasado 8 de junio, con la ejecuci¨®n de tres islamistas.
El ataque por el que han sido condenadas estas 183 personas se produjo solo unas horas despu¨¦s de que las fuerzas de seguridad desalojaran un campamento de protesta en El Cairo erigido por los seguidores de Morsi y que se sald¨® con la muerte de centenares de personas. Como venganza por la masacre, se incendiaron comisar¨ªas e iglesias. Yusuf ya dict¨® otra sentencia en otro macrojuicio celebrado en abril, y en el que conden¨® a morir a 37 personas y a otras 492 a cadena perpetua.
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